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viernes, 19 de junio de 2009

Carlos Miranda ingeniero petrolero que ocupara cargos de la mayor importancia en su ramo analiza el gran dolor de cabeza que YPFB representa para EVO

El sector hidrocarburos se ha convertido para el Gobierno en un verdadero gran dolor de cabeza. Gracias a la Ley 3058 de mayo del 2005 que subió la tributación al 50% de los ingresos de la producción de gas y petróleo, al inicio de la espectacular elevación de precios, el Estado ha percibido los mayores ingresos de nuestra historia. Al mismo tiempo, los resultados de la refundación de YPFB, (dos veces) han sido muy pobres y su accionar ha generado los puntos de mayor crítica y ataque político.

Esta paradójica situación tiene preocupado a un gobierno en época electoral, no tanto por los efectos en la casi segura reelección del presidente Evo Morales, sino más bien por lo que le espera en su próximo gobierno. No ha logrado poner en funcionamiento a YPFB como una empresa medianamente eficiente y eficaz. La situación parece empeorar porque los resultados son cada vez más deficientes y criticables. Para nombrar los más destacados: hasta ahora no puede lograr contratar los servicios de una compañía que certifique las reservas nacionales de hidrocarburos, que están en un limbo desde el 2006. La espectacular y repugnante ejecución de un contrato llave en mano para la construcción de una planta de separación de licuables del gas que ha llevado a un ex presidente de la entidad a la cárcel. La importación de equipo de perforación que está inactivo un año por falta de personal que pueda manejarlo.


Naturalmente que en ese recorrido de errores, la corrupción se ha incrustado en la refundada empresa. Así, en este corto periodo cinco presidentes y sus correspondientes séquitos de seguidores han pasado por la máxima dirección de la empresa, alejados todos, con la excepción de uno, por corrupción.


Parecería que el Gobierno está consciente que la sustancial disminución de ingresos fiscales le ocasionará dificultades de gobernabilidad, no sólo es efecto de la reducción de precios por la crisis, sino el hecho de que la industria ha llegado a sus límites y que esa situación no puede continuar. El país necesita que la industria sea reactivada. Es una obligación de YPFB, no sólo por ser la institución señalada por la ley, sino que además por ser dueña de dos empresas petroleras (Chaco y Andina), de las dos grandes refinerías del país (Cochabamba y Santa Cruz ) y la empresa de transporte con casi control monopólico en el país.


Por lo anterior, el Ministerio de Hidrocarburos y Energía ha emitido el 22 de mayo la Resolución Ministerial Nº 101/2009. Un documento que parece estar inspirado en las instructivas gubernamentales de la extinta Unión Soviética y que al tratar de adaptarlo a nuestras condiciones es un patético documento que utiliza _ de su texto en 12 considerandos tratando de justificar que el ministerio tiene la autoridad para emitir instrucciones para aumentar la producción y poder cubrir la demanda interna y honrar los compromisos de exportación con Argentina y Brasil, conminando a YPFB a readecuar los planes de transporte y producción propios así como la de sus contratistas de operación. Con estos propósitos señala un apretado cronograma de presentación de “alternativas conceptuales de desarrollo de campos” para las compañías contratistas de operación así como para YPFB, añadiendo a ésta última la presentación de alternativas de transporte. YPFB queda encargada de que además de hacer su tarea, logre que las empresas hagan lo mismo. Finalmente, deberá coordinar con ellas la selección de las alternativas recomendadas a ser presentadas al ministerio para su aprobación hasta el 29 de noviembre del 2009. Lo que más llama la atención es que según ese apretado calendario, se muestra que YPFB hasta el 5 de junio debía haber contratado a “una empresa de prestigio internacional para la revisión de los planes de desarrollo” propios, así como los de las empresas.


¡Bingo! Al fin se admite que el refundado YPFB no tiene personal adecuado para las labores que debe cumplir. Prueba que los tres años han sido malgastados discriminando a postulantes por ser neoliberales o afines. Bueno, esperemos que a la “empresa de prestigio internacional” no se le exija no ser neoliberal.


Según la instructiva gubernamental, el Viceministerio de Exploración y Explotación “controlará, fiscalizará y supervisará las actividades establecidas” en la Resolución Ministerial. Como se puede apreciar, el total de la industria petrolera ha caído en manos del Estado.


Para cerrar esta nota debo advertir que esta Resolución Ministerial es uno de los primeros documentos presentados en el nuevo papel membretado oficial del Estado Plurinacional que estamos viviendo, al haberse extinguido la República. El papel oficial tenía impreso el escudo de Bolivia, debajo del cual decía República de Bolivia. Ahora reza: Estado Plurinacional de Bolivia.


Estimado lector, deje de sonreír por unos instantes La observación no es baladí ni preciosista. Trate de imaginar la cantidad gigantesca de nuevo papel que se tendrá que adquirir para desplazar el antiguo. Por unos segundos examine su licencia de conducir vehículos, su carnet de identidad, levante la vista al Diploma profesional que tan orgullosamente ha colgado en su pared, su libreta familiar, y así unos interminables etcéteras. En todos ellos figura la leyenda de “República de Bolivia”, que ahora deberá leer “Estado Plurinacional de Bolivia.”
Realmente, ¡que Dios se apiade de nosotros!

El autor es ingeniero petrolero.

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