Brasil está atravesando momentos difíciles e incómodos. Su economía no reacciona con la velocidad esperada. Aun así adquirió el compromiso de ser sede del Mundial de Fútbol y las Olimpiadas. Ese bocado gigantesco de notoriedad parece haber causado una indigestión económico social que ha motivado una serie de manifestaciones de protesta en ese país.
El Mundial de Fútbol transcurrió sin ninguno de los esperados y temidos apagones. Ese fue un alivio pasajero. El equipo nacional de fútbol tuvo el peor desempeño de su historia, terminando a duras penas en un mediocre y oscuro tercer lugar.
Lo que sigue es todavía peor. Brasil está en época pre eleccionaria y PETROBRAS, el otro orgullo nacional, está siendo objeto de investigaciones por cargos de coimas, pagos indebidos y lavado de dinero por cientos de millones de dólares. Por la gravedad de los cargos y el encono político reinante, la prensa brasileña diariamente da difusión a estos temas.
Las empresas estatales petroleras son acusadas de ser ineficientes, herméticas en no divulgar información, y como su manejo está cerca a las cúpulas políticas del país, se convierten en centros propicios de corrupción.
Se consideraba que PETROBRAS había superado esas acusaciones. Empresa estatal eficiente que cotiza en las bolsas y con una trayectoria de extraordinario crecimiento. En los círculos petroleros oficiales latinoamericanos, sobre todo en los nuestros, PETROBRAS era citada como un ejemplo al que se debía llegar. No se sabe cuáles serán los resultados de las investigaciones pero lo que hasta ahora se revela está despedazando la impecable imagen de esa petrolera estatal.
Las dos empresas petroleras monopólicas estatales latinoamericanas más antiguas son YPFB y PEMEX con más de 70 años de existencia.
Lamentablemente, PEMEX tiene una estela de acusaciones e incidentes que refuerzan la triste imagen que se tiene de las empresas petroleras estatales. PEMEX ha tenido grandes éxitos de producción pero también enormes fallas administrativas ocasionadas por el personal directivo que es renovado cada 6 años por el gobierno de turno. Por esta razón, en un tono de humor con triste resignación a esa realidad, en México se menciona que cada sexenio un nuevo equipo de Alí Babá y sus 40 Ladrones se hace cargo de la administración de PEMEX en reemplazo del anterior.
Las reformas energéticas en México tienen el objetivo de lograr la participación privada en la industria, munida de fondos, tecnología y buen manejo gerencial. Se tiene la esperanza de que este último aspecto influya en PEMEX para evitar los escándalos de corrupción en su manejo.
YPFB se creó meses antes que PEMEX. Los descubrimientos petrolíferos realizados por YPFB, están muy lejanos a los de PEMEX, explicables por la diferencia en las cuencas petrolíferas mexicanas y bolivianas. Lo destacable es que hasta el actual sistema de gobierno, YPFB mantuvo una foja impecable de servicios. Pero el 2011, YPFB dejó de ser un ejemplo de honestidad y correcto manejo en la industria. La administración de entonces, nombrada por el actual gobierno, acordó y ejecutó un vergonzoso plan de coimas y sobrefacturaciones de equipo no fabricado, que irónicamente fue descubierto no por investigaciones a la empresa, sino por un horrendo crimen entre corruptos y corruptores.
¿Pero es inevitable la corrupción en el manejo financiero de una petrolera estatal? Quizás la sabiduría de un dicho tradicional Azerí nos dé algo de luces al respecto: “Si se tiene mucha gente manejando miel con las manos, no se pude evitar que algunos de ellos se laman los dedos”.
Ese sabio y simple consejo parecería que puede ser seguido evitando la burocracia y el manejo discrecional de ciertos niveles de administración en las empresas estatales.
Últimamente YPFB está haciendo las erogaciones más grandes de la historia en pocos meses. Ojalá estén cuidándose de los peligros que señala el viejo consejo de Azerbaijan, para evitar actos de corrupción.
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