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domingo, 27 de marzo de 2011

el peligro de la cibermemoria. todo queda registrado. nada se borra. es la memoria viviente que los poderosos empezaron a temer. muy interesante y actual el artículo de La Nación.


Hola, Sarah. ¿De qué color es tu ropa interior hoy?", dice un hombre a una adolescente rubia, estilo Hanna Montana, en la cola del cine. La chica se queda de una pieza, y no es para menos: el que pregunta es el acomodador. Un perfecto desconocido que la conoce perfectamente. La escena forma parte de un spot publicitario de la campaña Think B4 U post! ("Pensá antes de publicar", escrito en esa neotaquigrafía que usan los chicos como Sarah en sus celulares), una iniciativa de la Unión Europea para advertir sobre uno de los impensados peligros de la era digital: la sobreexposición en la falsa intimidad de la Web. Porque si bien hasta ahora el temor más común era el contacto de menores con adultos, hoy el ogro es otro, y se llama cibermemoria. Esto es, la inagotable capacidad de Internet de preservarlo todo. Como en la cabeza del Funes borgeano, cada cosa será registrada aquí hasta en su menor detalle y (lo sepamos o no) permanecerá para siempre. Así las cosas, el pasado ha dejado en cierto modo de serlo porque si algo no hace es precisamente eso: pasar, quedar atrás, volverse nada. Como mucho, se recicla en un "presente anterior", un cuadro más del friso de nosotros mismos que un usuario cualquiera puede adelantar o retroceder a gusto.
Es la vida (nuestra vida) en modo retro-forward.
Perdiendo el control
Puede que a veces toparse con ciertas escamas de lo que uno ha sido sea una fiesta. ¿Quién no se emociona al verse de flequillo y ortodoncia en una foto circa 1971? Pero no todos los reencuentros son felices, ni deseados. Una vez arrojadas al océano digital, las cosas que decíamos "nuestras" no sólo dejarán de serlo y se volverán irremediablemente públicas, también se quedarán a vivir en esa nueva dimensión.
"Google no olvida, el ciberespacio instala el recuerdo constante. Todo lo que subamos queda almacenado allí", dice el periodista científico Alejandro Tortolini, docente de nuevas tecnologías e impulsor, junto con Enrique Quagliano, profesor de Informática y Robótica, de la campaña Reinventemos el olvido en Internet. "Además, como la mayoría de los usuarios somos analfabetos digitales, no sabemos cómo hacer para que otros no vean lo que posteamos. Eso hace que perdamos completamente el control sobre esa información", alerta. En el mismo sentido, Quagliano aclara que "con esta campaña a favor del olvido en la Web no nos estamos refiriendo al olvido de actividades ilícitas que se resolverán -llegado el caso- en la justicia. No. Hablamos de cosas cotidianas, tal vez inadecuadas o inconvenientes: un comentario negativo sobre el jefe en una red social, una crítica en Twitter en un momento de enojo, una foto fuera de lugar. Es decir, algo que le puede suceder a cualquiera de nosotros. Eso, Internet no lo olvida".
Por eso, vale volver a recordar el caso de Stacy Snyder -muy publicitado en su momento- por lo que tiene de atroz y de estúpido. La mujer, hoy madre y empleada administrativa, alguna vez fue joven y alocada. Por ese entonces, soñaba con ser maestra y se formó para eso en la Universidad de Millersville. Pero poco antes de su graduación, las autoridades de esa casa de estudios descubrieron en Internet, en MySpace, una foto. Una foto de Stacy en la noche de brujas de 2005, con gorro de pirata, mejillas etílicas y parapetada tras un gigantesco vaso. Al pie de la imagen, una obviedad de su autoría: "Pirata borracha". A partir de entonces Stacy dejó de ser una buena estudiante y se convirtió en un mal ejemplo para sus futuros alumnos. Tanto que le negaron el título y si bien apeló la medida, el fallo final de la justicia determinó que, siendo una empleada pública, no podía mostrarse públicamente como lo hizo.
"Lo paradójico del caso es que ella había borrado la foto días antes, pero fue hallada igual, porque Internet no olvida", insiste Quagliano. "Sitios como Facebook guardan las fotos que subimos, aunque las borremos. Hay pruebas sobre eso. Por caso, una periodista subió una foto, copió el link de acceso y luego la borró. Dieciocho meses después pudo acceder a su foto escribiendo la dirección de acceso a esa foto en el navegador. Lo que Facebook borró fue el acceso a la foto, pero la foto misma seguía almacenada en sus servidores".
El caso de la maestra pirata es sólo uno de los muchos citados por Víktor Mayer- Schönberger, investigador de la cultura digital, profesor en la Universidad de Harvard y autor del libro Delete: the virtue of forgetting in the digital age ("Borrar: la virtud del olvido en la era digital"). En sus páginas desfilan varias historias que parecen confirmar los temores de los más paranoicos ante la memoria salvaje de la Web. Entre ellas, la de un hombre al que se le negó la entrada a los Estados Unidos no bien las autoridades descubrieron en "la nube" un documento donde él mismo narraba sus experiencias juveniles con el LSD. Es por eso que para Mayer-Schönberger la cuestión del olvido digital no es un tema menor ni una preocupación exclusiva de geeks. Lo plantea en términos de derecho y hasta advierte acerca de algunos peligros futuros del recordar a perpetuidad. Así, en un paper de 2007, llamado "Vacío útil: el arte del olvido en la era de la computación ubicua", sostiene que "la retención ilimitada de nuestras observaciones puede imposibilitar a los individuos decir qué tienen en mente y debilitar el debate público. Esta es la idea de que el panóptico provoca un efecto glacial en el discurso público".
Después de todo, ¿por qué no podría cualquiera de nosotros ser la próxima maestra Stacy Snyder, cuando aquí en Argentina policías, periodistas y hasta economistas han perdido sus trabajos por un video, un post o un tweet inconveniente? Especialmente rodeados, como lo estamos, de celulares, tabletas, iPods y toda clase de dispositivos capaces de aparearse entre sí en donde fuere y abrir un portal al resto del mundo. Llamando a nuestros pulgares a tipear algo. Rápido, sin pensar.
Errores de biblioteca
Pero el problema no es la Web, sino nosotros. Nosotros que, tras miles de años empeñados en retener aunque más no fuera fragmentos de un mundo que se desvanece, alcanzamos un tiempo en el que todo -todo- puede ser preservado. Y todo -todo- pasar a vivir en una nube de datos ubicua ("the cloud", como la llaman los expertos), contradiciendo centurias de olvido forzoso. Dice Mayer- Schönberger: "Durante milenios fue costoso y difícil preservar [...] Hoy la retención de datos digitales es relativamente fácil y barata. Como consecuencia, guardamos en vez de borrar".
Así fue como pasamos de retratar sólo bodas, bautizos y muertes (las "death photos" de la Era Victoriana) a fotografiar lo que fuere: nuestros pies en la playa, mascotas, compañeros de trabajo durmiendo sobre sus escritorios. Pero ese furor por el acopio, según explica el psiquiatra Juan Manuel Bulacio, de la Fundación de Investigación en Ciencias Cognitivas Aplicadas (ICCAP), choca de lleno con el funcionamiento habitual de nuestra mente. "Nosotros estamos preparados para no prestar atención a todos los estímulos, responder sólo a unos pocos y, aun en ese caso, desechar la información generada después de algún tiempo", detalla. "La Web, en cambio, actúa exactamente al revés, cosa que no tiene nada que ver con nuestra naturaleza, que se basa en el descarte, el olvido y la posibilidad de recomenzar".
Mayer-Schönberger, contactado por Enfoques, agrega a su turno que el error de base es que "muchos usuarios creen que Facebook y las redes sociales son el equivalente digital de la máquina de café: un espacio donde uno se encuentra con colegas y se engancha en conversaciones efímeras que no dejan huellas. El problema es que estas redes registran todo lo que se dice, y entre quienes", advierte.
Lo dicho: el problema no es Internet, sino nosotros. Nosotros que -pobres nativos analógicos, criados en una era en donde el control sobre aquello que nos involucrara era algo dado- no alcanzamos a comprender del todo la naturaleza oceánica y caótica de estos nuevos espacios. Seguimos imaginando a la Web nada más que como una enorme biblioteca, con información compartimentada y distintos niveles de accesibilidad, cuando lo cierto es que -de parecerse a algo- más que a una elegante biblioteca el ciberespacio semeja un conventillo digital. Y cada vez más poblado, por cierto.
Facebook acaba de anunciar que llegó a los 500 millones de usuarios (400 millones más que Twitter), y según la consultora Nielsen, en 2010 pasamos seis horas por mes mirando perfiles. Esto es, casi el doble de tiempo que le dedicábamos en 2009. Por otra parte, en la colmena digital los ciberzánganos no existen y cada quien produce datos copiosamente. De hecho, el 70% del universo digital no es generado por las grandes compañías del sector sino por usuarios particulares. Se estima, por caso, que el usuario promedio de Facebook genera 70 piezas de información cada 30 días, y que entre todos comparten más de 25.000 millones de piezas de contenido. Como para terminar de conformar un cuadro por demás inquietante, una encuesta de Microsoft sostiene que al menos 75% de los empleadores estadounidenses recurren a la red para conocer más acerca de los candidatos a ocupar un cargo.
"Nosotros, para todo puesto de jefatura hacia arriba chequeamos Facebook y Linkedin. Siempre se "googlea" el nombre", sostiene Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com. "La ventaja es tener una visión completa de la persona, incluyendo gustos, hobbies y tipos de amistades". "Pero la verdad es que la gente no toma conciencia de que todo lo que se escribe en un blog, en Fotolog o se comenta en mi muro, si no está configurado con reglas de seguridad, automáticamente pasa a ser público y cualquiera accede a eso", explica. Y "cualquiera", en este caso, puede significar un potencial empleador.
Somos muchos más que dos
Evidentemente, hasta el día de hoy seguimos siendo incapaces de pensar en los términos desaforados que siempre implica la red. Hablamos aquí de millones de usuarios, de miles de menciones, de cantidades inauditas de ojos paseándose por los sitios en los que hemos realizado distintas variantes del strip tease cibernético. Basta, para tener una muestra mínima de su alcance, sucumbir a la tentación narcisista de buscarnos en Google. Y empezar a temblar. En el caso de quien esto escribe, en páginas como Web Mii ("Encuentre toda la información pública sobre usted y obtenga su coeficiente de visibilidad en la Web", propone), en sólo tres segundos y tras barrer sitios como Google, Facebook y Twitter, aparecen más de medio centenar de fotografías (muchas no son mías), la cara de un amigo, una ex amiga, la tapa de una revista en la que alguna vez trabajé, el nombre de varios ex compañeros de trabajo y hasta el del jefe que me estafó. Un poliedro de mi pasado, desordenado, verdadero y falso a la vez, como la memoria de Funes. Y un veredicto: "Tiene un Web Mii score de 4,600, superior que el 76% de la población e inferior que el 24% de la población. Superior al promedio mundial". El tal promedio mundial de visibilidad en la Web es 2.8; el máximo es 10. Menos visible que Barak Obama y más que la vecina del 6° "C", digamos, pero igualmente atrapada para siempre por la red.
Hace exactamente 20 años, Gilles Deleuze entreveía todo esto con inquietante claridad: "Son las sociedades de control las que están reemplazando a las viejas sociedades disciplinarias. Control es el nombre que Burroughs propone para designar al nuevo monstruo, Paul Virilio no deja de analizar las nuevas formas ultrarrápidas de control al aire libre, que reemplazan a las viejas disciplinas que operan en la duración de un sistema cerrado", se lee en Postdata sobre las sociedades de control. Y ya estamos caminando hacia eso: un mundo en donde cada quien sea ubicable, rastreable, "puntuable" según su visibilidad en la Web, sus red de amigos, sus opiniones. El historiador cultural Siva Vaidhyanathan, de la Universidad de Virginia, habla de este fenómeno en su libro The Googlization of Everything ("La googlización de todo") y compara a Google con Julio César en la Roma del año 48 A.C. En los dos casos, la misma mezcla de admiración y ceguera. Los "milagros" de Google nos impiden ver el nivel de control que ejerce sobre sus dominios. Nadie votó ni eligió (¡ni conoce!) a Google. Pero todos acatamos sus designios y aceptamos, sonrientes, ser otro ladrillo en la ciberpared.
La reinvención del anonimato
Precisamente por eso hoy son varias las compañías que prometen el regreso al paraíso del anonimato. Entre ellas se destaca www.myprivacy.com , en cuya página electrónica se explica de modo muy claro el mecanismo a través del cual millones de usuarios proporcionan cada día, y a menudo sin saberlo, preciosa información personal a las empresas. La solución, en el caso de My Privacy, pasa por abonar una tarifa fija mensual y esperar a que el proceso de borrado ocurra.
Pero no sólo eso: también existen proyectos universitarios orientados a la reinvención del olvido en la Era Digital. Tal el caso de Vanish, surgido en la Universidad George Washington y liderado por Tadakoshi Kohno, que propone una suerte de autodestrucción diferida y a distancia de todos los datos que nos involucren. "Necesitamos desarrollar nuevas herramientas como Vanish o X pire", reconoce Mayer. "Pero estoy convencido de que podemos alcanzar el olvido digital con mucho menos esfuerzo. Bastaría con que Facebook o Google incorporaran fechas de vencimiento para la información. Sólo con eso tendríamos cubierto el 70% de lo que circula en la red", agrega.
Ese mismo espíritu es el que anima a la campaña lanzada en 2010 por Tortilini y Quagliano, aquella cuya ilustración es -cómo no- una goma de borrar. Sin embargo, Tortolini no duda en asegurar que, en materia de privacidad, más que de borrar, de lo que se trata es de no escribir. "La clave pasa por manejarnos en la Web como nos manejamos en la vida. Y si no tenemos confianza con todo el mundo, ¿por qué entonces permitir que cualquiera me lea o vea mis fotos? Si sé que todo será almacenado, más vale que no le dé al sistema demasiada información sobre mí", razona.
Tal vez sólo sea eso: recuperar, en un mundo desbocado en el que los adolescentes compiten por ver quién sube a You Tube el video "más extremo", el valor de la continencia. Aprender a desoír el canto de sirenas que fluye de toda la ferretería Wii y nos empuja a guardar para siempre cosas que, a fin de cuentas, sólo importan (o dañan) a quien las escribe.
© LA NACION
EN DEFENSA DE LA PRIVACIDAD
"Memento mori". Recuerda el morir, decían los antiguos, a modo de advertencia e invitación a hacer de la vida algo más que un simple hilvanado de días. Poder recuperar en su acepción más literal esa frase para nuestro atribulado mundo digital genera algo parecido al alivio. Tal vez por eso, en los últimos tiempos han tenido lugar varias iniciativas al respecto. Algunas de ellas toman la idea del "borrado" en el más literal de los sentidos y -tal el caso de www.reputationdefender.com- por algunos cuantos dólares "limpian" nuestro pasado digital de menciones desfavorables y hasta suben a la red contenidos nuevos y del todo más piadosos.
Pero la vanguardia en originalidad les corresponde a las iniciativas de los mismos usuarios. A mediados del año pasado, por ejemplo, un grupo de consumidores demandó a Facebook por violación de la privacidad. "Facebook sigue manipulando las características privadas de usuarios y su propia política de privacidad para usar información personal suministrada por los usuarios para propósitos limitados y hacerla ampliamente disponible para objetivos comerciales", se quejaron, y pidieron ser "borrados" de las bases.
Al mismo tiempo, un proyecto universitario llamado Diáspora trabaja también en la defensa de la privacidad y promete garantizar el intercambio de información tal y como lo hace cualquier red social "clásica" pero sin adueñarse de la información personal de sus usuarios y con algo así como el "derecho al olvido" incorporado. En el Centro Berkman para la Sociedad e Internet, dependiente de la Universidad de Harvard, la cosa también está que arde en torno a lo que ellos mismos denominan "ciberley", y temas como privacidad, ciberciudadanía y derecho al olvido son asuntos fundamentales dentro del debate.
Pero es sin dudas la Unión Europea la que más firme se ha demostrado en este sentido. Viviane Reding, la comisionada de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, adelantó que se analiza modificar, a fines de este mes, la legislación al respecto para permitir que los datos de las personas que así lo deseen puedan ser borrados de los servidores. Pero no sólo esto; las empresas deberían también, según informa el cable de Reuters, explicar qué clase de información guardan de sus usuarios y por qué lo hacen.
EL CASO DE STACY SNYDER
Soñaba con ser maestra y se formó para eso en la Universidad de Millersville. Pero poco antes de su graduación, las autoridades de esa casa de estudios descubrieron en MySpace una foto suya en la noche de brujas de 2005, bebiendo de más. Conclusión: le negaron el título porque, siendo una empleada pública, no podía mostrarse públicamente como lo hizo.
EN CIFRAS
500 millones de usuarios en Facebook 
La red social acaba de anunciar que alcanzó esa cantidad de usuarios en todo el mundo.
70 por ciento 
del universo digital no es generado por las grandes compañías del sector sino por usuarios particulares.
70 piezas de información 
Eso es lo que el usuario promedio de Facebook genera cada 30 días. Entre todos comparten más de 25.000 millones de piezas de contenido.
75 por ciento 
de los empleadores estadounidenses recurren a la red para conocer más acerca de los candidatos a ocupar un cargo. (Según una encuesta de Microsoft)

lunes, 21 de marzo de 2011

la dirigencia universitaria le pide a la Ministra Nilda Heredia que renuncie porque está siendo totalmente desleal a la Universidad que juró fidelidad antes que a EVO

Desde que se empezó a construir el Estado como la pieza más preciosa de la civilización, jurar como autoridad es también el punto de surgimiento de la moral pública, conteniendo el compromiso de no dejar a sus huestes al precio de la vida, cuyo ejemplo está en Leónidas y los espartanos. Por ello epónimas en la historia patria fueron las figuras de Germán Busch y Gualberto Villarroel.
La Universidad Pública es parte del Estado, lo dice el Código Civil en el Artículo 50, tocando a las personas colectivas, en la definición de los derechos subjetivos de las personas, como sujetos de derecho. La agencia española que ha redactado la CPE Plurinacional ha acomodado el tema de la autonomía universitaria en su Primera Parte, Título II. De los Derechos Fundamentales y Garantías, en la Sección sobre la Educación Superior, Artículo 92, dándole el atributo y jerarquías y su contenido, que es la libre administración de sus recursos, el nombramiento de sus autoridades, su personal docente y administrativo; la elaboración y aprobación de sus estatutos, planes de estudio y presupuestos anuales; la aceptación de legados y donaciones, así como la celebración de contratos, para realizar sus fines y sostener y perfeccionar sus institutos y facultades.
Las universidades públicas podrán negociar empréstitos con garantía de sus bienes y recursos, previa aprobación legislativas (sic). En resumen, las universidades estatales tienen autonomía administrativa, académica y financiera. Al estar prescrita su existencia legal en la CPE, es persona jurídica de Derecho Público con las responsabilidades establecidas en los Artículos 52 y 57 del Código Civil y las que fija el Código Penal, por los ilícitos.
Hermosa Paraba pecho negro de Bolivia
Podrá la señora Ministra decir que se trata ahora de otro Estado, como ha tratado de justificar su Vicepresidente; sin embargo, en materia de autonomía, el desconocimiento del Seguro Universitario como bien propio, originado en el dinero propio de los usuarios y beneficiarios, que son sus financiadores, importa conculcación del estatuto que le confiere la CPE, al inmiscuirse en el manejo de los recursos económicos y los derechos de los docentes. Este estatuto propio es parte del ordenamiento jurídico del país y no una concesión graciosa de nadie, que el gobierno de turno debe respetar, porque la ley es el principio rector en un estado de derecho y el gobierno en la democracia representativa es el gobierno de las leyes y no de los hombres, recogiendo el pensamiento de los forjadores de las constituciones modernas, Hobbes y Locke.
Y la autonomía universitaria es conquista impuesta por el pueblo en el plebiscito de 1932 junto al matrimonio civil, y las constituciones políticas subsiguientes han refrendado esa conquista del pueblo. La Ministra debe recordar que las constituciones cumplen la tarea institucional de consagrar lo que el pueblo ha conquistado (léase a Fernando Laballe ¿Qué es una constitución?): por ejemplo ahora Egipto, donde el pueblo con su revolución ha aplastado al gobierno opresor para imponer la Ley, que es su voluntad expresada en las calles.
El señor Paz Estenssoro recibió en 1964 el memorándum del Departamento del Estado, donde se recordaba cumplir exigencias como liquidar la pulpería barata, la autonomía universitaria, la libre contratación o despidos, la ley de excepción de Seguridad Nacional, que empezó cumpliendo en Sora Sora matando mineros. Pero ni las dictaduras militares se atrevieron tocar la autonomía universitaria, tarea que ahora cumple con el mayor desparpajo el gobierno de turno y su Ministra Nila Heredia, persona que ha jurado defender la autonomía universitaria.
Para la señora Ministra surge un grave dilema: ¿Con quién será leal? Y la lealtad toca esta vez la moral pública y la intimidad de la persona, preguntando necesariamente si será leal consigo misma, porque si es leal consigo misma debe renunciar. (Apareció en Bolpress.bo)
* Presidente del Fobomade La Paz.

lunes, 14 de marzo de 2011

cuando se creía estar fuera de peligro por el sunami de Japón en Chile las autoridades han anunciado alerta en las poblaciones costeñas y evacuación masiva

El ministro del Interior de Chile, Rodrigo Hinzpeter, dijo este viernes que se amplió la orden de evacuación a todas las "zonas costeras potencialmente inundables" del borde costero chileno de 4.000 km de extensión, por alerta de tsunami tras el sismo de 8,9 en Japón.

 "Nuestro gobierno quiere comunicar la decisión de que se proceda a la evacuación de toda la población que habita en las zonas inundables definidas", comunicó Hinzpeter desde la Oficina Nacional de Emergencias.

 Hinzpeter destacó que se trata de una "evacuación preventiva" que tiene por objetivo "proteger a la población", ante las olas que podrían llegar con una altura de hasta "dos y tres metros", según las últimas informaciones del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada.

 El ministro también informó que de la categoría inicial de alerta para Isla de Pascua se elevó a la categoría de alarma. La llegada de olas está estimada para las 19H47 del continente chileno (22H47 GMT). La población ya había evacuado las zonas inundables como medida de precaución.

 Las orden de evacuación preventiva afecta desde la región de Arica hasta la Antártica chilena, incluidas las islas del país, y debe realizarse a más tardar antes de las 21H30 locales (24H30 GMT) de este viernes.

 La Oficina de Emergencias recomendó evacuar a pie hasta una zona de altura de por lo menos 30 metros por sobre el nivel del mar, mantenerse en las zonas de seguridad hasta que las autoridades lo indiquen, alejarse de ríos y esteros y mantenerse informados con una radio.

sábado, 12 de marzo de 2011

fragmento de la nota leída por su autor Carlos Valverde en un intento de hacerle reflexionar sobre la gravedad del escándalo del narcogeneral que amenaza la credibilidad del Estado

Y lo estamos de verdad. Todos nosotros. Se me ocurre pensar que si Evo Morales, es decir el presidente, estuviera en problemas él sólo, ese sería su problema. No sería más que un asunto de él. Sea político o no. Podemos analizarlo, podemos opinar sobre un tema como ese pero. El problema será de él. Y él será el encargado de revertirlo. Revertir su pérdida de credibilidad, su incapacidad para resolver asuntos políticos o de gobierno. En fin. Sería problema de Evo Morales. Lo más que podríamos hacer. es opinar, sugerir, criticar o, hasta alegrarnos, si nos da la gana, de que le vaya mal por creerse más de lo que es, que no es gran cosa, al final de cuentas y tras de tantos años de gobierno. Los años de gobierno ya no dejan lugar a las excusas.
Ya no dan chance de echar a otro sus errores y sus defectos, sobre todo si este Estado ya no es el de antes y no se quedaron en chicas para desmontar lo que había antes. No nos vengan con las vainas esas de que el viejo Estado dejó la corrupción de la que no pueden librarse (lo dijo el Vice).

Ya pasaron 5 años, ché. Ya no le echen la culpa a nada de lo anterior porque ustedes no dejaron nada ya no queda ni el recuerdo de lo que había. así que, háganse cargo de una vez. Así que. Volviendo al tema, los problemas de Evo Morales, si son de él. Pena o bien. Como usted quiera por él pero. es asunto de él

Pero cuando el problema es generado porque el narcotráfico ha penetrado al Ministerio de Gobierno; es decir a la Seguridad del Estado, somos todos los que estamos en problemas porque el Estado o la República, aunque al Presidente Morales le cueste reconocerlo, va más allá de él; va más allá de nosotros mismos.

Reitero: estamos todos en problemas ahora porque el que fuera capo de la lucha contra el narcotráfico y luego de su jubilación, funcionario contratado por el Ministerio de Gobierno para hacer trabajo de coordinación y acopio de información y de inteligencia en materia de narcotráfico, está preso en EEUU luego de un seguimiento de sus actividades delictivas involucradas en narcotráfico que arrancaron en Bolivia, siguieron a Chile y Panamá.

Cuando eso ocurre, ya no es el presidente el que está en problemas sino el Estado mismo porque es el Gobierno el que ha sido penetrado y es el Estado el que es mirado desde fuera como si todos los que vivimos en él fuéramos Sanabria.

Ya no vale la idea de que coca no es cocaína y que los gringos deben ser los que erradiquen sus narices. ya no vale la perorata de que la coca es milenaria y un regalo de la pacha no sé qué. Ya no podemos estar con la letanía de que nosotros no somos los culpables de la necesidad de droga de los gringos. Esa inmoralidad el mundo ya no la acepta, esa inmoralidad el mundo nos la va a cobrar de alguna manera porque nosotros somos el tercer proveedor de droga del mundo y si bien aún no vamos a ser el segundo, lo que exportamos en droga da para envenenar a millones de seres humanos que están en otros países y eso nos convierte, como dice el sociólogo internacionalista Edson Velez, de la FLACSO en un Estado Forajido que cree que puede vivir a contramano defendiendo lo indefendible y pensando que podemos aislarnos del ordenamiento jurídico internacional.

Nadie de los que manda en este país, ni el presidente ni algún otro de los que cree que podemos batirnos con el mundo a punta de discursos absurdos y delincuenciales puede alegar que el Gobierno es absolutamente inocente en el caso del Gral. Sanabria. Se peca por acción o por omisión; se peca porque se hace o se deja hacer y en este caso si el Ministro de Gobierno no hizo, dejó hacer y ese dejar hacer ha convertido a nuestro país en un país observado por la comunidad internacional; un estado sospechoso.

Sanabria no es cualquiera. Sanabria fue durante años jefe de la lucha contra el narcotráfico, fue el principal responsable de una lucha que le encomendó el Estado y él se aprovechó de ese Estado para salir de allí con su propia "línea", como se llama en la jerga policial al negocio del narcotráfico.

Que el Gobierno no lo haya detectado implica que el General tenía un mecanismo de protección importante, es decir que el sistema montado por él funcionó tan bien como para que luego de haber dejado el cargo al jubilarse, logró ser contratado por el propio Ministro para seguir haciendo tareas de Inteligencia en el mismo campo, es decir el campo en el que desarrollaba sus acciones clandestinas. Entonces, el problema es más que eso. el problema es que Sanabria pudo haber dominado el campo donde lo pueden haber puesto los carteles de la droga para que proteja el negocio.

Consecuentemente, el Gobierno está penetrado; ya no importa si Sacha Llorenti es inocente en materia de narcotráfico. Lo que importa es el grado de impunidad que el narcotráfico logró en el Gobierno y en su administración; el problema es, no lo que sabe hoy Sacha Llorenti sino lo que no supo en su momento. Eso es lo grave. El Presidente cree que mostrando lealtad a Sacha va a dar la imagen de confianza que el Gobierno necesita cuando lo cierto es que los ciudadanos vemos con desconfianza al Ministro en cuyas barbas se planificó una operación de envío de droga a EEUU pasando por Chile y Panamá.

El Presidente tiene que entender que no importa si Sacha no estuvo metido en el asunto; el Presidente debe entender que si Sacha no supo nada, es porque Sacha no hace bien su tarea hacia adentro, debe entender que Sacha está penetrado y que en su ministerio todo el mundo hace lo que quiere. así lo hicieron los Núñez del Prado con el soborno al Viejo. Así se filtró el video del hecho. Desde el mismo Ministerio de Gobierno

Así Sanabria y parte de su equipo organizaron desde el Ministerio de Gobierno su propio equipo de narcotráfico (se sabe que fracasó un envío de más de 2 toneladas) y el Ministro no supo nada de lo que ocurría bajo de él. Por tanto. Para qué sirve, o para qué le sirve al Presidente un ministro tan desinformado? De qué le sirve al presidente un ministro que no tiene idea de lo que ocurre en el piso de debajo de su oficina? De qué le sirve al país un ministro inepto, un ministro que no logra hacerse de un equipo de confianza que sepa lo que pasa a su alrededor?

Sacha Llorenti no puede seguir siendo Ministro por lo que no sabe, no por lo que sabe; eso es más que evidente. Por su desconocimiento, el país está en problemas; por lo que Sacha dice no haber sabido, nuestro país es visto como un país forajido. Como un país sospechoso y nosotros los ciudadanos no nos merecemos esto.

Será que el Presidente tendrá el coraje de cambiarlo? Será que al presidente Morales lo convencerá la razón del Estado? Esa es su tarea y responsabilidad. No le pongo mucha esperanza. Don Evo es terriblemente caprichoso e inseguro. En una de esas, la razón de Estado él mismo la interpreta como una muestra de debilidad y. semejante "machango" no va a permitirse dar una señal como esa.

jueves, 10 de marzo de 2011

Bolivia a un paso de importar Gas Natural. El Dia analiza y teme que suceda lo mismo que con la gasolina y el diesel. son "los milagros del cambio"

La situación del gas boliviano se pone cada vez más complicada y la evolución del problema no sólo amenaza a las exportaciones sino también el abastecimiento del mercado interno. Los pronósticos que sonaban tremendistas hace un año y que hablaban de que Bolivia podría pasar a ser un importador de gas natural, ahora suenan más realistas que nunca. Si ocurrió con la gasolina y con el GLP, es obvio que también se mencione una inminente escasez de gas, ya que forma parte de la misma cadena productiva.

Aparentemente brasileños y argentinos, los únicos clientes del gas boliviano, ya se dieron cuenta de este peligro y están tomando sus previsiones. En Brasil, la importación de Gas Natural Licuado (GNL) ha ido creciendo de manera sistemática en los últimos años, en la misma medida que ha ido diluyéndose la credibilidad de Bolivia como proveedor seguro. Se calcula que para el 2013, el volumen de gas que importa por barco superará a las cantidades al gas natural que se bombean desde Santa Cruz. 

Ahora que ya no está Lula en el poder, en Brasil ya no hay quién abogue por Bolivia, aunque sea “por lástima” y eso lo ha demostrado la nueva presidenta, Dilma Rousseff (que de energía sabe mucho) con el anuncio de la construcción de una nueva planta de regasificación de GNL en el estado de Bahía, con una capacidad de 14 millones de metros cúbicos diarios, la mitad de lo que representa el contrato con Bolivia, el mismo, que según algunos analistas será complicado de renovar una vez que se venza en el año 2019. 

El caso argentino es muy parecido, sólo a que éstos les tomó mucho menos superar con el GLN las importaciones de gas natural boliviano. La consolidación de esta forma de aprovisionamiento sumada a las grandes reservas que fueron encontradas el año pasado en la Patagonia, alejan cada vez más     aquella promesa de quintuplicar los envíos desde Bolivia. En ambos países y también en Perú, que hace años le arrebató a Bolivia su sitial de gran potencia gasífera, están aprovechando como corresponde los espacios vacíos que ha dejado nuestra industria y no sólo están copando importantes mercados, sino captando inversiones y desarrollando proyectos de industrialización que se prometieron hasta el cansancio y que la nacionalización de los hidrocarburos del MAS se encargó de estropear.

El Gobierno intentó enmendar con el gasolinazo todo el desastre que ocasionó la nacionalización en materia de inversiones. Esa es una opción que seguramente quedará archivada por mucho tiempo, aunque aún existe otra alternativa, consistente en volver a las condiciones anteriores a la promulgación de la actual Ley de Hidrocarburos, lo que equivaldría a una suerte de proceso de capitalización en versión “revolucionaria”. Por último, el MAS podría pensar también en cumplir su promesa de dejar el “gas para los bolivianos”, usarlo para el Mutún, para la agroindustria, para producir urea, cemento, para el uso vehicular y poner en marcha un sinnúmero de establecimientos industriales que están paralizados porque desde hace mucho les falta gas. Hay que hacerlo antes que se acabe y tengamos que importarlo.
Aparentemente brasileños y argentinos, los únicos clientes del gas boliviano, ya se dieron cuenta de este peligro y están tomando sus previsiones. En Brasil, la importación de Gas Natural Licuado (GNL) ha ido creciendo de manera sistemática en los últimos años, en la misma medida que ha ido diluyéndose la credibilidad de Bolivia como proveedor seguro.