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sábado, 7 de diciembre de 2013

Carlos Miranda experto, conocedor del tema del Gas Natural LNG, expresa preocupación porque no hay nuevas fuentes probadas de extracción del producto. no hay suficientes inversiones en la explotación. seguimos dependientes de lo obrado antes del 2003 y dependientes de los viejos mercados de Argentina y Brasil.

En el siglo pasado a medida que se acercaba el actual, se indilgaba a los hidrocarburos la mayor parte de la culpa en el calentamiento del planeta. Al mismo tiempo, también, se estableció que entre los combustibles fósiles, el gas natural era el menor de los males. Como los hidrocarburos eran y son los principales energéticos, las señas estaban claras que el uso del gas iría en aumento. Razón por la cual calificamos al gas natural como el combustible fósil del siglo XXI.
La naturaleza y la tecnología se han encargado en hacer que ese calificativo se convierta en una realidad viviente. Cada día se consume más gas natural y también se descubren reservas que sobrepasan lo consumido. 
El aumento de consumo se ha reflejado en una ola creciente de construcción de gasoductos conectando zonas productoras a centros de consumo. Así tenemos un gigantesco sistema de gasoductos rusos en funcionamiento, abasteciendo a Europa por el Norte.
Con el mismo fin también se ha iniciado la construcción de otro sistema que saliendo de Rusia atraviesa los Balcanes para abastecer Europa por el sureste.
USA cuenta con una red extensa de gasoductos conectando campos productores con grandes consumidores y millones de pequeños usuarios.
El extremo oriente se está gasificando con gasoductos en China, India y Pakistán.
Nuestros gasoductos a Brasil y la Argentina están inscritos en esa tónica.
Ese aumento de consumo ha promovido mayor uso de gas liquificado, LNG.
La búsqueda mundial de gas ha ubicado grandes reservas en regiones remotas. Plantas flotantes de LNG en diseño u construcción solucionarán ese problema.
La navegación todo el año por el Mar Ártico es un hecho. Tanqueros rusos con petróleo están surcando esas aguas ante gran oposición de organizaciones ambientalistas que temen accidentes marítimos que ocasionarían polución con efectos dañinos incalculables en el frágil equilibrio ecológico del Ártico. Esas objeciones no alcanzan a los barcos metaneros. Hasta la fecha no han ocurrido y si sucedieran, la contaminación sería definitivamente menor que con el petróleo. El petróleo se queda en el agua, el LNG se evapora.
Por otro lado, los desarrollos tecnológicos permiten extraer gas de lutitas impregnados de hidrocarburos (shale gas). Se tienen grandes formaciones impregnadas ampliando las reservas de gas a más de un siglo de utilización.
La última y más importante noticia. Las autoridades panameñas han dado a conocer que el Canal ampliado y remozado admitirá, a partir del 2015, el tránsito de barcos metaneros que antes no era posible.  Se anticipa un fuerte tráfico de esos navíos. Así el gas como LNG podrá circular por todo el mundo con costo de transporte reducido.
El gas ha logrado carta mundial de ciudadanía. La primera muestra es el aviso de Gazprom que proveerá 15 embarques de LNG a la Argentina el 2014.
¿Y nosotros? El país exportador más antiguo y con las mayores exportaciones de gas de América Latina. ¿Qué estamos haciendo? Frente a la actividad mundial casi febril en la búsqueda de reservas, producción y comercialización por ducto, o como LNG, era de esperarse que Bolivia sea una parte importante de ese acontecer.
Pero para decepción suya y mía, estimado lector, esa no es la situación nacional.

La excesiva politización de la industria ha logrado que los que dirigen esa actividad ignoren el acontecer mundial. Se ha iniciado, con un atraso, la exploración para reemplazar las reservas heredadas y utilizadas.
Lo más grave sucedió en “Octubre Negro” del 2003. En el afán político de derrocar al gobierno, se ha utilizado el gas como un ariete, llegando a destruir un gran proyecto de LNG que significaba salir de nuestra mediterraneidad y tener al mundo, no sólo Argentina y Brasil, como mercados utilizando el LNG.
¡Maravilla de maravillas! Vamos a gastar más de $us 100 millones para construir una nano-industria de LNG para abastecer nano mercados en casi 30 poblaciones que requieren otro tanto de nano estaciones de consumo de LNG o gas.


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