El censo 2012 es una fotografía movida, según todos los antecedentes y resultados conocidos por la opinión pública. Una costosa fotografía que salió desenfocada y que difícilmente se podrá componer, pues ninguna imagen futura podrá remplazar aquel momento único; nadie posará de la misma manera. Los líderes regionales buscarán rectificar los resultados más groseros que influirán en la representación política, en la planificación y la coparticipación.
El caso de la ciudad de La Paz es ilustrativo. Según los datos oficiales, la sede de Gobierno tiene menos habitantes que hace 10 años. ¿Será posible? Si bien es reconocido el flujo migratorio de paceños hacia Santa Cruz y, en menor medida que los cochabambinos, hacia el exterior, es difícil aceptar que haya menos gente en sus calles. Por el contrario, las muchedumbres que se desplazan todos los días no caben en las aceras no solo por el centro, sino en los barrios.
¿De dónde sale esa multitud? Me gusta visitar los extramuros, donde aprendo más que con los informes oficiales; en cada salida constato la expansión de la ciudad. Un ejemplo es la tranca a los Yungas, donde cada mes se construye un edificio.
¿Muchos habitantes diurnos viven en realidad en El Alto? ¿Muchos transeúntes de este día martes, por ejemplo, tienen doble residencia en la ciudad y en el campo? ¿Se fueron a censar a sus sayañas? ¿Dónde estaba la gente de las casas vacías que registró el censo? Además, es inconsistente decir que la ciudad decrece frente a Santa Cruz, pues, desde hace 30 años, La Paz fue cortada en dos, como si a la capital oriental se le arrancaran las villas de migrantes. La Paz y El Alto suman más de un millón y medio de habitantes.
¿Muchos habitantes diurnos viven en realidad en El Alto? ¿Muchos transeúntes de este día martes, por ejemplo, tienen doble residencia en la ciudad y en el campo? ¿Se fueron a censar a sus sayañas? ¿Dónde estaba la gente de las casas vacías que registró el censo? Además, es inconsistente decir que la ciudad decrece frente a Santa Cruz, pues, desde hace 30 años, La Paz fue cortada en dos, como si a la capital oriental se le arrancaran las villas de migrantes. La Paz y El Alto suman más de un millón y medio de habitantes.
El municipio paceño recibirá menos recursos, pero soportará sobre sus hombros servicios a habitantes ‘no censados’. Por ejemplo, el Cementerio General es usado por alteños y provincianos. Lo mismo sucede con el Hospital General, con el Oncológico, con la Morgue, con el Hospital del Niño; los quemados, accidentados, enfermos de cáncer o los contagiados por VIH buscan atención en La Paz. El Alto no tiene ni terminal de buses. ¿Cuántos paceños suben a trabajar a El Alto y cuántos alteños bajan? ¿Cuántos pasajeros en el aeropuerto son alteños, cuántos son paceños? El cinturón industrial de empresarios paceños tributa en El Alto y goza de la calidad de vida paceña.
En fin, estamos frente a una gran distorsión que solo saldría adelante con una política metropolitana eficiente, inalcanzable mientras siga la política de confrontación
Periodista e historiadora
No hay comentarios:
Publicar un comentario