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domingo, 30 de agosto de 2015

don Francesco Zarratti juzga que "la política de agotar las reservas y rechazar las inversiones" en materia de gas, ha llevado las cosas a tal crisis. las reservas se han quemado, se están quemando y aquellas inversiones extranjeras de los 90 ya dieron sus frutos. el profesor con tacto insiste en despolitizar la energía...ojalá fuese escuchado...aunque es dudoso!

El título de esta columna es una sentencia del papa Francisco que yo relaciono con el adagio “la necesidad tiene cara de hereje” (necessitas caret lege). Me vino a la mente ante las respuestas a la crisis global de la energía que afecta también a nuestro país. Podremos estar protegidos de sus efectos durante un tiempo, gracias a las reservas internacionales y a ciertas peculiaridades de la economía boliviana, pero nunca blindados, de modo que es urgente tomar en serio el rumbo de la economía boliviana, en la cual la energía juega un papel protagónico. Personalmente creo que, por el bien de Bolivia, ha llegado la hora de despolitizar los temas económicos y buscar las mejores soluciones para enfrentar los tiempos difíciles.
El sector energético del país parece haber perdido una década, durante la cual se han malgastado las oportunidades ofrecidas por las reservas de gas descubiertas en la década de los ’90 gracias a las inversiones extranjeras. Si bien los ajustes a la política tributaria energética eran necesarios, no obstante, el abocarse casi exclusivamente a agotar los yacimientos existentes y a espantar a los inversionistas ha llevado al actual Gobierno a una situación de desesperación ante las consecuencias que tendría la falta de gas para su proyecto de poder perpetuo.
¿Qué significa “despolitizar” la energía? En primer lugar quiere decir reconocer que a la economía se le aplica el título de esta columna. Por ejemplo, el dogma del 50-50 sobre los ingresos de los hidrocarburos, simple y efectivo en tiempos de bonanza del gas, aparentemente será reemplazado --Ley de Incentivos mediante-- por un 38-62, devolviendo 12 puntos del IDH a las petroleras. Asimismo la industrialización deberá supeditarse a la realidad de mercados y reservas antes de lanzarse a nuevas aventuras con los polietilenos.
En segundo lugar despolitizar la energía significa emprender una nueva relación con las regiones productoras. Tarija ha estado reclamando participar activamente como socio de los emprendimientos de YPFB, pero ese pedido fue rechazado con displicencia. Ahora es el momento de transformar YPFB de una empresa del Gobierno a una empresa de los bolivianos, con el aporte de las regiones y también de los ciudadanos que quieran invertir en ella fiscalizando, al mismo tiempo, las decisiones que se tomen. De hecho, la rebaja del IDH que impone la Ley de Incentivos a sus beneficiarios debería transformarse en aportes de capital de los gobiernos subnacionales en las subsidiarias Andina y Chaco.
En tercer lugar, despolitizar la energía quiere decir dejarse de poses ideológicas y priorizar el bien común. Me parece que la reacción negativa de la población a lo “nuclear” se debe en gran parte a declaraciones ambiguas de varias autoridades del Estado sobre la “energía nuclear”, cuando lo que el país prioritariamente requiere es “tecnología nuclear” para la salud, la industria y la investigación.
Finalmente, hay que despolitizar la ampliación de los mercados de la energía. Dejando de lado el gas, por muchos motivos, la exportación de energía eléctrica, mejor si producida por las plantas hidroeléctricas en construcción, podría revertir el déficit comercial con Chile, país que soporta las tarifas de electricidad más caras de las Américas. Al fin y al cabo, los electrones no son moléculas de gas y tampoco se quedarían en Chile, sino que van y vuelven.
Entiendo que este tema sigue siendo delicado, más aún en el actual contexto diplomático. Sin embargo, mediante fórmulas creativas, que incluso podrían contribuir al éxito del ineludible diálogo post-La Haya, veo posible generar beneficios económicos mutuos y vencer la recíproca desconfianza.

viernes, 28 de agosto de 2015

cae el petróleo y cae el gas. Carlos Miranda con la enorme experiencia de haber consagrado su vida al tema de hicrocarburos, analiza la crisis del gas natural, y cómo los oficialistas empiezan a "sudar frío" ante la gravedad del mismo, cuando la crisis hace fondo y Bolivia no puede"permanecer blindada" cual si tal cosa no tuviera importancia.

La caída continua de los precios del petróleo está causando mucha preocupación, por eso unas aclaraciones. Petrobras (Brasil) y Enarsa (Argentina) que son nuestros compradores, por contrato establecen los volúmenes que debemos exportar. El valor de esas exportaciones depende de los precios de venta del gas que, por contrato, son referidos a los precios del petróleo.  Los precios del gas se fijan trimestralmente utilizando promedios también trimestrales de los precios de refinados del petróleo (fuel oil y diesel oil).
Por estas razones, si el precio de petróleo sube el del gas también. Cuando el precio del petróleo baja, también lo hace el gas.

La salud económica de nuestro país depende del valor de esas exportaciones que representan el 60% del total.
Cuando el precio del petróleo se desplomó en diciembre de 2014, se predijo y advirtió que por las exportaciones de gas dejaríamos de percibir más de $us 2.000 millones por año. Como es acostumbrado, estas observaciones fueron recibidas, en el sector oficial, con incredulidad y una sonrisa de suficiencia. Cuando el petróleo empezó a caer por debajo de los $us 50/barril desaparecieron las sonrisas y ahora que ha llegado a menos de $us 40/barril, un sudor frío recorre las frentes de los comentaristas oficiales.
Además, aunque el precio del petróleo retornara al anterior de $us 100/barril, por las fórmulas establecidas en los contratos, al precio del gas le tomaría unos seis meses retornar a niveles de más de $us 10/MMBTU. Por tanto, pase lo que pase, el 2015 por exportaciones de gas se recibirán entre $us 2.000 a $us 3.000 millones menos.
El contrato de venta de gas con Petrobras (Brasil) concluye el 2019 y esa fecha está a la vuelta de la esquina. Su importancia económica es de tal magnitud que merece intentemos, con señales actuales, vaticinar cómo evolucionará el mercado mundial del gas hasta esa fecha.
En el hemisferio occidental la actividad fundamental de la industria gasífera, continuará siendo reemplazar el gas ruso para Europa que se transporta a través de Ucrania. EEUU y la UE pretenden lograr ese objetivo en dos etapas.
Primero, abasteciendo con LNG con barcos metaneros, una especie de réplica del abastecimiento aéreo a Berlín. El LNG para Europa sería shale gas norteamericano licuificado, más LNG de Trinidad y Tobago y África.
La segunda etapa sería la solución definitiva con el envío a Europa de gas iraní por gasoducto. La aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU al Pacto Nuclear, levantando las sanciones a ese país, ha abierto las puertas para hacer posible el abastecimiento de Europa con gas iraní.
El resto de la industria del gas se está preparando activamente para desplazar al gas ruso que abastece Europa. Así tenemos en EEUU plantas regasificadoras convirtiéndose en plantas productoras de LNG utilizando shale gas.  España está ampliando su recepción de LNG africano para incorporarlo a la red europea de gas natural.  Inclusive se especula que la producción del campo venezolano Perla será convertida en LNG para Europa.  Asimismo, tenemos que las compañías transportadoras de LNG con barcos metaneros están ampliando el tamaño de sus flotas.
Por los acontecimientos descritos vemos que hemos caído en una infeliz coincidencia. Debemos negociar un nuevo contrato con Brasil en medio del desarrollo casi febril de fuentes de producción de LNG y un posible aumento de barcos metaneros produciendo una rebaja de precios en el transporte marítimo.
A primera vista parecería que Brasil tiene una clara posición de superioridad en esas hipotéticas futuras negociaciones. Pero esa posición no reflejaría completamente la realidad. Petrobras ya ha pagado, hace tiempo, por adelantado $us 80 millones por fletes de transporte de gas para un segundo contrato. Además, para el 2019, el gasoducto al Brasil estará totalmente depreciado, lo cual hará que las tarifas de transporte bajen drásticamente.
En una situación de esa naturaleza, el que podamos mostrar reservas que garanticen el cumplimiento de un segundo contrato sería el factor que incuestionablemente defina el éxito de la negociación. Lamentablemente no las tenemos.
¡Cada vez se ve más claro el terrible error de no haber explorado estos años pasados cuando teníamos una abundancia total de recursos!

martes, 25 de agosto de 2015

OPINION se ocupa de China, la gran caída de la bolsa y reafirma que se trató de "un lunes negro" en la historia económica global. en el plano local deja ver que es hora de alianzas estratégicas, acabar con el extractivismo y avanzar en la reapropiación social de la naturaleza...buenos deseos que ojalá fuesen atendidos.

China baja la demanda de materias primas y Latinoamérica tiene que aprovechar el momento para fabricar productos  manufacturados.

Las dudas sobre la economía china y la contracción en la actividad manufacturera han generado la peor caída de las bolsas en los últimos ocho años. Los mercados de valores sufrieron ayer un “lunes negro”, por el hundimiento de la bolsa de Shanghái en 9 por ciento .

El desplome de las bolsas chinas ha arrastrado a la de Tokio, que perdió un 4.61 por ciento , su mayor caída desde mayo de 2013. Seúl, Taipei y los mercados de todo el sureste asiático también fueron a la baja, igual que las principales bolsas europeas: Londres, Fráncfort, París y Madrid perdieron el 2.55 a 3.24 por ciento . En Estados Unidos se desplomaron las principales bolsas. El impacto llegó hasta Latinoamérica, pero la Bolsa Boliviana de Valores quedó indemne porque no forma parte del mercado global.

El derrumbe de las bolsas es resultado de la desaceleración económica de China. Ya en 2014, el país asiático creció 7.4 por ciento , su nivel más bajo desde el 2000. Para reactivar su economía, China decidió financiar empresas altamente endeudadas, mediante el incentivo de la participación en la Bolsa de pequeños inversores. A estos hechos se sumó la salida de inversiones en yuanes, tras la devaluación de la divisa china a comienzos de este mes.

China, con una contracción en la actividad manufacturera, compra menos materias primas, lo que genera, entre otros factores, una sobreoferta de petróleo y la consiguiente caída de las cotizaciones internacionales.

El desplome de las bolsas asiáticas se produjo a pesar de la decisión del Gobierno chino de permitir a los fondos de pensiones del país invertir hasta un máximo de un 30 por ciento de sus activos en la bolsa. 

China produce el 16.5 por ciento del Producto Interno Bruto mundial y tiene un peso creciente en América Latina. El comercio bilateral se multiplicó por 20 en lo que va del siglo. América Latina exporta principalmente materias primas. La soya, el hierro, el petróleo y el cobre representan un 75 por ciento de las exportaciones a China. Latinoamérica importa manufacturas, en un intercambio desigual heredado de la colonia. El capital chino participa en grandes proyectos petroleros en Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela. Otorga préstamos a empresas estratégicas, como Petrobras, a cambio se asegurarse la provisión de carburantes por al menos 10 años.

La nueva realidad china tiene que ser una oportunidad para Bolivia, que debe aprobar una política de industrialización de los recursos naturales para  mejorar la producción manufacturera, en lugar de esperar atender la demanda china. Puede ser el momento de buscar un nuevo equilibrio comercial. 

Los sociólogos de la cátedra Unesco Theotonio Dos Santos y Mónica Bruckmann recomiendan desarrollar alianzas estratégicas que dejen de reproducir el modelo primario exportador y se orienten hacia el desarrollo integral.  Se trata de acabar con la visión extractivista y los devastadores efectos sociales, económicos y ambientales que esta práctica acarrea. Los países latinoamericanos tienen que avanzar hacia un proceso de reapropiación social de la naturaleza y de los recursos naturales como base para el desarrollo y del bienestar de los pueblos. Esto implica apropiarse de la investigación científica y tecnológica, orientada al desarrollo de tecnologías de extracción que tengan el menor impacto ambiental posible, al conocimiento profundo de los materiales y su aplicación industrial, a la innovación tecnológica y a los nuevos usos industriales.  Estos objetivos exigen también la creación de instrumentos de análisis para una gestión más eficiente de los recursos. Las señales de la recesión china datan de hace meses y el desplome de las bolsas es apenas un efecto.

domingo, 23 de agosto de 2015


afiladas como un puñal. frases lacerantes

El Dia de SC, cuando trata del gas y Chile. Chile y el gas nuevo, viejo mercado

El vicepresidente García Linera no dijo que vamos a venderle gas a Chile puesto que eso depende de nuestras barreras “patrióticas”; de los muros mentales que nos hemos puesto los bolivianos para tener siempre una excusa a mano y de la necesidad de los nuestros líderes mediocres de usar el mar como único medio de cohesión de la ciudadanía.
Lo que dijo en realidad fue que Bolivia está obligada a venderle gas a Chile si es que aspira a convertirse en una potencia energética y, en las circunstancias actuales, a sobrevivir y a no repetir las viejas experiencias de crisis económicas, inestabilidad política y agitación social.
García Linera habló de Chile y el gas frente a las empresas petroleras que no se creen todos los cuentos y arengas patrioteras y saben muy bien que las inversiones, la exploración, la producción y el crecimiento de la industria gasífera boliviana dependen de la apertura de un nuevo gran mercado, a la misma altura de Argentina y Brasil. Eso lo sabía Gonzalo Sánchez de Lozada en el 2003 y los actuales conductores políticos no sólo tumbaron el proyecto, sino que lo condenaron tal vez para siempre al olvido, lo que equivale a sentenciar también el futuro del país.
Después de hablar de Chile, el vice les ofreció plata a las petroleras para venir a invertir. Les habló de mil millones de dólares, una bicoca comparada con lo que tienen que arriesgar en el contexto de bajos precios y sobre todo, sin tener la certeza de un mercado como el chileno.
Es increíble que la situación actual nos lleve directamente a 1879, cuando Bolivia sobrevivía con las migajas que obtenía de Chile por la explotación del guano y el salitre. Y cuando se acabó ese goteo, tuvo que firmar su rendición en 1904, pues lo contrario hubiera significado morirnos de hambre y sellar la desaparición definitiva de Bolivia.
Por ahora, el presidente Morales mantiene la postura, pero ya lo dijo un prominente personaje del “Proceso de Cambio”: “Con la dignidad no se come” y precisamente la afirmación del vicepresidente, que viene acompañada de otras medidas como el ofrecimiento en bandeja de las áreas protegidas y la nueva pateadura de indígenas, son la muestra de que la desesperación por la caída de los ingresos está comenzando a cundir en las filas oficialistas.
Además, el mercado chileno no solo sería crucial para incrementar los volúmenes de producción y evitar el derrumbe de la renta petrolera, sino también para reducir el riesgo en el que se encuentran los contratos con Brasil y Argentina, aquejados por falta de reservas y una reducción paulatina de la producción.
El vicepresidente seguramente habrá considerado otros aspectos a la hora de hacer esa aseveración tan arriesgada pero con tanto sentido de la realidad. Él está en mejores condiciones que nadie para saber las expectativas que existen en La Haya y por otro lado, siente que hoy el gobierno tiene mucho más fuerza de lo que tenía la administración de Sánchez de Lozada para llevar adelante una iniciativa rodeada de tantos anticuerpos. Pero sobre todo, conoce la verdadera situación económica del país y desde ahí puede ver la única tabla de salvación tanto del país como del proceso político que él conduce.
García Linera habló de Chile y el gas frente a las empresas petroleras que no se creen todos los cuentos y arengas patrioteras y saben muy bien que las inversiones, la exploración, la producción y el crecimiento de la industria gasífera boliviana dependen de la apertura de un nuevo gran mercado, a la misma altura de Argentina y Brasil. Eso lo sabía Gonzalo Sánchez de Lozada en el 2003 y los actuales conductores políticos no solo tumbaron el proyecto, sino que lo condenaron tal vez para siempre al olvido, lo que equivale a sentenciar también el futuro del país.

martes, 18 de agosto de 2015

repasa Jaime Liendo los items gastados insulsamente por Evo y que se elevan a cifras muy altas, la Fiscalía Investiga dónde pueden estar esos dineros, resultando que"elblindaje aducido por Evo, fue simplemente una ilusión sin sentido práctico". cuán acertado está el columnista de OPINION

Muchas veces hemos escuchado y leído en los medios de comunicación, las aseveraciones de ministros y otras altas autoridades gubernamentales que el Estado Plurinacional Boliviano, no será afectado por la baja de las materias primas que producimos en Bolivia, pues tiene una economía blindada. Es decir que a ella no le afectaría la crisis internacional.

Como el Estado Plurinacional es, aunque los personeros gubernamentales lo nieguen, una nación netamente productora de materias primas, que no ha sabido usar la gran cantidad de divisas que recibió por la venta de materias primas durante el largo tiempo en que la República Popular China pagaba precios elevados en la compra de materias primas. 


China estaba en pleno proceso de gran industrialización de su país y los países productores de minerales y gas se beneficiaron con gran cantidad de divisas, pero lamentablemente en Bolivia, el Gobierno nacional prácticamente malgastó miles de millones de dólares en toda clase de actividades improductivas como grandes eventos internacionales pagando a los asistentes (personeros oficiales de casi todos los países del tercer mundo), no solo sus pasajes sino todos sus gastos e inclusive bonos inexplicables. 

Por otra parte, en el Programa Gubernamental: Evo – Cumple, se gastó una fabulosa fortuna haciendo canchas de fútbol en cada lugar que el Presidente del Estado Plurinacional visita y también se dilapidó divisas en frecuentes viajes al extranjero del Presidente nacional y se sigue haciendo ese gasto innecesario. Por otra parte, se creó el Fondo Indígena y se distribuyó millones de dólares a cargo de personas no capacitadas para administrar semejante monto de dinero que ahora no se sabe en qué se invirtió. 

El Ministerio Público ha comenzado a investigar en qué se ha empleado tal cantidad de dinero, pues no existen obras realizadas que justifiquen ese fabuloso monto. Por todo lo dicho, las vacas gordas han desaparecido y ahora, cada día que pasa, el problema se agudiza. 

En la minería nacionalizada, especialmente en Huanuni, se incrementó la cantidad de trabajadores de tal manera que es imposible dejar sin empleo a más de seis mil obreros que no producen mineral de estaño ni siquiera al costo, sino con pérdida que día que pasa es incrementado por la constante baja de la cotización internacional. 

Todas las materias primas que produce el Estado Plurinacional se van comiendo la reserva económica del Estado Plurinacional tan rápidamente que muy pronto llegará el tiempo de las vacas flacas. Acaso ni estas ya existan de forma que a Bolivia le espera un largo camino de conflictos sociales por falta de divisas para importar todo lo que ha dejado de industrializar. Por ello el blindaje económico simplemente fue una ilusión sin sentido práctico.

lunes, 10 de agosto de 2015

no puede ocultar la desesperanza que comienza a generalizarse entre los bolivianos y Harold Olmos, acude al ejemplo de Brasil cuya economía se desploma a ojos vista y cuyos efectos no tardarán en hacer mella en la Bolivia de Evo, pertinaz y terco en defender un tipo de cambio que sólo nos causa daño en lo industrial y en lo comercial

Los índices excluyen un optimismo inmediato y las recomendaciones son claras: hay que prepararse para un empeoramiento. Resta por comprobarse si también en la economía se aplica la sentencia fatal de Richard Nixon: como le vaya a Brasil, así le irá a América Latina (diciembre, 1971, en un brindis para el militar dictador brasileño que lo visitaba en la Casa Blanca). 

La racha de malas noticias la encabezó el estado general de la economía. El PIB decrecerá un 1,7%, porcentaje mayor al 1,5% previsto al comenzar el año. La diferencia del 0,02% representa algunos miles de millones de dólares respecto a los tres billones calculados para el PIB de nuestro vecino, entre el sexto y séptimo del mundo. La señal más reciente de la contracción vino de la industria, que se encogió en más del 6,3% en los primeros seis meses del año y que se refleja en una baja del 20% de la producción automovilística. El índice industrial arrastra a todos los demás con valor tangible para la economía. Un elemento positivo (cada nubarrón tiene línea plateada) es la amplia difusión de estas noticias, sin censura ni temores, y la ejecución de planes de austeridad severa.

El impacto del fenómeno brasileño se siente en las zonas fronterizas a causa del valor del real, nunca tan débil desde finales de 2002, cuando Lula se preparaba para asumir el Gobierno “sin miedo de ser feliz” y la ansiedad dominaba los mercados financieros. Hace pocos días, el kilo de pollo brasileño llegó a costar Bs 5 en los friales de Puerto Quijarro, mientras cundía la angustia entre los avicultores cruceños que con Bs 9-10 el kilo no podían competir. Eso ya era la mitad del año anterior. Entonces y ahora, la moneda boliviana gozaba de un prestigio con pocos paralelos, pero asfixiante para los productores nacionales.

La variedad de manifestaciones refleja el fenómeno de ‘la gateadora’, descrito a comienzos de año por el ex prefecto cruceño Rolando Aróstegui, cuando en los llanos el agua avanza indetenible. Su alcance luce continental (en Venezuela, dos bolivianos sobran para llenar un tanque de 40 litros de gasolina). En nuestro medio, muchos encogen los hombros en señal de “a mí no me toca”, aunque perciben que la gateadora cobra un ritmo peligroso. Con Lula investigado dentro de uno de los mayores escándalos de la historia sudamericana, muchos brasileños se preguntan si valió la pena aventurarse sin miedo en busca de una felicidad que, al menos fuera del paraíso terrenal, luce demasiado escurridiza