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miércoles, 26 de marzo de 2008

Hambre y Armas. Subeditorial de LT oportuno y lacerante

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU necesita reunir 500 millones de dólares en las próximas cinco semanas para cumplir las metas de alimentación a 73 millones de personas en 81 países del mundo. Si no lo consigue antes del 1 de mayo, tendrá que empezar a racionar la comida, con grave riesgo para la supervivencia de quienes esperan recibirla. Si comparamos la cifra requerida con los gastos militares de las naciones más poderosas del planeta, se puede advertir una enorme desproporción que lleva a presumir que el ser humano no pude despojarse de su instinto destructivo y, en lugar de volcar sus esfuerzos a salvar su especie, hace todo lo posible por aniquilarla. No se trata de una exageración; las cifras hablan por sí solas. El año pasado los gastos militares de los Estados Unidos llegaron a 600 mil millones de dólares, lo que representa un 50 por ciento del gasto mundial por ese concepto. Muy por debajo, sin que ello los libere de semejante irracionalidad, están el Reino Unido, con 55 mil millones, seguido de Francia con 45 mil, Japón con 41 mil, Alemania con 35 mil, China con 35 mil y Rusia con 24 mil millones. Ante esta "orgía de gasto", lo que la ONU pide es un monto ínfimo. "Instamos a su Gobierno", dice una carta enviada por el organismo a los países donantes, "a ser todo lo generoso que pueda para ayudarnos a cerrar este agujero que sigue creciendo diariamente". ¿Será posible que este desesperado llamado encuentre eco entre esas naciones que no reparan en gastos cuando se trata de llenar sus arsenales pero se muestran reacias cuando llega el momento de ayudar? Así lo esperan millones de necesitados, que corren el riesgo de quedarse sin el alimento diario.

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