No se preocupe don Quintana, todo está bien. Lo que está haciendo es de maravilla y por eso toda su gente: hombres, mujeres y maricas le apoyan. El contrabando de los 33 camiones cargados con mercancías y, quién sabe, con qué otras cositas, fue una hazaña. Sólo usted y sus protegidos lo saben. Lamentablemente nosotros, y los pandinos con mayor razón, somos unos bolastianes”, porque pensamos que su preocupación por esa zona alejada del país era patriótica. Somos unos pobres bolis… ilusos y usted es un cráneo. Hizo dictar, inclusive, un decreto de excepción para limpiar su camino y, con ese instrumento, hizo apresar a un montón de gente, entre la que se encuentra el Prefecto de Pando --que seguirá siendo Prefecto mientras no renuncie, porque fue elegido por su pueblo-- para que no abra la boca sobre el asunto del contrabando. Pero, no se preocupe.
Si por cualquier causa dejara usted el cargo, el premio a sus eminentes servicios estará siempre listo. Tiene usted el apoyo de su “mandamás”, para quien –al decir de sus propias declaraciones– el miembro de su gabinete que no sea corrupto se irá del cargo. No se olvide del tal Alvarado, que fue encontrado con las manos en la masa, listo para cometer un multimillonario negociado petrolero, con documentos firmados, que fue premiado con el cargo de embajador porque dice que semejante tentativa delictiva no llegó a materializarse, puesto que fue descubierto a tiempo. Tampoco olvide de la ñatita que hizo incendiar la Prefectura de Cochabamba y la cocinera que alimentó a los incendiarios y a los asesinos del joven Urresti, que también fueron premiadas, la primera, con otro cargo diplomático y, la segunda, con un ministerio que lleva su sapiencia jurídica en su portafolio a rayas cargado en su kepi. Aquí hago un paréntesis para repetir lo dicho en escritos anteriores: denunciar la ignorancia en los gobernantes no es racismo, no es segregacionismo ni es neoliberalismo.
Denunciar la ignorancia en el gobierno es denunciar la incapacidad para gobernar, incapacidad para administrar el Estado y, por lo mismo, incapacidad para resolver las necesidades de los pobres. El revolucionario lucha por sus principios y, por tanto, no rinde culto a la ignorancia. Superar escasamente el analfabetismo no ilustra. Callarse ante la ignorancia y la corruptela de los que manejan los negocios del Estado es traicionar a la Patria. Don Quintana, tiene usted, además, a su favor, el hecho de que no hay pruebas escritas de las bellaquerías que se le endilga, pero está la acusación de su compadre, un General de las Fuerzas Armadas, a quien, hace poco, usted lo llevó a la Dirección General de Aduanas, porque, a su juicio, éste tenía integridad moral.
Ahora que el mismo le hace una denuncia por el contrabando de 33 camiones con mercancías –si sólo hubiesen sido 33-- ¿su compadre ya no tiene integridad moral? ¿La perdió ese militar junto con los 33 camiones cargados que por orden suya se comió la manigua pandina? Es usted un ángel. El cielo masista está abierto para usted, don Quintana. Cualquier día nos aparecerá con una aureola. Podría estarse ejercitando con el sombrero de nuestra Ministra de Justicia, que se lo pone como resplandor. Usted tiene todo a su favor, inclusive, a la oposición ingenua o muy viva. Y qué más quiere. Hasta su Ministro de Defensa está a sus pies, con toda su sapiencia, a quien convenció usted que el Ministerio de Defensa es para defender la corrupción y no a la Patria ni a las FF.AA. contra la arremetida del megalómano venezolano, que amenazó con hacernos invadir con sus huestes asesinas.
Don Quintana se queda en la pega porque califica para las exigencias de don Evo Morales que humilla a la prensa y a todo lo que es cultura y corrección, quien pretende imponernos una constitución proyectada para olear y sacramentar el contrabando, la coima, la mentira y el engaño a los indígenas y a los pobres de este país, y para mantener en la conducción del gobierno a los petimetres con aires de sapientes que nos hablan de querellas criminales como si hubiesen sabido que, también, hay querellas civiles.
Sin embargo, los trabajadores del campo y los pobres se dan cuenta que el gobierno, al que sirve usted con tanta eficiencia contra el pueblo, los está usando en provecho propio, porque don Evo se adora a sí mismo, es un ególatra. Por ello, y porque amo y respeto a mi Patria; porque amo y respeto a mi religión, que la quieren destruir los del MAS, como los fariseos sacrificaron a Cristo en la cruz. yo votaré por el NO a ese proyecto.
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