El territorio indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure es un verdadero pulmón que contribuye en gran medida a paliar la contaminación que sufre una parte considerable de la Amazonia.
Es una joya natural que se debe preservar conforme a los acuerdos internacionales que ha firmado Bolivia con los organismos correspondientes de la ONU, en razón de ello, la decisión que ha tomado el Gobierno para construir una carretera que atraviese el parque ha provocado que las 69 comunidades indígenas que viven en él, se opongan radicalmente a la construcción de la carretera que destruiría su hábitat natural del cual son propietarios reconocidos por el Estado boliviano, y le han propuesto que dicha carretera que uniría los departamentos del Beni y de Cochabamba, evite en su trazado dañar el parque ecológico Isiboro-Sécure situado en el sur de Moxos, siguiendo la ruta de: Villa Tunari – Camiaca – Loreto – Trinidad. Sin embargo, el presidente Morales ha declarado su decisión inalterable de seguir la ruta original del proyecto que pasa por el centro del parque y lo divide en dos sin respetar la integridad ecológica del TIPNIS, cuyos habitantes originarios lo defienden de la posible depredación de madereros y sobre todo de los cocaleros que con toda seguridad depredarán irremediablemente el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure que alberga en sus bosques 402 especies de flora y 3.000 plantas superiores entre las cuales podemos citar: el nogal, el aliso, pino de monte, el cedro, la mara, el palo maría y el tajibo; además de una fauna de 714 especies tales como el jucumari, el pejiche, el marimoro, el jaguar, el ciervo de los pantanos, la harpía, el pato negro, la peta de rió y el caimán negro etcétera. etcétera.
En cuanto a recursos hídricos, el parque, tiene gran potencialidad pues por su territorio cruzan los ríos navegables: Isiboro, Sécure e Ichoa, y su régimen de lluvias es completamente apropiado a la condición de “selva húmeda” con precipitaciones de 1.900 mm. Sin embargo, según denuncias de los propios indígenas, ya existen zonas donde la depredación ha comenzado con la invasión de cocaleros que como se sabe son como las termitas para convertir las tierras fértiles y boscosas en terrenos cuyas características corresponden a zonas desertificadas.
Por todo lo dicho, y en defensa de la propia naturaleza excepcional del parque protegido por ley, y ante la grave amenaza de convertirlo en otra zona productora de coca mediante la incursión de la carretera que el Gobierno quiere construir a toda costa; desde el día 15 del presente mes los indígenas han iniciado una marcha trascendental desde Trinidad para llegar a La Paz, recorriendo a pie más de mil kilómetros de distancia.
Sacrificio excepcional para hacer entender a los gobernantes que el trazo de la carretera en cuestión debe ser bordeando el parque TIPNIS que es territorio indígena y destinado a servir de un pulmón de la Amazonia.
Desafortunadamente, el Gobierno no ha dado mérito a la propuesta de los originarios y se aferra a entablar un diálogo condicionado a no variar el proyecto carretero, por ello los defensores del parque han propuesto dialogar con el propio presidente Morales, ya sea durante la marcha o en la ciudad de La Paz para llegar a una solución que salve el TIPNIS de la depredación. La gran mayoría de la opinión pública está a favor de la posición indígena a la cual el Gobierno tiene la obligación de hacer caso y evitar el atentado ecológico, pues el valor ecológico del parque en cuestión no tiene precio para la humanidad entera.
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