El escenario político chileno se ha visto alborotado en las últimas horas a raíz del viaje de la presidenta Michelle Bachelet a Cochabamba para participar en el encuentro parlamentario de los países de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). Según informaciones procedentes de Santiago, el Congreso chileno no fue invitado a la cita, lo que fue interpretado como un “atropello” a ese cuerpo legislativo que, para ahondar el entuerto, pidió que la mandataria suspenda su viaje.
La Moneda desmintió a los parlamentarios y dijo que la invitación sí fue cursada. Pero detrás de este detalle, que es más de forma, existen otros que nos conducen al fondo del asunto: en Chile no hay consenso para la creación de este organismo regional, que viene a engrosar la numerosa lista de otros similares, de poco éxito en sus propósitos de integración. Por el contrario, el viaje ha dado lugar a que parlamentarios del vecino país expongan abiertamente su oposición a la reunión de Cochabamba y, por consiguiente, a la creación misma del nuevo ente.
Alegan que Bolivia pretende poner en marcha en forma inconsulta la construcción del Parlamento de Unasur, sin que los estatutos constitutivos de este bloque de países hayan sido aprobados. Por otro lado, en gran parte de ellos, de acuerdo a una nota periodística de El Mercurio de Santiago, existe la sensación de que Unasur es un órgano creado y manejado casi al antojo por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Por lo visto, Unasur tiene aún un largo camino por recorrer antes de convertirse en una realidad; no parecen entenderlo así los jerarcas del régimen masista que quieren apresurar los acontecimientos, como si se tratase de un respaldo regional a la gestión de Evo Morales. Para ello, esta vez, cuentan con el respaldo de la mandataria chilena, quien estará hoy en Cochabamba. (la imagen es de EFE)
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