La información obtenida de una Gobernación (no de YPFB porque decidió suspender su publicación en la página web de YPFB Transporte), da cuenta que el promedio de exportaciones de gas a Argentina, el mes de mayo, fue de 16.8 MMM3/día (millones de metros cúbicos por día), a Brasil de 26.9 MMM3/día y el consumo del mercado interno de 13.4 MMM3/día, haciendo un total de 57.1 MMM3/día.

La información, pese a su reserva, no muestra cambios porque está en los mismos niveles de hace doce meses, excepto por el último período del año, en el que Petrobras nominó menos de lo permitido por el contrato. El único motivo para ocultar la información de Transporte fue el reclamo del embajador de Argentina.

En efecto, si se tiene en cuenta que de acuerdo a contrato con Enarsa, a partir del 1 de mayo y hasta el 30 de septiembre que es el período de invierno, se debía estar enviando un volumen mínimo de 20.3 MMM3/día, a través de la información anterior, se puede constatar que ni un solo día del mes de mayo se ha cumplido con este volumen mínimo.

Sin embargo, el presidente de YPFB aseguró que cumple con todo el volumen a la Argentina. “Hemos estado con nominaciones alrededor de 19.3 MMM3/día, 19.7 MMmcd, que considerando el poder calorífico que tiene nuestro gas equivale al volumen contractual que tenemos con Argentina”. (23.05.2017 PS)
De acuerdo al Contrato de Venta y su Adenda firmados entre YPFB y Enarsa (En octubre de 2006 y marzo de 2010 respectivamente), el gas a exportar debía tener un poder calorífico de 8.900 Kcal/M3, lo que quiere decir que en esta etapa de invierno (20.3 MMM3/día), se debía exportar, en términos calóricos, la cantidad mínima de 180.670 millones Kcal/día. Sin embargo, el mes de mayo se exportaron solo 16.8 MMM3/día y para cumplir con el contrato en términos calóricos, el gas natural debía haber tenido un poder calorífico de 10.703 Kcal/M3, es decir 20 por ciento más que el establecido en el Contrato y su Adenda.

En términos generales, para que el gas natural tenga más poder calorífico que el de base seca, es necesario agregarle licuables (etano, propano, butano). En el caso boliviano, como en la planta de separación de Gran Chaco, se separan estos licuables del gas natural para usarlos como materia prima petroquímica o para producir GLP; lo que se habría hecho es no sacar los licuables y más bien enriquecer el gas, para compensar la falta de volumen.

Si el gas exportado, como dice el presidente de YPFB (AN YPFB 24.05.2017), hubiera tenido un poder calorífico de 1.065 BTU/PC, igual a 9.477 Kcal/M3, que es equivalente a sólo 19 MMM3/día, se estaría enviando gas rico por encima de las especificaciones del contrato y tampoco se estaría cumpliendo con el volumen contratado.

No se critican los malabarismos a los que tiene que acudir YPFB para justificarse con Enarsa, sino a la negación de los hechos, declarando que no se envió gas rico o que se cumplió el contrato o que YPFB dispone de 23.9 MMM3/día para enviar a Argentina. Faltaría que se diga que se está entregando el gas por encima de la temperatura de los 50 grados centígrados establecidos, para aumentar el volumen.

Independientemente de los ardides que utilicen las autoridades para sortear los reclamos que existen sobre las exportaciones de gas, lo preocupante son las razones por las que no se puede cumplir con los compromisos.  A Brasil se debía exportar un volumen de 30.08 MMM3/día y a Argentina 23.9 MMM3/día. Esto significa que Bolivia está exportando 10 MMM3/día menos de lo establecido en los contratos (19 por ciento menos) y en el caso argentino, se está enviando 3.5 MMM3/día menos del mínimo permitido.

Las autoridades del sector aseguran que la producción de gas se encuentra por encima de los 60 MMM3/día, que las inversiones son gigantes y que no hay crisis en absoluto. Esto no es cierto porque la producción actual de gas es de 57 MMM3/día, en continuo descenso desde el año 2014 y las “inversiones gigantes” no han servido para descubrir nuevos campos e incrementar las reservas.

A lo anterior se debe sumar la declinación también continua de los campos. Así, el campo San Alberto que el año 2013 produjo 10.94 MMM3/día, el pasado mes de mayo produjo 5.93 MMM3/día, una declinación del 45 por ciento; el campo San Antonio que el año 2013 produjo 18.35 MMM3/día, el pasado mes de mayo sólo produjo 15.98 MMM3/día teniendo una declinación del 13 por ciento.

Está visto que el ingreso del campo Incahuasi no pudo compensar la declinación de los otros y la única posibilidad de incrementar la producción es con el pozo Huacaya 2 que aportaría 1 MMM3/día a partir del mes de septiembre.

Este incremento, que será absorbido por el consumo de la planta de fertilizantes y por el crecimiento del mercado interno, demuestra que la producción de gas en Bolivia está en crisis y que hay que enfrentarla con medidas estructurales en lugar de negarla o de ocultar la información.
 
El autor es ingeniero químico y petroquímico.