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sábado, 5 de julio de 2014

Corrupción en grado extremo afecta a Cristina, también por lavado de dinero, además de la crisis económico financiera que hasta ahora está sin soluciones.


El procesamiento del vicepresidente argentino Amado Boudou por supuesta corrupción, y las sospechas de lavado de dinero que pesan sobre un empresario allegado al matrimonio Kirchner, salpican a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pero sin afectar la gobernabilidad del país, afirmaron analistas. (texto y foto de El Universal de Caracas)


A la causa contra Boudou, primer vicepresidente en la Historia argentina en ser procesado en ejercicio de sus funciones, se suma el caso del empresario Lázaro Báez, señalado por la prensa crítica al Gobierno como supuesto testaferro del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) en la compra de tierras y en emprendimientos inmobiliarios en la Patagonia, dijo AFP.

Báez es investigado en Suiza por el origen de depósitos millonarios en cuentas bancarias de ese país. 

Aunque se trata de dos hechos de alto perfil, "no es la corrupción el tema que acorrala a la Presidenta sino la economía", dijo Roberto Starke, director general de Infomedia Consulting, coincidiendo con otros analistas. 

La acusación contra Boudou por cohecho, cuando era ministro de Economía en 2010, se conoció en medio de la incertidumbre que vive Argentina al borde de un default a raíz de un fallo en Estados Unidos a favor de fondos especulativos. 

El caso del vicepresidente es inédito, pero según el sociólogo Jorge Giaccobe "no afecta la imagen de Cristina Kirchner". 

La Presidenta "no va a estar mucho más bajo que lo que está, con una imagen positiva por debajo de los 25 puntos y negativa por arriba de 45 puntos", dijo Giaccobe. 

Los analistas coinciden en que la preocupación por la corrupción crece entre la ciudadanía con los problemas económicos. Según Starke, "la preocupación por la corrupción es un catalizador de otros temas, aumenta cuando crece la crisis económica: es una constante en Argentina". 

"No veo para nada una crisis de gobernabilidad", afirmó el consultor Ricardo Rouvier.

Boudou fue encausado el viernes pasado por la supuesta compra -a través de una empresa fantasma y de un testaferro- de la firma que tiene el monopolio de la impresión del papel moneda en Argentina. 

El otro caso en el tapete tiene como protagonista al empresario Lázaro Báez, oriundo de la patagónica provincia de Santa Cruz, el bastión político del matrimonio Kirchner. 

A fines de mayo, Suiza pidió asistencia a la justicia argentina para obtener información sobre el presunto "origen corrupto" de 22 millones de dólares hallados en cuentas de Báez y familiares en bancos de Ginebra, en el marco de una investigación penal por lavado de dinero abierta en abril de 2013.

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