La versión de Folha de Sao Paulo
Hace un año, los presidentes de Bolivia y Brasil firmaban un documento de “cooperación en el campo energético” que anunciaba que Petrobrás invertiría hasta mil millones de dólares a lo largo de 2008, como parte de una reaproximación entre las industrias petrolíferas de los dos países. Si damos fe a lo que ha dicho Folha de S. Paulo, fue como una promesa de novio ante una novia desesperada por reatar relaciones con el hombre que la quiso.
El día 17, ese diario paulista informó: “Un año después que los presidentes Luiz Inacio Lula da Silva y Evo Morales firmaran “una nueva fase de cooperación” energética, con inversiones de hasta mil millones de dólares, Petrobrás no ha avanzado prácticamente en ninguno de los dos nuevos proyectos negociados durante 2007.
La nota está fechada en Caracas y firmada por su corresponsal sudamericano Fabiano Maisonnave.
La nota dice que el mayor contratiempo está en el proyecto principal acordado en 2007: la transferencia a Petrobrás del campo Itaú, uno de los mayores del país y actualmente bajo control de Total. Si bien existe un acuerdo entre las empresas desde el primer semestre (de este año), el gobierno boliviano no envió aún el acuerdo de transferencia al congreso que, por ley, debe aprobar la transacción.
Al parecer, el impase sorprendió a Petrobrás, pues la empresa había invertido en la tubería para integrar el campo Itaú al vecino San Alberto, operado por Petrobrás.
“Para el analista boliviano Carlos Miranda, el atraso puede transformarse en cancelación del proyecto, pues la estatal boliviana YPFB ahora tiene la intención de ser una operadora de gas”.
“El gobierno” –agrega- “echa la culpa a Petrobrás por ser demasiado lenta, y la Petrobrás culpa al gobierno de no querer que la operación se concrete. Pero es probable que la operación no llegue a concretarse, porque YPFB está, de una manera agresiva, tratando de aparecer como una empresa operadora. Entre sus planes para 2009 figura la perforación y desarrollo intensivo de un mega-campo. Y hay solamente dos campos en esas condiciones: Itaú y Maragarita”, dijo Morales, citado por Folha.
Acuerdo no cumplido
Otro revés duro para Petrobrás en Bolivia fue la cesión Del campo de gas de Carohuaicho a Total. En el acuerdo suscrito el 17 de diciembre de 2007, durante la visita de Lula a La Paz, aquél era uno de los tres campos citados en un acuerdo marco para la explotación mediante empresas mixtas Petrobrás y Bolivia. Los otros dos campos, Cedro y Astillero, tampoco fueron concedidos a la empresa brasileña.
Ademas de Total, YPFB también firmó una carta de intención con la gigante rusa Gazprom para explotar el bloque Acero, donde se encuentra el campo Carohuaicho. “Veo con razón por qué ese tema irritó a Petrobrás. Ese campo era parte de una gran declaración política de que Petrobrás continuaría invirtiendo en Bolivia. Fue la única empresa que lo hizo. En ese momento, eso era muy importante para Morales. Fue una jugada nada noble porque ahora el gobierno boliviano dio esa área mayor a otra gran empresa”, dijo Miranda, citado por Folha.
Fuera de lo interconexión entre San Alberto e Itaú, la única otra inversión nueva de Petrobrás fue la explotación del campo de Ingre, localizado así como los yacimientos importantes del país, al sur de Bolivia.
Desde el viernes antepasado, Folha procuró a Petrobrás y YPFB para esclarecer la cuestión, pero ninguna de las empresas respondió a las solicitudes para una entrevista.
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