La Presidenta levantó la voz, le habló al auditorio del Museo de Arte Moderno y empezó a dar consejos. Terminó con una propuesta, convencida de que podría ser la llave para destrabar buena parte de los conflictos del planeta. "La constitución de un Estado palestino y el derecho de Israel a vivir en fronteras reconocidas serían un elemento que contribuiría a la alianza de las civilizaciones", dijo, con la voz en alto. Algunos de los presentes empezaron a aplaudirla.
Aunque Cristina Kirchner tuvo que reformular la agenda por las urgencias políticas domésticas, ayer no se privó de mantener en alto su perfil internacional.
Concentrada en su rol en el Tercer Foro de la Alianza de las Civilizaciones, escuchó atenta a cada uno de los disertantes de los paneles a los que fue invitada, intercambió saludos y charlas casuales con variados colegas, sonrió con ganas en la habitual foto de familia y hasta se animó a hablar de "la educación argentina" como el principal ejemplo afortunado de "integración social".
Todo lo hizo acompañada del canciller Jorge Taiana y de los dos ministros que subió a último momento al Tango 01, Amado Boudou (Economía) y Débora Giorgi (Producción). Ninguno de los dos tuvo agenda paralela a la cumbre, como se preveía antes del encuentro. Ambos sólo participaron del encuentro con Lula por las cuestiones comerciales (ver aparte). Tenían la orden de sumar argumentos para aquietar las agitadas aguas del comercio bilateral.
Sólo Taiana tuvo una reunión propia, con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, al filo del mediodía. Ambos acordaron detalles operativos, porque de aquí Erdogan volará a Buenos Aires, junto a una importante comitiva de 250 personas, la mayoría encargados de su seguridad.
La semana que viene se encontrará con Cristina Kirchner. Es probable que firmen acuerdos conjuntos. Se irá el martes.
Ayer, el líder turco tuvo en Río de Janeiro una agitada participación. Defendió con ganas su acuerdo nuclear con Irán y criticó a las grandes potencias que se oponen. Le apuntó directamente al gobierno de los Estados Unidos.
De hecho, esa polémica fue el gran tema de la cumbre, sobre todo porque también Lula compartió sus dichos. Brasil es el otro integrante del acuerdo nuclear, que lo terminó enfrentando con el presidente Barack Obama.
El mandatario brasileño le apunto en su discurso. A él y a Hillary Clinton, que había dicho que era "peligroso". Lula dijo que la existencia de armas de destrucción masiva es "lo verdaderamente peligroso", y no su diálogo con Irán (de lo que se informa en la sección Exterior).
En medio de las peleas recientes con la Argentina por el comercio, esa relación política también podría traer cortocircuitos con Cristina Kirchner. De hecho, ayer fuentes de la delegación preferían evitar referirse al tema. Desde el atentado contra la AMIA, Irán es un adversario del Gobierno en el terreno de la diplomacia.
El discurso
El discurso de la Presidenta se centró casi en su totalidad en la discusión sobre el conflicto de Medio Oriente. Dijo que le parece "una petulancia intelectual" que los gobiernos quieran imponer la forma de vida o sus creencias a los habitantes y reiteró que "deben respetarse los derechos humanos", lo que para el Gobierno es "una política fundamental".
"Esto es la integridad psíquica y física de las personas, que son sagradas para todos las religiones, para el Coran, para el Talmud, para el Evangelio, para la Biblia; me parece que son valores universales comunes que atraviesan toda la religión, es el respeto a la persona", acotó Cristina Kirchner.
Luego de sus palabras públicas, habló con la prensa y pareció cuestionar las políticas de Estados Unidos, cuestionadas durante la cumbre: "Hay actitudes un tanto xenofóbicas históricas. Hay culturas que pretenden ser muy evolucionadas, pero en su seno se han desarrollado procesos históricos y políticos que han sido muy autoritarios".
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