1 de mayo, YPFB 2006–2017

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Carlos Miranda Pacheco


El 1 de mayo de 2006 el país fue sorprendido por el anuncio de la nacionalización de los hidrocarburos, asignando a YPFB el rol protagónico de su política petrolera. Han pasado 11 años y YPFB es la empresa más grande e importante del país. Lamentablemente, para adquisiciones mayores y contrataciones de obras importantes utiliza un sistema muy cuestionable.

Veamos.
Justamente, casi coincidiendo con el 1 de mayo, el 30 de abril pasado, la prensa escrita nos ha informado la forma en que ha sido negociado el contrato de construcción de la futura Planta de Polipropileno, ese plástico transparente que es tan conocido para el uso casero, para la envoltura de alimentos y otros usos cotidianos, y que tiene un gran uso en la industria automotriz.

Para su fabricación se requiere contar con propano como materia prima (el líquido de las garrafas de GLP), que después de un tratamiento químico sofisticado es convertido en propileno y después en polipropileno como plástico final.

Para encarar la producción de este plástico, YPFB escogió la firma italiana Tecnimont para la elaboración de un estudio conceptual. Tecnimont hizo el trabajo y entregó el estudio indicando que se requería mayor profundidad en algunos aspectos de su informe. Este primer estudio costó aproximadamente cuatro millones de dólares. YPFB escogió nuevamente a Tecnimont para realizar el estudio que completaba su primer informe. No se conoce exactamente el costo de este segundo informe, pero se estima será entre cuatro y cinco millones de dólares. Después de este segundo estudio, YPFB volvió a contratar a Tecnimont un tercer estudio para establecer las normas técnicas de construcción de las plantas (propileno y polipropileno), los diseños de ingeniería, los equipos a comprarse y las normas de control de la construcción.

Increíble pero cierto, con ese tercer informe se otorgó a Tecnimont asociado con Técnicas Unidas (la empresa que construyó la Planta del Gran Chaco), el contrato de construcción de las plantas de propileno y polipropileno. Un contrato para construir un par de plantas que costarán aproximadamente 2.200 millones de dólares. El contrato más grande que se ha celebrado en el país para un solo propósito.

Todo lo anterior, que parece una fábula, fue realizado amparándose en decretos de excepción y aduciendo contar con la confianza del Primer Mandatario.
Lo anterior, además de dejarnos estupefactos, nos obliga a hacer unas reflexiones:

El contratar una sola empresa para los estudios y finalmente para la construcción es una manera poco usual de construir plantas. ¿Será que YPFB no tiene ingenieros químicos y petroquímicos calificados para hacer estudios? El proyecto no es nuevo; por lo tanto, tenía la obligación de prepararlo, porque la forma en que se ha llevado a cabo esta negociación muestra una docilidad extraña por parte de los ejecutivos de YPFB. Todo lo anterior es difícil de comprender; por tanto, se requiere que se realice una minuciosa investigación de toda la negociación anterior.


Por otro lado, ya es hora de que dejen de emitirse decretos de excepción para las empresas estatales. El decreto de excepción, como su nombre lo indica, es una medida legal para casos de extrema urgencia, como inundaciones, terremotos, etcétera, pero las empresas no deben utilizarlo como un sistema de compras y contratos. En el caso de YPFB, que no es una compañía operadora, es muy difícil justificar tener decretos de excepción para planificar una planta que todavía no existe.

El Banco Central de Bolivia (BCB) está financiando estos proyectos a nombre de préstamo.

También es hora que el BCB se comporte como cualquier banco, exigiendo estudios de factibilidad, mercados y sistemas de repago por el dinero prestado, que son las reservas netas de moneda extranjera del país.

Para terminar dos notas una, técnica y otra humana: cualquier industria estatal que proyecte utilizar materia prima producida por la Planta de Gran Chaco debe ser planeada cuidadosamente y en forma transparente. Esa planta sólo funciona con más de 20 MMm3/d de gas para exportación. No tenemos ni las reservas ni el mercado para esa producción más allá de 2027. La nota humana: estas dificultades de YPFB se comentaron en un círculo de antiguos funcionarios de la empresa estatal. El comentario uniforme fue que YPFB compró equipos de perforación (taladros), instaló refinerías y otras grandes obras sin las complicaciones actuales. Como nota final, se dijo “eran otros tiempos y otros actores diferentes a los actuales”.