El emergente modelo de estado prevendal
Guillermo Capobianco
La generación de la utopía socialista de los años 60 fue esencialmente idealista y romántica.Sus sueños se confundieron con la imagen alegórica de los guerrilleros bajando de la Sierra Maestra e ingresando triunfantes en La Habana delirante, en el amanecer del 1 de enero de 1959.Por sus sueños e ideales de construir una sociedad justa y solidaria, esos jóvenes fueron capaces de ofrendar el bien supremo que entrega Dios a los seres humanos: la vida misma.Francisco, el guerrillero mártir de las selvas de Teoponte, antes de morir de inanición, definió el amor como “la urgencia de solucionar el problema del otro donde habitas vos mi Dios y Señor”. Era una mística muy parecida a la vocación sagrada de un sacerdocio.Inspirados por esa visión mesiánica de la historia, los jóvenes latinoamericanos emprendieron la lucha frontal contra las oligarquías explotadoras y contra el imperialismo que las sostenía a sangre y fuego a lo largo y ancho de los países del continente.“Si los guerrilleros conducidos por Fidel, Raúl, el Che, Celia Sánchez y otros revolucionarios pudieron hacerlo, ¿por qué no también nosotros?”, se preguntaron sin responder arremetiendo contra los ejércitos de las oligarquías en una guerra sin cuartel en la que perecieron por lo menos 50.000 jóvenes de la clase media de nuestros países. Fue el holocausto sangriento de una juventud brillante.Medio siglo después, América Latina observa con incredulidad hoy en Bolivia el surgimiento de un ‘modelo’ de Estado ‘emergente, prebendal, corrupto e intervencionista’.Utilizando los instrumentos de la lucha social en el interior de la democracia liberal, se accedió al ejercicio del Gobierno mediante elecciones y desde allí se pretende ahora consolidar un Estado revolucionario, prebendal e intervencionista, que en los hechos es la negación absoluta de los valores y principios de la doctrina democrática universal.Para consolidar este Estado prebendal no existen límites: se implanta la prebenda como sistema en reemplazo de la ‘gorra’ y la ‘polera’ que utilizaban antes los llamados partidos tradicionales por la ‘compra’ lisa y llana del voto.Las ideas y los ideales de antaño se cotizan ahora en dólares o ‘petrodólares’, reparto masivo de alimentos y de ‘pegas’ en niveles de Gobierno, ‘soborno social’ cuyo efectivo llega en ‘maletines’ para financiar movilizaciones y a operadores políticos, toma de instituciones clave como el Tribunal Constitucional y la Corte Nacional Electoral, y hasta la realización de actos de terrorismo concebidos y ejecutados desde niveles supremos del poder.Pareciera que Bolivia está asistiendo, en esta etapa crucial de su devenir histórico, al nacimiento de un modelo prebendal, corrupto e intervencionista, con prácticas muy parecidas a las utilizadas en el pasado durante el auge de los gobiernos autoritarios.
* Periodista, memocapobianco@gmail.com
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