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domingo, 13 de noviembre de 2011

cuando los masistas en algún foro se atreven a decir que están transformando la economía, hay que remitirles al experto Carlos Miranda que muestra el fracaso de 13 de las 14 empresas evistas

La industria petrolera atribuye a Nelson Rockefeller dos célebres respuestas. Cuando alguien le preguntó cuál era la compañía más rentable que conocía, contestó sin titubear: “Una compañía petrolera bien manejada”. Inmediatamente se le inquirió cuál sería la segunda, a lo cual también contestó rápidamente: “Una compañía petrolera mal manejada”.
Ha pasado mucho tiempo pero parece que las respuestas siguen correctas. Así tenemos que Exxon Oil Co. (antes ESSO), una empresa iniciada por Rockefeller, es desde hace años la compañía más rentable del mundo.
Las empresas altamente rentables forman una especie de galaxia en la cual participan empresas petroleras como Total, British Petroleum, Repsol, inclusive Gazprom de Rusia y la Compañía Nacional del Petróleo de China (CNPC). En este grupo también está Petrobras, la única latinoamericana.
A este círculo de privilegio se llega como resultado de un manejo empresarial de excelencia, dimensiones de las operaciones y muestras de sentido de oportunidad.
Así tenemos Repsol. Ante el naufragio político de la exportación de gas boliviano como LNG, rápidamente se incorporó al proyecto peruano de LNG. Ahora es la comercializadora exclusiva del LNG peruano, cuando los precios han retomado sus altos niveles previos a la crisis económica financiera.
El segundo grupo de empresas petroleras rentables pero mal manejadas es numeroso. Casi todas ellas tienen fuertes ingresos en algún rubro, que permiten enmascarar o disimular errores mayúsculos en su conducción. En esa categoría está nuestro YPFB Corporación.
El tema de la eficiencia de las empresas estatales ha tomado actualidad. Un estudio del señor Iván Arias, titulado “El estado de las empresas del Estado”, informa sobre 14 emprendimientos industriales creados por el Gobierno con la denominación de “empresas estratégicas”. En gran resumen, el estudio muestra que de las 14 tan sólo una genera utilidades.
En el mencionado estudio están ausentes tres del sector hidrocarburos. Una para elaborar con paneles de PVC casas prefabricadas (Petrocasas), otra para fabricar tuberías y accesorios de plástico para instalaciones domiciliarias de gas natural y otra para la fabricación de tapones de garrafas de GLP. Todas ellas fueron lanzadas como los primeros pasos a la industrialización del gas.
Los tres proyectos fueron formulados e iniciados por YPFB Corporación e incorporados al Plan de Inversiones 2009-2015, con un costo de 87 millones de dólares. Con el advenimiento de la Empresa Boliviana de Industrialización de Hidrocarburos (EBIH), los proyectos fueron traspasados a esa empresa.
Actualmente la industrialización del gas nuevamente está en manos de YPFB. En este ir y venir institucional de la industrialización, parece que las tres empresas pioneras han desaparecido sin mayores explicaciones.
Cuánto realmente se ha gastado en estos proyectos descabellados, será otro de los misterios que el país heredará de este periodo de cambio. La única explicación que se dio a conocer sobre el abandono del proyecto Petrocasas es una tardía información que da cuenta de que esas casas prefabricadas con PVC son cancerígenas. Terrible explicación y peligrosa acusación al uso del policloruro de vinilo (PVC), uno de los plásticos más utilizados no sólo en la industria de la construcción, como lo es en Venezuela y otros países de la ALBA.
Además, al proyecto Petrocasas le faltó el sentido de oportunidad. Si hubieran presentado más casas prefabricadas a las personas que quedaron sin viviendas con los grandes deslizamientos de La Paz, hubieran ganado una aprobación general, evitando la humillación de vivir en carpas. Ahora el proyecto Petrocasas pasará al olvido, otras unidades similares tomaron su lugar.
Los proyectos ya no existen después de haber gastado decenas de millones de dólares. Como este caso se tienen muchos otros en YPFB Corporación, al extremo que la empresa pierde en la administración de sus propias estaciones de servicio. La apreciación de Rockefeller, de que una empresa petrolera mal manejada puede ser rentable, se ajusta a medida al manejo de YPFB Corporación.

El autor es ingeniero petrolero

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