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lunes, 17 de julio de 2017

la verdad es que Bolivia sigue sin saber el estado de sus "reservas de gas" dato importante para negociar su venta tanto a Brasil como Argentina, los principales compradores. no hay explicación del porqué se dejó de informar sobre el tema y aunque se asegura que está "en estudio por firma especializada" los compradores están susceptibles puesto que no saben cuánto podrá vender Bolivia en el próximo futuro.


Las reservas de gas


El embajador de Brasil, Raymundo Santos, volvió a mencionar la necesidad de certificar las reservas probadas de gas natural con que cuenta Bolivia, a fin de poder hablar de nuevos compromisos de compraventa.

La opinión del diplomático se conoció a los pocos días de las informaciones llegadas desde su país sobre el agotamiento de los campos en explotación en Bolivia, además de la revelación de que el Ministerio de Minas y Energía de ese país recomendó reducir los volúmenes de compra de gas boliviano.
En Brasil se han estado difundiendo más informaciones que en Bolivia acerca de las reservas de gas boliviano, lo que se explica por la decisión de YPFB de bloquear su portal digital de información en que solía incluir los datos de producción y de exportaciones.

El tema de las reservas es muy sensible y ha generado informaciones contradictorias, en una confusión que solo será resuelta cuando una empresa especializada (no hay más de cinco en el mundo) haga una ‘certificación’ de reservas.


Lo que se sabe de ese trámite es que el directorio de YPFB autorizó en abril pasado al presidente de la empresa, que en ese momento era Guillermo Achá, a contratar a una certificadora de reservas. Es que desde 2013 no se hacía esta certificación que debe hacerse todos los años, según dice el reglamento de la empresa estatal.

Ahora se anuncia que a fin de año se conocerá el resultado de esta certificación, aunque no se ha informado el nombre de la empresa contratada para el efecto.
La opinión del embajador Santos tuvo, por supuesto, un cuidadoso tono diplomático. Dijo que esto de conocer las reservas de gas es “una cosa interna de Bolivia”, pero que a su país le interesaba saber cuánto gas tiene Bolivia para vender, antes de seguir hablando de un nuevo contrato que reemplace al que comenzó en 1999.


Diplomático el tono, pero no quita que se trata de una observación aguda que Bolivia podía  haberse evitado si se hubieran tomado las previsiones pertinentes, como aquella de cumplir el reglamento de la empresa estatal que ordena la certificación anual de las reservas.

Un detalle más dramático si se toma en cuenta que el consumo interno de gas dependerá de la capacidad de producción dentro del país, antes de tener que importarlo. 

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