Siete años tardó la dirigencia estatal en darse cuenta que se descuidó no solamente la atracción de inversiones para exploración, producción, refino e industrialización de gas natural y petróleo, y genéricamente hay un descuido del tema energético (electricidad incluida), sino que se dieron cuenta que no ejecutaron un tema que debe ir paralelamente a esas actividades: búsqueda, consolidación y firma de nuevos contratos tanto de exportación de gas, como materia prima; pero fundamentalmente de exportación de productos de valor agregado del gas (ejemplo: diésel a partir del gas, electricidad generada a gas, fertilizantes, etc).
Vale decir: se dieron cuenta que en tema hidrocarburos Bolivia podría haber estado en otro escenario y no en el actual que es bastante precario, por decir lo menos. La exportación de GLP (gas licuado de petróleo) de Bolivia a Paraguay no es en volúmenes significativos, ergo no puede ser considerado “de importancia” capital para lo que deben ser los futuros negocios en energía.
Tampoco vamos a referirnos a la reciente oferta del régimen boliviano a Chile de “gas por mar”. Creemos que ese tema es demasiado serio como para lanzarlo sin tener un estudio completo y una oferta estrictamente técnica para que Chile no pueda negarse, aunque a su canciller le dio por decir que se arreglaría sin gas – boliviano. A la larga van a necesitar el gas boliviano porque –conceptualmente- saben que la energía de menor coste es la que recorre menos distancia en ser transportada.
Pero bueno, se perdió casi una década en discutir temas políticos y se descuidó dotar, por ejemplo, al país de moderna legislación en hidrocarburos, por ello la preocupación –y envidia- del régimen boliviano a Brasil, por ejemplo, porque durante el mandato del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, Brasil habría descubierto megacampos de gas (reserva pre-sal en el Atlántico) que, de momento, no será “un peligro” para la oferta boliviana porque requiere muchísima inversión para su explotación pero que, ciertamente, dará un gran alivio y respiro a futuro a Brasil en gas y petróleo.
Nuestros mercados de exportación de gas (materia prima) están reducidos a Brasil y Argentina. A la fecha no existe un estudio técnico –ni menos contratos suscritos- sobre mercados internacionales que podrían recibir, por ejemplo GTL boliviano (diésel Premium a partir de gas, ni menos se sabe a qué mercados irá a parar la eventual producción de urea boliviana) ni qué proyectos de industrialización se van a ejecutar en los próximos 10 años. Las eventuales demandas de gas (materia) de Uruguay y Paraguay a futuro mediato serán importantes pero no suficientes para gatillar nuevas inversiones.
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