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martes, 11 de mayo de 2010

uno de los intelectuales que más conoce sobre hidrocarburos acaba de preguntarse si "Bolivia importará Ùrea" en sesudo artículo.

Andrés Soliz Rada*

/Energy Press -

Por lo visto, las preocupaciones con nuestros recursos naturales no dan tregua. Son sobresaltos, más bien y cada día aparece uno nuevo. Hace unos días HidrocarburosBolivia.com, que es un acucioso y respetable medio de comunicación virtual nos hizo amanecer con la noticia de que se industrializará el gas boliviano, pero en Brasil.

La noticia continúa informando que Petrobras oficializó la semana pasada que hará inversiones a partir del 2011 para la construcción de una de las cuatro fábricas de fertilizantes nitrogenados que conforman el paquete de nuevas inversiones en industrialización. La materia prima de los fertilizantes (el gas natural) será boliviano.

Así, con unas de cal y otras de arena, terminamos la semana festejando la revitalización de ENDE y la recuperación de la soberanía estatal sobre la generación de energía eléctrica, y lamentando, al mismo tiempo, la desindustrialización del gas boliviano, porque industrializarlo al otro lado de la frontera es despojar a Bolivia de la posibilidad de obtener valor agregado, para que terminemos importando fertilizantes brasileros que, por razones obvias, deberían ser producidos aquí.

La inconformidad (podemos llamarla también despecho) aumenta al recordar que ya en los años 60 la potencialidad Bolivia para producir fertilizantes nitrogenados estaba estudiada, con miras a la integración comercial de los países andinos.

Y ahora 45 años después, nos salen con que “la fábrica de Três Lagoas será abastecida por el gas natural que transporta el Gasoducto Bolivia-Brasil (GASBOL) y tendrá capacidad para producir 1,21 millones de toneladas/año de urea y 81 mil toneladas/año de amonio”.
Exigimos una explicación.

Porque esto se suma al regalo sostenido de hidrocarburos licuables que Petrobras se está llevando hace diez años y que le han permitido a Sao Paulo instalar un envidiable complejo petroquímico. Los intentos para separar esos licuables siguen en promesas, planes, estudios y proyectos, pero tienen ya en su cuenta una larga historia de crónicas rojas, presos en la cárcel y hasta un empresario tarijeño asesinado. Es el “caso Cattler”.

Esa ya es leche derramada y cualquier cosa que hagamos no compensará lo perdido. Lo imperdonable sería repetirlo con el litio, con el que al parecer se está negocian aceleradamente para que lo explote la empresa francesa de dudosos antecedentes Bolloré.

Y, por supuesto, ya que el evento está fresco, debemos ponerle cuidado a la renaciente Empresa Nacional de Electricidad, ENDE, que tendrá en los yacimientos tarijeños de gas natural, Margarita y Huacaya específicamente, una oportunidad de oro para abastecer con eficiencia la demanda nacional (que es lo prioritario) y para exportar energía eléctrica en vez de exportar el gas tal cual sale del subsuelo y sin siquiera separar lo que podía ya haber sido convertido en fertilizantes y otros derivados.

Confiamos en los técnicos de ENDE y en el respaldo militante de quienes sufrimos por tanta riqueza boliviana impunemente enajenada, para que en el futuro no vayamos a estar rompiéndonos la cabeza para importar electricidad.

Porque al paso que vamos, parece inexorable que tengamos nomás que importar fertilizantes y otros derivados de nuestro gas, procesado fuera de el país.

*Es ex ministro de hidrocarburos, analista energético.

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