No hay duda que la producción de fertilizantes es un buen inicio de la industrialización del gas pero lamentables decisiones políticas, como la mala localización, desvirtúan la preeminencia técnica de los proyectos
El proyecto de fertilizantes de Bulo Bulo (Chapare) es la inversión más grande de la historia de Bolivia.
La planta que se está construyendo tendrá una capacidad de producción de 2.100 toneladas por día (TPD) de urea y 1.200 TPD de amoniaco. El 12 de septiembre de 2012, YPFB firmó el contrato de construcción con la empresa coreana Samsung Engineering, bajo la modalidad ‘Llave en Mano’ y comenzó obras un año después. Debería estar concluida en octubre de 2015 pero tiene atrasos hasta el 2016. El monto del contrato es de 843,9 millones de dólares (MM$us); sin embargo, el presidente Morales en su Informe de Gestión de enero de 2014, dijo que la inversión es de 862,5 MM$us, empero Samsung está habilitada para incrementar el monto del contrato hasta un 15 por ciento, es decir hasta 970 MM$us.
La planta de fertilizantes es un proyecto de exportación, está concebido para exportar su producción a los mercados de Brasil, de Argentina e incluso de Paraguay porque el mercado interno sólo podrá absorber inicialmente el 3 por ciento de los fertilizantes producidos.
De acuerdo a las proyecciones de la publicación del Ministerio de Energía e Hidrocarburos “Industrialización de los Hidrocarburos Rumbo al Bicentenario” del 2013, el consumo de urea en el país el próximo año 2015, será de 66 TPD o sea el 3 por ciento de la producción de la planta (El 2012 el consumo boliviano de urea fue de 40TPD). Este consumo se incrementará hasta llegar a 361 TPD el 2034, que representará cerca del 18 por ciento de la producción. Esto significa que entre el 2016 y el 2034 se deberán exportar entre 2000 y 1700 TPD de urea.
De acuerdo a estas mismas proyecciones, el precio FOB Brasil de la urea, el 2034 será de 758 $us/Tn. Es posible que en base a estas proyecciones YPFB asevere que la rentabilidad del proyecto será de 340 MM$us.
Siendo esta la realidad, debía ser elemental para quienes diseñaron el proyecto, que la localización de la planta convenía ser tan próxima como posible a los mercados, porque es más barato transportar gas que urea y además porque se tienen gasoductos que llegan a las fronteras de Brasil y de Argentina.
Además, para evitar que YPFB carezca de mercados y se vea obligada a vender los fertilizantes por debajo de los precios internacionales, quienes diseñaron el proyecto debieron haber negociado oficialmente con los gobiernos argentino y brasileño, cuotas de mercado e incorporar al proyecto socios que faciliten la comercialización de los productos en cualquier parte del mundo. Ya definida la construcción de la planta recién el Vicepresidente de YPFB en la misma publicación dijo: “YPFB ha tomado las previsiones para llegar en óptimas condiciones técnicas de negociación y operaciones al 2015 y ahora trabaja, y será un trabajo permanente la definición de segmentos de mercado, y la identificación del mejor comprador del producto”. Por su parte, el Presidente de YPFB, en la publicación “La Industrialización del Gas Nace en Cochabamba”, (septiembre 2012) dijo que: “Bolivia tiene una negociación avanzada con Brasil y Argentina para la venta de urea”. Sin embargo, a casi dos años de aquella declaración no se tiene ninguna información de que esas avanzadas negociaciones se hayan traducido en contratos de compra–venta o por lo menos en acuerdos de intenciones.
Como Bulo Bulo está lejos de todas nuestras fronteras, para sacar la producción se está construyendo una línea férrea de 148 kilómetros hasta Montero (con sus respectivos puentes). La inversión adicional para el efecto es de 245 MM$us. No obstante, en la publicación de YPFB “Bolivia Inicia la Industrialización del Gas con Recursos Propios” (mayo 2013), YPFB afirma lo contrario: “(…) la planta está estratégicamente ubicada en el corazón de Bolivia para la distribución al mercado nacional como al de exportación”.
“Además está cerca a las vías de comunicación, incluyendo la vía férrea que se construirá en la región” (vía que aún no existe). Esta afirmación evoca la ignorancia de un militar que fungió como Presidente de YPFB quien felicitaba a los técnicos por haber perforado un pozo “justo al lado del camino” de acceso; sin saber que primero se ubica el lugar del pozo y después se hace el camino.
Adicionalmente, la microlocalización ha demostrado que el lugar tiene problemas climáticos y de calidad de los suelos.
No hay duda que la producción de fertilizantes es un buen inicio de la industrialización del gas pero lamentables decisiones políticas, como la mala localización, desvirtúan la preeminencia técnica de los proyectos.
El autor es ingeniero químico y petroquímico.
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