La agencia de ntoicias española EFE acaba de publicar una entrevista con el ex-presidente quién protesta estar cansado de las mentiras del Presidente Morales:
El ex presidente de Bolivia Carlos Mesa afirma que la nacionalización de los hidrocarburos, anunciada en 2006 por el actual mandatario Evo Morales, es "una gran mentira", y que también es falso que con él empezaran los cambios sociales.
En una entrevista con Efe, Mesa acusó a Morales de padecer "síndrome de Adán" por pretender que la historia de Bolivia empieza cuando asumió la Presidencia, y dijo que "la revolución no ha comenzado con Evo, porque esto no es una revolución".
"No ha nacionalizado nada. Estoy cansado, estoy harto, de que el mundo y el país le crean al señor Evo Morales una gran mentira.
Morales no ha nacionalizado nada", dijo Mesa que gobernó Bolivia entre el 2003 y 2005.
"¿Morales ha logrado mejores ingresos (por los hidrocarburos)? Sí. ¿Tenemos más impuestos a favor de Bolivia? Sí. ¿Eso se llama nacionalización? No", explicó el ex mandatario e historiador.
Parece increíble que el mundo se haya creído esa falsedad, añadió Mesa y explicó que "la palabra nacionalización tiene un sentido unívoco y, por tanto, decir que Evo la ha hecho es falso".
Eso, dijo sin embargo, no quiere decir que esté mal, o que uno esté en contra (de aumentar los impuestos a las petroleras). Quiero decir que llamemos a las cosas por su nombre".
Mesa aclaró que él y otros ex presidentes no acudieron el miércoles a la celebración de los 25 años de democracia ininterrumpida en Bolivia, que presidió Morales, porque no fueron invitaron.
"Tiene sentido que no nos hayan invitado", explicó, porque "en el Palacio de Gobierno hay un síndrome de Adán" que consiste en "crear el año cero de la revolución" y afirmar que "el 22 de enero de 2006 (cuando Morales asumió la Presidencia) comienza la historia de Bolivia, lo cual no es verdad", Según Mesa, Morales "quiere marcar ruptura, diferencia, quiere decirle al país: "Bueno muchachos, aquí empiezo, aquí vamos a hacer revolución y lo demás era negativo y nefasto para Bolivia"".
"Es la lógica del presidente que todo lo anterior a enero del 2006 era malo y que era neoliberalismo. La palabra neoliberalismo es un cliché que no les cuadra a todos, pero Evo pretende que les cuadre a todos", añadió.
Mesa lamentó que el presidente esté entrando en esa "lógica de exclusiones, de ruptura" y añadió que es "una de las campañas más nefastas que ha tenido su Gobierno".
En cuanto al cambio en Bolivia, dice Mesam, no empezó con Morales, sino con la crisis de octubre del 2003, cuando disturbios populares hicieron renunciar y huir del país al entonces presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, a quien reemplazó Mesa, su vicepresidente.
"El 17 de octubre de 2003 establezco la agenda que es hoy la del país: reforma constitucional a través de la Constituyente, referendo de hidrocarburos para cambiar la política sobre los recurso y la propuesta desde el Estado de las autonomías", afirmó Mesa.
"Esa agenda es la que está en este momento en desarrollo", aseguró.
"Por supuesto -matizó-, no podemos desconocer que Morales, primer presidente indígena de Bolivia, en sí mismo marca un cambio histórico".
Mesa cree que Bolivia está "en una gran encrucijada, porque sin ninguna duda la Constituyente es hoy el emblema de lo que será la democracia boliviana. Su éxito o su incapacidad o fracaso definirán también el destino democrático del país".
La Constituyente fue elegida en julio de 2006 y en 14 meses no ha redactado ni una línea, pero Mesa es "optimista" y espera que la nueva carta magna salga de ese foro.
Advierte que "debe plantearse una lógica diferente a la que se ha planteado. No puedes intentar la construcción de una hegemonía e imponer esa hegemonía para hacer Constitución, que es lo que estaba intentando el Gobierno".
"Tienes que intentar -dijo- un pacto social basado en acuerdos, en los que tienes que ceder".
"Estuvimos al límite del abismo, llegó la Constituyente al punto del desastre y, como vieron todos que no iba, decidieron sentarse a discutir", dijo Mesa sobre las negociaciones actuales del Gobierno y parte de la oposición.
"Si la racionalidad impera, podemos encontrar respuestas interesantes y positivas. Yo estaba muy pesimista, pero me da impresión de que todavía es posible salvar la Constituyente. La democracia depende de si tenemos constitución o no a partir esta Asamblea. Mi impresión -concluyó- es que la vamos a tener".
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