El gobierno de Evo Morales acelera el montaje de la planta nuclear ocultando información y de espaldas al pueblo

¿Por qué el gobierno de Evo Morales quiere gastar más de 2 mil millones de dólares en la construcción de una planta nuclear, dizque, para...

El 16 de marzo, Amalia Pando entrevistó a la diputada Costa y a la ambientalista Cecilia Requena en su programa Cabildeo, que se transmite por radio Líder y también por You Tube (https://www.youtube.com/watch?v=DB0iVFaaKhs), para conocer detalles de la planta nuclear que el gobierno de Evo Morales se empeña en construir.

Las tres mujeres estaban perplejas porque un día antes el rodillo masista en la Cámara de Diputados aprobó casi en secreto dos proyectos de ley que viabilizan la construcción de una costosísima y peligrosa planta nuclear en la ciudad de El Alto.

Amalia Pando (AP): ¿Qué aconteció anoche en el Parlamento?

Jimena Costa (JC): El 15 de marzo se aprobaron en el Parlamento dos leyes, una que aprueba el acuerdo de cooperación suscrito por el gobierno de Bolivia y la Federación Rusa para la construcción del centro de investigación y desarrollo de tecnología nuclear en Bolivia, y la otra que ratifica un acuerdo de cooperación entre el gobierno boliviano y la Federación Rusa para el uso pacífico de la energía nuclear.

AP: ¿Alguien se opuso?


JC: Por supuesto, nos opusimos en general los opositores. Tenemos que hacer una investigación porque este es un tema muy técnico. Puedes discutir con la presidenta de la Cámara de Diputados (Gabriela Montaño) que te da alguna respuesta, pero le hice un par de preguntas al ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, y me quedé sin respuesta. El resto es agresión porque cuando preguntamos nos insultan, pero ese no es el punto, el drama es que sí se aprobaron ambas leyes.

P: ¿Por cuántos votos a favor?

JC: Son 88 los miembros del MAS, más el voto de un disidente suplente, Claudio Justiniano del Chaco, quien se fue a trabajar con el MAS. Entonces, cuando escuchen decir que se aprobó por dos tercios y más, se refieren a los votos del MAS y al voto de un tránsfuga que lamentablemente es de mi bancada. No se hacen actas, filman la sesión y hemos pedido la filmación, pero siempre opera el rodillo (la mayoría oficialista).

Hubo un debate largo, empezamos a las 3 de la tarde y terminamos a las 11 de la noche. En resumen, se está intentando poner en una bolsa cuatro elementos, como ha dicho el ministro: laboratorios, está bien; un ciclotrón para medicina nuclear, está bien; y un centro de radiación gamma para inocuidad alimentaria, que también está bien, sería absurdo oponerse a esas tres cosas; pero hay un cuarto elemento, la madre cordero, que es el reactor de investigación nuclear.

Uno de los argumentos que expuse en la sesión es que el reactor que Bolivia compró a la empresa argentina CNEA a mediados del año pasado, en un viaje del Presidente Evo Morales, se llama RNI-RB01 y es similar a un reactor que la misma empresa argentina vendió a Australia el año 2000, llamado OPAL. El reactor comprado por los australianos el año 2000 tuvo su primer incidente grave en 2006, al verter radiación al medioambiente debido a una falla grave de los motores de combustión, y en 2010 tuvo otro accidente. Entonces, pedimos que no mezclen las cuatro cosas en la misma bolsa, es decir los laboratorios, el ciclotrón, el centro de radiación gamma y el reactor nuclear. Además, dijimos que este tipo de reactores permite el enriquecimiento de uranio, es uno de los pocos que lo permite y por eso causa gran susceptibilidad.

AP: Primero, no necesitamos un reactor, y segundo, estamos poniendo en riesgo a la población. ¿Sabes Jimena cuánto costó el reactor, cuánto les pagaron a los argentinos?


JC: No hay información oficial, pero se hablaba de 250 millones de dólares, solo el reactor; luego el Presidente habló de 2 mil millones de dólares para la planta completa y algún ministro declaró que son 360 millones de dólares. Son muchas cifras, pero al final no sabes ni tienes certeza.

AP: Podemos desglosar, son 30 millones y un poquito más para este primer módulo –con algunas cositas benéficas como el equipo para diagnosticar cáncer– que es para ablandar a la población, pero en el fondo lo que cuesta es el reactor nuclear, unos 150 millones de dólares, un dineral, y luego vendrán el módulo 2 y el 3 hasta armar toda la planta nuclear que cuesta unos 2 mil millones de dólares; nunca se invirtió tanto en nada. ¿Qué dice de esto Cecilia Requena?

(CR): Soy Cecilia Requena del movimiento antinuclear en proceso de emergencia. Lo grave aquí es que se haya tomado una decisión así a espaldas del pueblo, eso es inaceptable. Aunque la sesión en la que aprobaron los convenios no era reservada, no nos dejaron entrar a los ciudadanos para que veamos cómo están decidiendo nuestro destino en algo que tendrá efectos por decenas o cientos de años. Es que el convenio con Rusia ha dejado claro que estamos apostando por el uso de la energía nuclear, por la central nuclear, no estamos hablando de la salud.

¿Quién conoce estos convenios que han sido negociados rapidísimo, en un proceso de menos de tres días? Aquí no sabemos casi nada de la central, solo que es para generar energía, pero este país no necesita energía nuclear porque es muy peligrosa, eso es Fukushima y Chernobil. Nadie puede vivir en Chernobil al menos por dos generaciones.

Estas plantas no cuestan dos mil millones de dólares sino al menos 8 mil millones; por supuesto que hay plantas pequeñas, pero no se las venden a los países serios precisamente porque ha quedado claro que no se puede garantizar que no habrá un accidente nuclear, y cuando eso ocurre las consecuencias son inconmensurablemente terribles, un riesgo que nadie merece correr. ¿Por qué vamos a correr ese riesgo si este país tiene gas y es un paraíso para las energías renovables? Con 2 mil millones de dólares Uruguay ha hecho su transición energética en 10 años y ahora genera el 94,5% de su electricidad con energía eólica. Nosotros tenemos condiciones de hacer lo mismo cerca de Viru Viru (en Santa Cruz) y en el Chaco, además de nuestra enorme potencialidad en energía solar. Entonces, ¿por qué queremos meternos a algo tan peligroso y que pone en riesgo a toda la población?

AP: Los accidentes nucleares han dejado niños deformes y tierras estériles, y ahora quieren instalar una planta nuclear en La Paz…

CR: El tema crítico es el agua porque una central nuclear necesita mucha agua y tendría que utilizar aguas del altiplano o probablemente del lago Titicaca, con todo lo que eso implica. Ya vimos lo que pasó con el lago Poopó, con la laguna Alalay y con la contaminación de la bahía de Coana, y ahora le metemos una central nuclear; es realmente un verdadero despropósito y si uno analiza no hay una sola razón que justifique esto. Eso nos lleva a concluir que aquí hay razones inconfesables detrás, desde corrupción hasta ideas geopolíticas muy locas.

AP: ¿Crees que este proyecto no es tan pacífico como dicen?

CR: No hay que olvidar que el enriquecimiento de uranio es un proceso lineal y al final del proceso puede servir para fines pacíficos o no. No digo que estemos queriendo hacer una bomba, eso sería muy irresponsable, pero estamos ingresando en un circuito muy complicado de alianzas internacionales que andan haciendo eso. Para qué meternos a eso, no hay ninguna necesidad.

AP: ¿Qué países se han metido en esto y ahora están detrás de la decisión política de Evo Morales? Primero Irán, que necesita uranio, y Rusia, que también necesita uranio, y el proveedor argentino del reactor, pero si no le compran a Argentina, comprarán el reactor a Rusia. Entonces, serían los países que necesitan uranio los que están detrás.

JC: Empezamos a hablar de uranio en Bolivia desde que el presidente de Irán Mahmud Ahmadinejad visitó el país en 2007 y firmó varios acuerdos con el gobierno boliviano, a los cuales nunca he podido acceder. Uno de los acuerdos autorizaba a Irán hacer la carta mineralógica de la cordillera Oriental y del Precámbrico. Yo me pregunto por qué autorizaron a Irán a hacer esos estudios cuando ya había varios estudios realizados por los franceses y los gringos desde los años 40. En Bolivia hay 11 puntos denominados “ocurrencias de uranio”, pero no es solo uranio porque hay otros minerales raros y estratégicos que Bolivia tiene, que se utilizan no siempre con fines pacíficos. Entonces, claro que nos preocupa la central nuclear.

Uno de los argumentos del gobierno es que es un reactor tan chiquito que funciona con 50 focos, es decir que es inocuo, pero no es así. No se puede determinar la importancia o tamaño de un reactor por la potencia o por la cantidad de energía eléctrica que necesita para funcionar, sino por cuánta fusión nuclear y desechos radiactivos genera. Cualquier reactor genera desechos y cualquier manipulación de uranio, por supuesto, deja desechos radioactivos.

El artículo 3 del acuerdo de cooperación suscrito por Bolivia y Rusia para el uso pacífico de la energía nuclear habla en primer lugar del “diseño y construcción de reactores nucleares de investigación, incluyendo aceleradores de partículas elementales y su aplicación en la industria (no dice qué industria), medicina y agricultura. Seguramente nos responderán que es algo “inocuo”, ¿pero por qué el convenio no aclara este punto? No confío en los rusos.

Segundo: ¿Por qué los rusos tienen que hacer un estudio de la base de recursos minerales del Estado Plurinacional de Bolivia? El mismo convenio dice que es “para el desarrollo de la industria nuclear y la posible exploración y explotación de yacimientos de uranio”. Pero, insisto, no es solo uranio, porque el convenio dice “estudio de la base de recursos minerales” porque hay otros minerales estratégicos en el país. En otras palabras, del imperio de los gringos pasamos al de los rusos.

Tercero: el convenio habla de “prestación de servicios del ciclo de combustible nuclear para los reactores nucleares de investigación”, incluyendo el suministro de combustible nuclear para los reactores nucleares. Hablan de “reactores”, en plural, y entonces planean instalar varios reactores. El convenio de cooperación también se refiere a la “gestión de residuos radioactivos” porque aunque sea para fines pacíficos hay residuos.

El convenio con Rusia también vulnera la Constitución Política del Estado. El artículo 344 de la Carta Magna prohíbe la fabricación y uso de armas químicas, biológicas y nucleares en el territorio boliviano, así como la internación, tránsito y depósito de residuos nucleares y desechos tóxicos, y dispone que el Estado regulará la internación, producción, comercialización y empleo de técnicas y métodos, insumos y sustancias que afecten al medioambiente.

AP: Es evidente que hay un objetivo político y no se puede hacer casi nada para frenar la aplanadora oficialista en el Parlamento. Aprobaron los convenios sin que haya nadie en la calle protestando y nos agarraron en seco. ¿Cecilia, qué hay que hacer ante todo esto?

CR: Lo que hay que hacer es buscar y pedir información, hay que presionar para que nos den toda la información y para eso hay que organizarse como ciudadanía, como en otros países. De hecho, para la próxima sesión en la Cámara de Senadores habrá más gente diciendo que no estamos de acuerdo con que decidan sobre nuestras vidas de espaldas a nosotros, sin darnos información y sin permitirnos entrar a las sesiones en el Hemiciclo. Para mi es una lucha de largo aliento, hay que prepararse con calma y diciendo que no lo vamos a permitir a pesar de que aprueben cuantas leyes quieran. Estoy convencida de que cuando las personas escuchen nuestros argumentos se opondrán a la energía nuclear.

AP: Hay que oponerse a ese “centro de investigación” que pretenden instalar en el distrito 8 de El Alto, que es el “papel celofán” para la planta nuclear. Porque si hay equipos para medicina, que los lleven al Hospital de Clínicas; si es para investigar la papa, que se ocupe al ministerio específico, pero que no nos tomen de tontos porque ya es ofensivo. En el fondo, el proyecto es para que los rusos e iraníes exploten el uranio; nos ponen en riesgo a todos por intereses ajenos y no sé si Evo Morales tendrá un interés personal no muy pacífico que se diga.

JC: Por muy perfecto que sea todo, siempre pueden poner a un Homero Simpson a cargo; ya hemos visto Karachipampa, hemos visto “puentes hamaca” (en Cochabamba) y hemos visto en muchos lugares que por poner al compadre o a una “cara conocida” resulta que hay serios problemas. Es muy probable que un Homero Simpson maneje la planta nuclear, y yo tengo la obligación de dar a los ciudadanos acceso a la información pública. Estos dos acuerdos aprobados en el Parlamento ya están en mi página de Facebook (https://www.facebook.com/Jimena-Costa-Diputada-Nacional-484419325018581/?fref=ts) para que todos los interesados puedan leerlos.

AP: Es un riesgo que pongan a un Homero Simpson a la cabeza de esta planta nuclear y volemos todos en pedazos, pero también es posible que pongan a una persona muy seria e igual volemos todos, porque ese es el riesgo de una planta nuclear, no hay forma de evitar errores humanos, no hay riesgo cero y por eso los alemanes están cerrando sus plantas nucleares, y Estados Unidos también cerrará plantas nucleares porque son un peligro. Ya la ciencia investigó y experimentó con la energía nuclear y ahora apunta a otras fuentes energéticas, pero aquí vamos en sentido contrario. Nos queda organizarnos y dar esta batalla que ya no es por la política sino por la vida.