Dante Pino que ocupara responsabilidades públicas en el pasado, es un atento observador en las áreas de su dominio como son las finanzas públicas y el comportamiento de la economía. Justamente acaba de publicar en www.hoybolivia.com este preocupante desglose:
Lo que parecía una votación definitiva que volcaba la crisis de Estado, que terminaba con el empate catastrófico, que renovaba la política y nos introducía en un nuevo escenario mundial a la cabeza del primer indígena elegido Presidente con el 54% del voto nacional, se ha convertido en nuestra peor pesadilla.
No sólo que nos ha insumido en la profundidad de la crisis que creímos superada, sino que tiende a cavar con celeridad más allá del limite creíble, un agujero catastrófico, donde quiere poner sus huevos el Gobierno del MAS. Nos están enterrando en vida y hay quienes aún creen que podemos reír y mirar a otro lado.
Tenemos a Bolivia de cabeza, a sus instituciones en el aire, a la democracia en vilo y a nuestras vidas con la soga en el cuello. Mientras el mundo camina generando un proceso global de integración tecnológica, comercial, industrial y cultural, a nosotros nos toca: aislarnos, cerrar nuestras ventanas culturales, económicas y comerciales, dejar que nos arrebaten los pocos mercados que tenemos y constreñir a nuestra industria hasta asfixiarla.
Si creen que esto es una exageración veamos:
Justo cuando el precio del petróleo llega a los 79,91 dólares el barril: Bolivia suspende la venta de gas al Brasil (Cuiaba) y disminuye el 50 por ciento del volumen comprometido a la Argentina.
Justo cuando el Estado obtiene ingresos extraordinarios originados en la venta de gas, se dispara la inflación al 10 por ciento y decrecen los sectores de la agricultura, minería y energía en un 60 por ciento respecto al primer trimestre del año pasado.
Justo cuando los exportadores hacen lo imposible para sostener sus exportaciones y agrandar mercados, el Gobierno le pide a los EEUU primer socio comercial nuestro, sin contar el gas, que se vaya con su ayuda a otra parte lo que ha ocasionado la caída de las ventas al mercado norteamericano.
Justo cuando le mundo demanda mayores bienes agrícolas, mineros y gasiféros, el Gobierno aprecia el boliviano en 39 puntos de 8,1 a 7,71 bolivianos por dólar, golpeando a las exportaciones.
Justo cuando el gobierno necesita recuperarse de la mal llamada nacionalización del gas y la minería, se cierran los mercados para vender 2.500 toneladas de estaño metálico de VINTO y nadie quiere comprar el crudo reconstituido mientras Bolivia no se comprometa a indemnizar por la confiscación que se hizo a la Glencor S.A.
Producimos menos gas y derivados que antes de la nacionalización, estamos incumpliendo nuestros compromisos externos, tenemos mercados cerrados, mecanismos de financiamiento bloqueados, precios internos disparados, caída en el crecimiento de los sectores económicos, moneda apreciada y endeudamiento interno injustificado.
¿Será por eso que se está politizando la justicia, que se están profundizando los odios raciales y regionales, que nos tienen confrontados y aturdidos en discusiones absurdas?
¿Será por todo esto, que llegan tropas venezolanas y cubanas, para cuidar que el socio estratégico del señor Chávez se caiga? Es decir ¿estarán pensando en imponernos un sistema de gobierno ajeno a nuestro sentir democrático?
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