¿Por qué Brasil pide menos gas de Bolivia?


Francesco Zaratti


Hace unos meses, mientras asistía a una condecoración en la Cancillería, tuve el “gozo” de escuchar un enésimo discurso esotérico del Canciller. En síntesis, con el fin de valorar la importancia de la investigación, el Ministro citó una “investigación reciente” que concluía sobre el verdadero motivo de intervención de Estados Unidos y sus aliados en Irak, el cual sería la ocupación de un sitio arqueológico donde se concentra la “energía de las estrellas”.

Motivado por ese antecedente he decidido especular, tratando de buscar, junto a otros colegas, razones a la fuerte baja de la demanda de gas por parte de Brasil (de 30 a 15 MMmcd), sin escudarme en la astrología y sin preguntar si YPFB fue informado oportunamente por Petrobras.

Las autoridades del sector de hidrocarburos han atribuido esa baja a un efecto estacional por la época de lluvia y al uso intensivo de energía hidroeléctrica por parte de nuestro vecino. Sin embargo, revisando los últimos tres años se comprueba que las exportaciones mensuales han sido permanentemente superiores a 30 MMmcd, con excepción del mes de febrero de 2014, cuando bajaron a 28. De modo que no se trata de un efecto estacional. Pero, si consideramos que Brasil está entre los primeros cinco países en el mundo que más utilizan las energías renovables, es más probable que el incremento de generación eléctrica se deba al uso de esas energías.

Un segundo motivo de la baja de la demanda es la deceleración de la economía brasileña, producto de la crisis global y de los problemas políticos que enfrenta ese país. Definitivamente, la industria brasileña requiere menos energía y, por el momento, la obtiene de otras fuentes.

Pero hay también razones de carácter bilateral. Acá voy a echar mano a la especulación, que “se non é vera é ben trovata”. El tema político no es irrelevante, la falta de tacto del tuitero @evoespueblo en ocasión del polémico cambio político (legal y constitucional al fin) ocurrido en Brasil no ayuda precisamente a despertar la cordialidad del gobierno de Temer, el cual no aparenta tener con nuestro gobierno la misma contemplación que tuvo Lula Da Silva.

Asimismo, no excluyo un tema de competencia entre empresas. Resulta que hasta ahora el gas exportado a Brasil era sustancialmente extraído de los campos San Alberto y Sábalo, operados por Petrobras. Ahora que San Alberto ha declinado raudamente, si Petrobras demandara volúmenes máximos, sin necesitarlos, debería comprar gas extraído de otros campos, operados por Repsol o Total. Pero eso implicaría fortalecer la competencia.

Finalmente, es posible que Petrobras esté apostando a un incremento a futuro del precio del gas natural. De hecho, la cláusula “take or pay” (toma o paga) le favorece en la medida en que paga hoy a precio barato por gas que recibirá cuando los precios mejoren. En consecuencia, YPFB deberá entregar gas a Brasil durante un buen tiempo, quién sabe al finalizar el contrato, sin pago. Dicho sea de paso, de ese modo Petrobras refuerza su posición negociadora para la renovación del contrato.

Curiosamente esa situación crea un problema adicional a YPFB. La ley dice que regalías e IDH se pagan por el gas extraído. El gas que debemos entregar a Brasil se extraerá en unos cuantos años y en ese momento YPFB deberá abonar a las regiones su participación. Me pregunto: ¿A qué precio lo hará? Lo legal, mas no lo conveniente para YPFB, sería al precio del momento de la producción, que puede ser mucho más alto del precio recibido hoy por YPFB del Brasil según la regla del “take or pay”.

Mientras tanto, ¿no sería justo suspender el aporte del 12% del IDH de los gobiernos locales (Ley 767) en compensación de la drástica disminución de ingresos?