El Gobierno argentino acaba de cerrar sus fronteras al ingreso de la banana que se produce en Bolivia, principalmente en Chapare, creando un problema político, económico y diplomático que el Gobierno del MAS no atina a encarar. La política económica que aplica el Gobierno de la señora Cristina Fernández viuda de Kirchner ha causado graves problemas a los empresarios argentinos, ha frenado el comercio con Brasil, ha resentido las relaciones con Paraguay y ahora apunta a deteriorar el comercio con Bolivia.
La decisión de la aduana argentina de no autorizar más declaraciones juradas anticipadas para las exportaciones de banana boliviana puede frenar envíos que el año pasado llegaron a las 4.850.000 cajas, el 90% de las exportaciones bolivianas de esa fruta. No ha habido ninguna explicación sobre las causas de esa medida, pero lo más preocupante es que las autoridades nacionales no han abierto la boca sobre este atentado contra la economía legal boliviana. Desde el punto de vista diplomático, Bolivia puede reclamar en varios foros, comenzando por el Mercosur, Aladi y otros, sin excluir la posibilidad de que el caso sea llevado a los escenarios de la ALBA.
El golpe puede ser muy duro para empresarios bolivianos que han sufrido muchos contratiempos en su afán de dedicarse a cultivos legales en Chapare. Está fresca en la memoria de los bolivianos cómo los cocaleros de esa zona se propusieron imponer que allí solo se cultive coca. Un empresario nacional dio dura batalla para defender su derecho a cultivar banana en Chapare, hasta que fue expulsado por los cocaleros. Otros empresarios, del sector hotelero, debieron cerrar sus empresas por imposición de los cocaleros. Esto significa que si los productores de banana de Chapare no pueden contar con su principal mercado de exportación, que es Argentina, habrá nuevas áreas que se volcarán hacia la coca.
El Gobierno argentino se dice muy amigo de su par boliviano. Hacen frentes comunes contra las seguridades jurídicas para las inversiones en reuniones internacionales, pero se nota que la política económica de la viuda de Kirchner no entiende de amistades ni de simpatías. Corresponde ahora que el Gobierno boliviano haga todas las representaciones para garantizar el mercado argentino para las bananas nacionales. Si no se lograra ese objetivo, el riesgo es que volvería a imponerse el monopolio cocalero en Chapare, con sus consecuencias de narcotráfico, violencia e inseguridad
Consejo Editorial: Pedro F. Rivero Jordán, Juan Carlos Rivero Jordán, Tuffí Aré Vázquez, Lupe Cajías, Agustín Saavedra W. y Percy Áñez R.
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