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viernes, 8 de julio de 2011

Miranda Pacheco sin duda el más conocedor del tema energía describe con precisión la pérdida de 130 millones de dólares por la demora de dos semanas en la entrega del GIJA y la realidad del negocio con Argentina

Con dos meses de atraso, el 30 de junio pasado, se inauguró el Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA).  El presidente Morales y la presidente Kirchner, desde la Casa Rosada,  pusieron en marcha el gasoducto en la frontera boliviano-argentina.

El GIJA es el último gasoducto de exportación que Bolivia construirá en mucho tiempo.  No es una gigantesca obra de ingeniería, pero es muy importante en otro sentido.  Ese ducto permitirá enviar hasta 27,7 MMm3/d contratados por ENARSA que finaliza el 2026.

No obstante, lo novedoso de la ceremonia de inauguración, (instrucciones e imágenes por comunicación satelital) la noticia pasó inadvertida por casi coincidir con el empate, con sabor a victoria, del equipo nacional, frente al seleccionado argentino de fútbol.

De todas maneras, los días subsiguientes, en el estilo acostumbrado, comenzó la danza triunfal de los miles de millones de dólares por los ingresos que se percibirán con la inauguración del GIJA.  Evidente. Si cumplimos con el contrato podemos esperar casi 2/3 de ingresos adicionales a los que recibimos del Brasil.  Importante, pero como el fútbol también es muy importante, nadie cuestionó que el atraso de 60 días en la puesta en marcha del gasoducto ha representado mas de $us 130 millones de dólares que se dejó de percibir.

Estimado lector, Argentina es nuestro único mercado de consideración a corto y mediano plazo.  Tenemos larga historia de compra-venta de gas entre los dos países.  Argentina no es el mejor pagador.  Pero es el único que nos queda.  Por tanto, deberíamos estar atentos a los acontecimientos gasíferos importantes en ese país.

En tal sentido, el discurso de la Presidente de Argentina en la inauguración del GIJA, ha sido muy informativo y revelador.

Al GIJA, la Sra. Kirchner lo denominó una obra de integración importante que “forma parte del planeamiento estratégico argentino”.

Refiriéndose a precios del contrato que motivó el gasoducto que se inauguraba, tuvo una impresionante y críptica frase indicando que era un precio “testigo” para evitar que seamos “esquilmados” de nuestros recursos naturales.

El tema del “planeamiento estratégico” fue central en el discurso. Consistente con ello, anunció que en esos días también se firmaría en Qatar el suministro de gas liquificado (LNG) qatarí para Argentina a partir del 2014.

El acuerdo hasta donde se ha podido conocer, establece que Qatar Gas suministrara a ENARSA 5 millones de toneladas anuales de LNG por 20 años, a partir del 2014.  El gas será entregado a la terminal de almacenamiento y regasificación, “Southern Cone LNG Hub”, que tiene planeada ENARSA a la cual Qatar Gas contribuirá al financiamiento en su construcción.

En Argentina la futura compra está siendo muy discutida no por haber asegurado provisión de LNG hasta el 2034, sino por haberlo hecho sin llamar a una licitación cuando solo faltan seis meses para el fin del régimen de gobierno.

Cómo nos afecta todo lo anterior.

No se conoce la respuesta oficial al pedido de mayores entregas de gas.  Lo más probable ha debido ser un prudente silencio.  La producción apenas alcanza para los volúmenes actuales de entrega.

Lo realmente importante es que por lo visto moros y cristianaos en Argentina han llegado a la conclusión que ese país ha dejado de ser autosuficiente en la producción de gas por un tiempo indefinido.

Como el consumo argentino continúa creciendo, ese país estará obligado a incrementar sus importaciones de gas.  Por tanto, el proveedor por gasoducto sería Bolivia y el proveedor por barcos metaneros, Qatar. No será Bolivia o Qatar, sino Bolivia y Qatar para satisfacer el consumo argentino.

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