Las consecuencias: Desabastecimiento de Combustibles e Inseguridad Energética
La primera consecuencia directa de este agotamiento de las reservas es la caída de la producción de petróleo que ha descendido de 19 mil a 6 mil barriles por día el periodo 1998 – 2009; en sentido contrario, la producción de Condensado ha subido de 18 mil a 33 mil barriles por día en el mismo periodo. Proporcionalmente, entre los años 1998 – 2000 más del 50% de los hidrocarburos “líquidos” producidos correspondían a petróleo, en cambio, los últimos años esa proporción ha descendido al 16%.
Evidentemente la producción de hidrocarburos “líquidos” ha aumentando, sin embargo, aunque las estadísticas de producción de Petróleo y Condensado figuren bajo un mismo rotulo, existe entre ellas una diferencia esencial, es que la primera cuenta con componentes más pesados y la segunda con componentes más livianos, de tal manera que una vez enviados a refinación, del petróleo puede obtenerse una mayor proporción, por ejemplo, de Diesel Oil, Jet Fuel, Kerosene y gasolinas de alto octanaje; en cambio del Condensado se obtiene una menor proporción de estos, genéricamente denominados, combustibles pesados y mayores proporciones de gasolinas livianas, naftas y vaselinas. Por este motivo, el aumento de hidrocarburos “líquidos” no implica directamente el aumento de la producción de combustibles pesados, necesarios para la agroindustria, el transporte y la actividad industrial en general. De hecho, la segunda consecuencia del agotamiento de las reservas de petróleo es la escasez de combustibles como el Diesel Oil y el últimamente la gasolina automotriz.
Lamentablemente en el país se ha dado por hablar sólo de “líquidos” y no petróleo; recordemos que en la época neoliberal se repitió hasta el cansancio que mientras más exportemos mejor porque así aumentaba la producción de gas natural y asociado con este la producción de “líquidos” necesarios para el mercado interno. Recordemos también como los “éxitos” de YPFB se presentaban, e inclusive se presentan ahora, como el aumento de los hidrocarburos “líquidos” todos ellos destinados al mercado interno. La realidad es que hablar en general de “líquidos” sólo ha servido para encubrir el agotamiento de las reservas probadas de petróleo en el país y encubrir nuestro ingreso de lleno al desabastecimiento y la inseguridad energética.
No hay visos de solución
La nacionalización tenía por uno de sus objetivos revertir esta situación, sin embargo, los actuales responsables de la política hidrocarburífera y de YPFB han decido continuar priorizando la exportación de gas natural, en consecuencia apuntalar la exploración localizada y de yacimientos de este hidrocarburos y no de petróleo. No, no es que son ajenos al agotamiento de las reservas ni a los problemas que generará, pero, en vez de decidirse por explorar y buscar petróleo, han optado por convertir al país en importador, ya no de diesel oil y gasolina automotriz sino de petróleo crudo. El colmo de todo esto es que para encubrir esos lineamientos políticos continúan “gritando a los cuatro vientos” que el aumento de “líquidos” abastecerá el mercado interno.
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