Una de las noticias más sugestivas de esta semana ha estado referida al anuncio de Arabia Saudí de reformar su economía dependiente de la renta petrolera, disminuida a partir del derrumbe los precios del petróleo. Se ha indicado que la idea es reducir su sometimiento respecto de este hidrocarburo que hasta el momento transversaliza la economía mundial y prevé hacerlo a partir de un nuevo plan económico denominado “Visión Saudita con perspectiva al 2030”.
En este marco, el pasado lunes Arabia Saudí sorprendió informando “la creación del fondo soberano más grande del mundo y la salida en bolsa de la petrolera estatal Aramco”, como parte de este plan de reforma de su economía con la idea de reducir su dependencia del petróleo, de acuerdo a reportes de prensa que señalan como voz oficial del anuncio al vicepríncipe heredero Mohamed ben Salman.
Mohamed ben Salman será el encargado de liderar el nuevo plan económico de Arabia Saudí para que este país, considerado como el mayor productor de crudo de la OPEP, comience a vivir sin depender del petróleo en 2020, lo que se traduce en el primer mensaje del mundo árabe en reconocer que la dependencia del petróleo se ha convertido en algo al menos asfixiante o que la diversificación es absolutamente necesaria.
"En Arabia Saudí hemos desarrollado una adicción al petróleo y esto es peligroso y ha perjudicado el desarrollo de muchos sectores en los últimos años", dijo el vicepríncipe a tiempo de hacer el controvertido anuncio en un país que por décadas ha vivido de la renta petrolera, a partir de sus significativas reservas de crudo.
Suelta la liebre, el derrumbe de los precios del petróleo no solo confirma un tiempo de crisis sino un cambio, al parecer, de paradigmas en un mundo centrado en la explotación de este controvertido hidrocarburo para satisfacer su imparable demanda energética y sustentar su economía, justo cuando la estrategia norteamericana de lograr su autonomía energética ha terminado moviendo el tablero de la economía mundial.
Si bien algunos analistas del sector aún son optimistas frente a la pronta recuperación de los precios del petróleo, augurando un nuevo repunte para finales de 2016, el anuncio de la monarquía saudí ha generado más de un estremecimiento como augurio de tiempos difíciles.
Por el momento, las reservas del reino se mantienen entre las más significativas a nivel global y sus jerarcas son parte de la estrategia de mantener la sobreoferta de petróleo, como una medida dirigida a neutralizar la impronta de los shales proveniente de Estados Unidos, mientras el mundo continúa expectante y el sector energético permanece anunciando despidos de consideración.
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