Vistas de página en total

martes, 27 de mayo de 2008

se va haciendo cada vez más pesado el trato de evo con santa cruz por ello, le dicen:

Cambie de actitud Presidente

Las cosas empezaron a ponérsele chuecas al Presidente de la República cuando gratuita e inmotivadamente agredió de palabra a las que, según su inapelable e irrevisable juicio, son las oligarquías cruceñas. A tal agresión, muy gratuita, -menester es remarcarlo-, siguieron otras alusiones descomedidas a todo lo que fuese cruceño o llevase el sello de esta fraterna, hospitalaria y cálida región, o a su gente, en particular, de la investida formal y legítimamente de liderazgos diversos. Con esa actitud, por su propia mano o más bien por su propia boca, el Presidente de la República empezó a cerrarse las puertas de Santa Cruz de la Sierra. Y más bien, en esta villa, que hace honores a su vieja y reconocida tradición hospitalaria, el jefe de Estado siguió paseándose bajo nuestros aleros sin que nadie lo hostilizara, fresco y tranquilo, sin que nadie le pidiese cuentas ni puntuales ni de las otras. Los malos modos del Presidente contra lo cruceño no han cambiado y por el contrario han pasado a ser parte de su discurso televisivo que a todas horas del día se difunde a modo de supuesto informe de labores. Mas, las puertas no se le han cerrado y una prueba de ello es que de buenas a primeras desembarca en nuestras playas. No da por lo general la cara, tal vez porque ese es su estilo o porque no puede con sus cargos de conciencia. Pero de que llega, llega y es un secreto a voces. No obstante ningún dedo se levanta, ni siquiera para apuntarlo. Aquí fue donde más copiosamente destiló su resentimiento inexplicable el Primer Mandatario. Un resentimiento cuyo origen resulta difícil establecer, cuya causa se ignora ciertamente. No obstante la cosa no cambia. El personaje llega, establece contactos con sus seguidores, trae a manos algunas golosinas y su sonrisa de oreja a oreja. Esa oligarquía gratuitamente satanizada por él, esos liderazgos a los que combate hasta en sus afiebrados sueños, esa juventud que lo incomoda como una piedra en el zapato, nada traman que pueda interpretarse como rechazo. Se pasa uno, dos, tres días aprovechando el tiempo fresco y se marcha para volver de nuevo a la plaza nuestra que no le es hostil.Pero aparte de La Paz, en que están multiplicándose –y mucho- los anticuerpos, casi no quedan otros reductos a los que pueda llegar, no digamos al son de tambores, pero sí, sin ruidos desagradables sin interjecciones de grueso calibre que no tarda en repetir la multitud. Lo que ha ocurrido en Chuquisaca, -sin que sea muestro propósito justificarlo-, nos ahorra de mayores comentarios. Por Tarija los aires no soplan menos enrarecidos y lo propio ocurre con Beni y Pando e incluso con Cochabamba. Producto todo de una política errada, de un comportamiento dominado por el resentimiento y el yo ensimismado y soberbio. Hora de revisar conductas y de cambiar de estilo por el bien del país, de los bolivianos todos y el del propio Presidente.

No hay comentarios: