Vistas de página en total

domingo, 28 de septiembre de 2014

considera El Deber, que Santa Cruz se elevó casi en 7 veces más tratándose de exportación no tradicional. las cifras son expresivas. Santa Cruz lo hizo "por mérito propio" haciendo frente a los opuestos, el régimen actual, que pretendió torcer su tendencia productiva y limitar sus exportaciones. veamos:

La historia nacional de los últimos 10 años viene marcada por grandes acontecimientos, cambios y vicisitudes, pero también por una constante no menos trascendental: el crecimiento económico sostenido del departamento de Santa Cruz. Basta mencionar que esta tierra oriental ahora exporta seis veces más de lo que exportaba en 2003, y estamos hablando mayormente de productos no tradicionales, aquellos que –pese a no ser prioritarios en la zarandeada agenda política– sí son vitales para el desarrollo integral del país.

En efecto, desde aquellas épocas de la ‘guerra del gas’ y de otros conflictos, Bolivia tenía centrada su atención en temas de hidrocarburos, situación que no cambió en los años subsiguientes debido a los ingentes ingresos que registró el país por la venta de gas. Tanto es así que en el periodo 2003-2013, el negocio hidrocarburífero pasó del 17% al 45% de participación en las exportaciones nacionales. Con semejante auge, resultaba difícil notar que Santa Cruz, en el mismo periodo, pasó de exportar productos por un valor de $us 590 millones a $us 3.402 millones, todo un fenómeno.

Los datos estadísticos que ha publicado el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) muestran con claridad que la economía cruceña perfila cada vez más el desempeño económico del país en su conjunto. No podía ser de otra manera, cuando las exportaciones de Santa Cruz en materia de alimentos ya representan cerca del 80% del total. Es decir, quitando las cifras por la venta de gas, la agroindustria cruceña ya tiene un impacto superior en la economía nacional que el de cualquier otro sector, incluyendo la minería.

Sin duda, el aparato exportador de Santa Cruz se ha forjado por méritos propios. Las agendas políticas y económicas de los gobiernos de turno estuvieron demasiado saturadas de asuntos coyunturales como para considerar un apoyo decidido a los productores cruceños. Más bien la referida década trajo consigo toda una gama de obstáculos para el hombre del campo: bloqueo de carreteras, inseguridad jurídica, límites a las exportaciones, toma de tierras, etc. Solo en los últimos años se notó un acercamiento gubernamental hacia los sectores productivos, aunque todavía se echa de menos las políticas de Estado que deban acercarnos al paradigmático desarrollo sostenible. Incluso las promesas electorales de la actualidad giran en torno a megaproyectos, sin nada concreto para la agroindustria. Por lo menos a nadie le queda la duda de cuál es el motor de la economía nacional 

Consejo Editorial: Pedro F. Rivero Jordán, Juan Carlos Rivero Jordán, Tuffí Aré Vázquez, Lupe Cajías, Agustín Saavedra Weise y Percy Áñez Rivero

No hay comentarios: