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sábado, 26 de diciembre de 2015

El Deber se adelanta a lo que puede suceder en el área de los hidrocarburos y califica como "de diagnostico reservado" el comportamiento de los precios del gas y del petróleo que destroza las finanzas de países hoy en crisis incluyendo Bolivia


En Asunción, durante la reunión del Mercosur, el presidente Evo Morales leyó un discurso en el que sostuvo que los bajos precios de las materias primas son resultado de una supuesta “guerra económica” declarada por los imperios para afectar a la región. Y lamentó que desde nuestros países sea imposible influir en los mercados internacionales. En efecto, los gobiernos de la región, incluido el de Bolivia, no pueden atribuirse el mérito de haber provocado los altísimos precios de las materias primas que han pasado, así como tampoco pueden culparse de que esos precios se hayan derrumbado hasta profundos abismos.

Lo que sí se puede decir es que esos gobiernos, todos ellos, debían haber sido previsores durante el auge espectacular de los precios, invirtiendo los recursos de tal manera que sus países, para comenzar, se liberen de depender de las materias primas y, luego, creen economías modernas y robustas. Lo cierto es que el auge de precios ha pasado y ahora se lo añora, sobre todo desde los países que tuvieron la mala fortuna de contar con gobiernos que no actuaron con tino, aplicando medidas que hagan crecer el aparato productivo aprovechando ventaja de la buena racha.

La crisis y la impotencia de los gobiernos ha sido advertida por los ciudadanos de algunos países de la región, que manifestaron sus reproches a los gobernantes que mal manejaron el auge; lo hicieron mediante el arma más eficaz que tienen los pueblos: el voto. Los sacudones políticos que se sienten en los alrededores son producto de un interesante ejercicio de madurez que han tenido los electores, sancionando a quienes hicieron mal las cosas. Unos electores que hicieron de auditores de una gestión de gobierno. Quizá esa sea la señal de que los latinoamericanos han entrado a la madurez democrática.

Hacia adelante, el panorama es preocupante para toda la región, con la excepción de los países que tuvieron gobiernos eficientes y que no cometieron el pecado de la demagogia. Los precios de las materias primas, a las que están aferrados los países de la crisis, se van a mantener muy bajos durante una larga temporada, con una duración similar a la que tuvo el auge.

Las proyecciones preocupan. La Agencia Internacional de Energía predijo que en 2016 el precio del crudo tendrá un promedio de $us 50, menos de la mitad del promedio de 2013. Habrá que esperar que en el próximo auge de precios la región haya aprendido la lección.

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