Según el Primer Mandatario es urgente saltarse las fórmulas legales para apurar los procesos de exploración, que le están pisando los talones a las reservas de gas, que están llegando a un límite en el que los clientes, especialmente Brasil, comienzan a poner en duda la capacidad boliviana de asegurarles un nuevo contrato más allá del 2019.
Los expertos creen que nuestro país tiene varios años de atraso en la búsqueda de nuevos yacimientos y al ritmo que va, podría verse en serios apuros, como lo asegura la calificadora de riesgos Fitch Ratings que prácticamente ha recomendado no invertir en la industria hidrocarburífera boliviana. El presidente Morales dice que mientras no se robe, hay que torcer las reglas con tal de buscar rapidez en la búsqueda de capitales y la firma de nuevos contratos.
El problema es que violar las leyes no es ninguna novedad en la petrolera estatal. Hay varios ejecutivos presos por “meterle nomás” y el resultado lamentablemente ha sido robo, muerte y varios años de atraso en los proyectos. Las leyes están para cumplirlas. No es ninguna excusa el hecho de que no haya previsión, planificación y eficiencia.
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