No había anochecido aún cuando la marcha llegó a Urujara y ya el termómetro marcaba tres grados. La movilización que intenta impedir que una carretera parta en dos el corazón del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) esperará hoy al presidente Evo Morales en esa ‘heladera’ para negociar su plataforma de demandas sin necesidad de ingresar al centro paceño. De esa manera, la columna quiere desvirtuar las acusaciones de que serían parte de un plan para dar un golpe de Estado a Morales en confabulación con la Policía, que se encuentra amotinada desde hace seis días.
“No sería lógico que nos aliemos con la Policía después de que el año pasado nos sacaron la m... No pueden venir ahora a hacernos el sana sana”, dice Nazaret Flores, secretaria de la marcha y presidenta de la Central de Pueblos Indígenas de Beni.
La líder sirionó, que perdió al que iba a ser su primer hijo tras la represión del 25 de septiembre, explica que la marcha no quiere que el Gobierno los acuse de golpistas, por eso le dan otras 24 horas para que resuelva el problema con la Policía y para que negocie con la columna. “Somos una marcha pacífica y no queremos que otros sectores se agarren de nuestra movilización. Nosotros tenemos nuestra plataforma de demandas orgánica que nada tiene que ver con la de la Policía”, añadió.
Para Fernando Vargas, presidente de la subcentral Tipnis, el único que confabula contra la continuidad democrática es el propio Gobierno por su irresponsabilidad. Señala que en lugar de resolver los conflictos dialogando apeló a movilizar a sus bases campesinas para que se enfrenten con la Policía. “Así no se gobierna”, dijo.
El presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, Adolfo Chávez, añadió que el movimiento indígena es respetuoso de la democracia y siempre ha creído que el presidente debe terminar su mandato y si alguien debe sacarlo de Palacio Quemado es el voto del pueblo. “Lo que el Gobierno debe hacer es solucionar los problemas. De buena fe, estamos invitando al presidente a dialogar mañana (hoy). No hay ningún plan Tipnis para un golpe de Estado. El ‘vice’ está muy equivocado y enardece al país con sus mentiras. Necesitamos dialogar con el presidente mañana aquí con este campamento”, pidió Chávez.
Esta decisión de la comisión política no es la más popular que han tomado. Los marchistas no están bien en Urujara. Se trata de un valle rodeado de montañas que funcionan como enorme fuelle que parecen atraer todos los vientos de los Andes y los lanzan sin piedad contra el campamento.
En realidad el día comenzó mal para la columna. Cuando despertaron en Pongo y trataron de salir de la carpa, se dieron cuenta de que todo estaba congelado, que la ropa que habían dejado secando estaba pegada sobre las carpas y las sogas con una capa de escarcha encima. Así fue que se quedaron con menos abrigo que el que necesitaban para cubrir los 27 kilómetros que los separaban de Urujara.
Salieron tarde, esperando inútilmente que el sol calentara. A las 8:45 había un sol radiante, pero que no alcanzaba a calentar a nadie. Así, la columna se fue diezmando con cada kilómetro que avanzaba. No había caminado ni dos kilómetros cuando Aidée Ortiz sintió un tirón en la espalda. Esta moxeña, orgullosa de aguantar más kilómetros caminando que los hombres, tuvo que pedir ayuda y dejar la cabeza de la marcha. Estaba desabrigada. Solo tenía encima un par de poleras, una camisa manga larga y una colchita liviana. Sus chamarras estaban mojadas o congeladas. Otros, más atrás, sufrieron desmayos o ya no pudieron dar un paso más antes de llegar a la cumbre, a casi 5.000 metros de altura.
Con tanto evacuado, las cifras de la columna volvieron a ser las de hace un mes, es decir, alrededor de 500 caminantes, casi todos hombres, que desafiaron el frío y el sorojchi durante nueve horas.
Es por eso que nadie quiere quedarse en la heladera de Urujara, porque hace demasiado frío, porque la columna ya tiene a decenas de internados por problemas respiratorios y, sobre todo, porque no creen que el presidente vaya a dialogar. Así lo cree un padre del Tipnis, que se apega con su bebé a un turril ardiente que imita a una estufa. Dice que al niño, de unos ocho meses, ya le salieron dos dientes. “Ojalá sirvan para morder a Evo por todo esto que nos hace pasar”, dice, medio en broma y medio en serio. El bebé moquea, pero junto al fuego está menos frío que en las carpas.
De a pie
- Reapareció. Ayer se reintegró a la columna el presidente de la Cidob, Adolfo Chávez. Estuvo tres días con baja médica, ya que tiene neumonía y ha estado con fiebre. Anoche no debía estar junto a la columna y menos participar de la marcha, pero como dirigente debe compartir las penurias de sus Bases.
- Temor por la gripe. Se conoció que hay un par de marchistas con síntomas de la gripe A H1N1. Están internados en el hospital del Tórax, de La Paz. A ellos se suman decenas de casos de bronquitis y neumonía que están siendo atendidos en nosocomios paceños. La Gobernación dio la orden de ayudar a los médicos.
- Preparan bienvenida. Un grupo de dirigentes de la novena marcha participó anoche en la Asamblea de la Paceñidad, que ratificó su apoyo a la movilización indígena. Si el presidente no acude hoy a Urujara y la marcha debe entrar al centro de La Paz, las juntas vecinales de la sede de Gobierno serán las encargadas de escoltarlos.
- Llega más ayuda. La solidaridad de los paceños ya se hace sentir. Muchas familias acompañaron la larga caminata entre Pongo y Urujara y llevaron mate de coca y agua. También pusieron a disposición sus movilidades para evacuar a los que se desmayaban o descompensaban por el cansancio y la altura.