El Movimiento Nacional AYRA dice que la Asamblea Constituyente está muerta y lo único que están queriendo hacer los masistas, es tratar de llevar su cadáver de un departamento a otro, para ocultarlo.
El jefe de este partido, Fernando Untoja, recordó en el programa “Diálogo en Panamericana” ese sábado, que a los tres meses de vigencia de la Asamblea, se había detectado que en vez de ser un escenario del debate político, se convirtió en generador de más problemas.
Una cosa fue el imaginario de la Asamblea cuando lanzaron la convocatoria y otra cosa es el mundo real. En el imaginario, evidentemente los grupos que participaron con fuerza y que gozaron de los recursos del Estado, pensaron el MAS y la oposición, utilizar como maquinaria política para sus fines e intereses propios.
En ese imaginario, ambos pensaron bloquear el uno al otro. Los unos para bloquear el MAS y éste para aplastar a la oligarquía y terminar con ella.
Nosotros, por su carácter desesperado e interesado de la manera cómo había sido convocada, denunciamos a los tres meses, cuando ya no se entendían para la forma de votación, dijimos que la Asamblea debía cerrarse.
En esa oportunidad, convocamos al pueblo a las calles para cerrar la Asamblea Constituyente, porque sabíamos que iba ha generar odio, resentimiento pérdida de tiempo, división del país y grandes fisuras.
Por nuestra opinión, los del MAS nos acusaron de aliados de la oligarquía cruceña.
Cuando el MAS asumió el gobierno, comenzó con algo muy grave: un puñado de hombres de este partido dijo: “esta es nuestra ocasión para tener a los indios y hacerlos desfilar en todo el país cuando queramos”.
Por eso es que pensando de esta manera, generaron odio, racismo, parálisis económica, política y conflictos por todo lado, a tal punto, que estamos al riesgo de una fractura territorio y política del país.
Lo que ahora están haciendo ambos es que unos quieren sobar el cadáver y otros quieren hacer escapar al muerto, llevando de un departamento a otro, con marchas y desfiles, para ocultarlo.
La tesis de AYRA se confirma y no queda más que clausurar la Asamblea Constituyente. Ni suspender, diferir, ni llevar de aquí allá.
En la clausura, debía otorgárseles a los asambleístas un diploma de alfabetizados de la Constituyente.
Cuando se dice que el trabajo está en las comisiones, simplemente se está mencionando a unos ensayos, no existe decisiones claras, además, la gente que debía estar, aparte de los últimos masistas como Aguilar y Prada, los demás son dirigentes sindicales que fueron sólo para meter bulla, pero no para hacer propuestas políticas que duren por lo menos cien años.
Los de Podemos han sido más hábiles, les han arrastrado a los del MAS para que los campesinos se vayan descomponiendo y desintegrando en su emotividad política. Así arrastrados, no les quedó otra alternativa que reaccionar con la violencia.
Lamentablemente, el gobierno del MAS se ha prestado a jugar con la masa y a amenazar con la masa; en lugar de salvar la Asamblea lo que se ha hecho es ir a incendiar, amenazar y a destrozar la tranquilidad de Sucre.
El MAS dijo que la Asamblea era originaria, fundacional, tenía que fundar un nuevo Estado, bandera nueva, escudo nuevo y todo nuevo, no era según ellos, simplemente reformista ni derivada.
¿Por qué se queja entonces que Sucre haya planteado la discusión de la Capital? Si es fundacional y originaria, todo es posible discutir, pero pasa siete meses y el MAS se retracta y dice que no había dicho eso, que eso no se debe discutir. Entonces Sucre ha comenzado a actuar.
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