La desconfianza que despiertan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la inflación tendría que ser tomada en cuenta por las autoridades, porque se trata de aberraciones que las llevaría a adoptar decisiones equivocadas. Decir que en diciembre de 2012 se registró la inflación mensual más baja de los últimos 11 años, a pesar de que fue el mes en que se pagó el ‘doble aguinaldo’, como lo ha dicho el INE, es para desconfiar.
La cifra menciona un incremento mensual de precios del 0,08% para ese mes, lo que arroja un total para el año del 6,48%, cifra algo inverosímil para cualquier ciudadano del país. Todas las empresas de transporte de pasajeros y carga elevaron sus tarifas en diciembre, ya sea por costumbre o porque, esta vez, había que financiar el doble aguinaldo.
Si las autoridades del INE no lo saben, pues hay que informarles que si el transporte de personas y bienes se encarece, el resultado inevitable, aquí o en Kashakastán, es que los precios finales de los bienes transportados tienen un aumento inevitable.
Con muy poco tino, el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, había anticipado en noviembre que la inflación anual, que había de ser calculada sumando la que se diera en diciembre (el mes siguiente), no iba a pasar del 6,5%. Y ese anticipo del ministro, ese ejercicio de adivinación, o de predestinación, terminó dándose al pie de la letra. Gran acierto del ministro, pero que, lamentablemente, viene a reforzar las sospechas de que el INE hace estadísticas a pedido del Gobierno.
Es probable que esta vez, como en todos los años anteriores, el cálculo de la inflación haya sido hecho para que, al final, cuando se anuncie el aumento salarial del año siguiente, aparezca como una gran concesión política, con porcentajes superiores a la inflación. Lo que deja abierta la sospecha de que el Gobierno sepa cuál es la verdadera inflación de cada año y que la tome en cuenta, sin decirlo, cuando hace el anuncio del aumento salarial del año subsiguiente.
Esta vez, la fundación Milenio aportó con un dato de su propia elaboración. Dijo que la verdadera inflación fue del 10,44%, cuatro puntos por encima de la oficial. No es bueno jugar con las cifras porque puede llevar a hacer planificaciones basadas en datos equivocados. Y hay que asumir que todos los gobiernos quieren evitar equivocarse
Consejo Editorial: Pedro F. Rivero Jordán, Juan Carlos Rivero Jordán, Tuffí Aré Vázquez, Lupe Cajías, Agustín Saavedra Weise y Percy Áñez Rivero
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