El Gobierno aprobó la Ley 180 el 21 de octubre, 2011, a las cinco de la tarde. Como si previera la tragedia. Que termina en sangre y muerte. ¿Vamos indefectiblemente a ello? Hay que pararlo. Si, al Gobierno, al MAS, a los cocaleros, a Evo. A quien haga, falta empezando por la estrategia para “tumbar” (el término más apropiado, ya que no es del gusto oficialista el de “derogar”) la nueva ley.
Después de las arengas a sus afines en Cochabamba y el compromiso servil de las autoridades que durante más de dos meses mantenían silencio, se organizó una marcha intercultural hacia La Paz: campesinos y cocaleros, con algunos indígenas absorbidos por los anteriores, tratan de imitar a la de indígenas originarios afiliados a la CIDOB; es una marcha, sin duda, al gusto y con el apoyo oficial a todos los niveles, incluyendo el mediático. La convocada por la CIDOB entraría con aires triunfales a la Plaza Murillo, tras sortear el boicot del Gobierno en todo el trayecto, incluyendo la agresión en Yucumo, con el resultado que saltaría a todas las redes sociales del mundo dada la brutalidad con la que se reprimió a hombres, mujeres y niños indefensos.
El pueblo paceño supo interpretar el sentimiento de la mayoría de los bolivianos al volcarse a las calles a expresar el repudio a la torpe acción del Gobierno y demostró su apoyo moral y material a la marcha, un ejemplo de pluriculturalidad, pues esta población agredida, en lugar de entrar a la revancha o apelar a la violencia en situación ventajosa, entraba de manera pacifica, casi ingenua, banderas blancas adornadas con patujus, a reclamar sus derechos, esperando la comprensión del Estado que ellos mismos habían luchado por construir. Para su sorpresa, la respuesta fue igual o peor a las recordadas en los 500 años largamente repudiados: déspota, abusiva, sin respeto alguno a su condición de ciudadanos, ni siquiera a su condición humana.
Eran las cinco de la tarde (como en el famoso poema de F. García Lorca) cuando Evo firmó la “novísima” ley. Lo firmado antes, con regocijo de todo el país, ahora se borra con el codo. Con una tramposa y confusa Ley de Consulta Previa, se atropella la CPE, otras leyes, y multitud de tratados internacionales. La habilidad intelectual del Vice en entrevista con CNN, no puede esconder el cinismo de las intenciones y la puerilidad de los argumentos. Ahora lo previo no se hace “antes”, sino que se hace “después”, como si los tiempos no contaran; sin anular previamente lo mal hecho, el largo recorrido del contrato con la empresa OAS firmado por el Estado a través de ABC el 2008, que le da poder para destruir el TIPNIS con el Tramo II. Algo que el ex embajador ante las NNUU, Pablo Solon, se encargaría de confirmar, era parte de la promesa electoral de Evo a los cocaleros del Chapare.
Se discute cuántas comunidades ahora dicen si o no. Es suficiente repetir que los pueblos indígenas originarios del TIPNIS hace cuatro años vienen repitiendo por activa y por pasiva que no quieren el tramo II de la carretera. ¿Para que una nueva consulta, teñida de ilegalidad y presiones por todos lados? Los dirigentes de la CIDOB ya contestaron: “No somos tontos”. El argumento a que se oponen al “desarrollo” del país es totalmente falso: nunca se han opuesto a la carretera, sino al tramo que amenaza con terminar con el parque y con su hábitat natural. De paso, el país es consciente del riesgo y es testigo de la acción destructora de los cocaleros, quienes prácticamente acabaron el Chore (porque no hubieron las agallas para defenderlo), Amboró está amenazado, y después del TIPNIS se abrirían las puertas del Madidi. ¿Qué de la lucha contra el calentamiento global y la defensa de los recursos humanos? ¿Dónde quedan los derechos de pueblos indígenas originarios asentados en esos paraísos, y del equilibrio entre hombre y naturaleza? Entender la “intangibilidad” como un ayuno y abstinencia voluntario de por vida es un argumento risible, por decir lo menos.
La respuesta técnica que respeta el TIPNIS y da vía a la construcción de la carretera existe, y es pública (Ingenieros plantean tres opciones de ruta sin pasar por Tipnis, www.lostiempos.com; ESTUDIO HIDROLÓGICO – CUENCAS DE LOS RÍOS MAMORÉ E ITÉNEZ, www.icees.org.bo; TIPNIS ALTERNATIVAS VIALES Y DEFENSA DEL LEGADO NATURAL DE LA MADRE TIERRA , www.icees.org.bo). Lo que falta es honestidad de la gente del Gobierno para escuchar, analizar y buscar una salida al conflicto generado por la impericia, la codicia o la corrupción entre ellos mismos. El país le debe a los ingenieros cochabambinos tres opciones técnica y económicamente factibles, respetando el TIPNIS y aportando de verdad al desarrollo e integración del país. El otro argumento, buscar y no boicotear la pacificación de la relación entre bolivianos, parece no importar mucho al gobierno. ¿En río revuelto, ganancia de pescadores?
Se cita entre posibles beneficiarios a agricultores, ganaderos, madereros pero al final, son explotaciones de paso. El cultivo sin competidor es la coca: productividad, rendimiento, precio, porque “lo otro” esta detrás y ese negocio rompe fronteras, abre conciencias y revienta bolsillos. Los megaproyectos de conexión interoceánicos, petroleros y más, ¿todos sin consulta previa? Sin cumplir la CPE: previa, informada y voluntaria. Bolpebra es un ejemplo oportuno; en la información previa, la posibilidad de traslado de comunidades, ciudades y capitales.
Los que creen que todo es cuestión de poder, se equivocan. Algo o alguien más puede poner freno a tanto desenfreno en el momento menos pensado. Es el caso de varios presidentes latinoamericanos, el último, el venezolano, que un día afirma vehemente que está curado del cáncer que padece, y al otro, que el destino no está en sus manos. Tanto discurso para concluir lo que cualquier mortal, con más humildad y sabiduría, sabe desde el principio. El TIPNIS nos interesa, no las coplas del presidente.
energía porque todo lo hace el hombre para tener fuerza y la fuerza es energía muchas veces mal empleada para su propia destrucción. hambre porque millones de seres no tienen que comer mientras otros hacen guerras y se gastan ingentes cantidades en sostenerlas. de todo un poco lo curioso, lo extraño, lo sorprendente e ignorado.
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