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sábado, 10 de octubre de 2015

El Dia sin tapujos se refiere a la doble moral de Evo en cuando a la exploración y explotación de hicrocarurosen áreas protegidas, y contaminación de los rios...sigue el doble discurso que debería clarificarse en la Cumbre y dejar de lado la parodia, la demagogia, el oportunismo de Evo. unidad entre teoría y práctica se reclama de este evento.

Tiquipaya vuelve a ser escenario de la Cumbre Mundial por el Medio Ambiente y la Defensa de la Vida. Esta acogedora localidad cochabambina tuvo el privilegio de recibir en el año 2010, a los participantes de la primera versión de este encuentro internacional que tuvo lugar en Bolivia. En esta segunda oportunidad, las delegaciones de los países provenientes de cuatro continentes pretenden pasar de las buenas intenciones a la acción. Sin duda, hace falta un tránsito sincero desde las floridas tierras de la retórica al áspero terreno de los hechos. En la mesa del debate figuran temas fundamentales como el acceso al agua y la energía, pero también importantes puntos pendientes de solución.
 
La segunda Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre el Cambio Climático y Defensa de la Vida, Tiquipaya II, abordará justamente aquellos puntos no atendidos como corresponde en la versión anterior. Por otra parte, se espera debatir y aprobar nuevas propuestas para salvar al planeta del peligro devastador del calentamiento global. En otras palabras, se evaluarán logros y avances del primer encuentro además de propuestas de adaptación y mitigación de los daños ocasionados por el cambio climático. Por tanto, existe la enorme responsabilidad para concretar sólidas propuestas con vistas a presentarlas en la Cumbre del Cambio Climático que se realizará en Francia.
 
Desde esa perspectiva, Tiquipaya puede convertirse en el punto de inflexión para un cambio de conducta de los países industrializados o no, respecto a su relación con la naturaleza. Para ello, resulta imprescindible dejar a un lado el doble discurso de los gobiernos para anteponer de una vez por todas, una postura honesta y proactiva que permita no solo enfrentar los daños que está ocasionando el cambio climático, sino también la imprescindible colocación de las bases sociales, económicas y políticas para la protección, defensa y preservación de la Madre Tierra. Esta falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, ha dado lugar a iniciativas como la cumbre paralela.
 
En esta cumbre paralela estarán quienes se oponen a las políticas extractivistas de los gobiernos, pero esta vez las críticas apuntan al Gobierno boliviano, que todavía no termina de ser claro y contundente en este terreno. La autorización gubernamental de exploración y explotación de recursos hidrocarburíferos en las áreas protegidas deviene en una franca contradicción que no se termina de digerir, mientras sigue en carpeta la carretera atravesando el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), y los candentes temas de la contaminación de los ríos por la explotación minera, entre otros. El doble discurso hace daño porque confunde y desacredita a quienes lo emiten.
 
Todo indica que en Tiquipaya II se comenzará, por la fuerza de la necesidad, a dejar de lado las buenas intenciones para asumir acciones coherentes, sostenibles y de largo aliento respecto del cambio climático, en concordancia con la política social de la Iglesia católica después de la postura papal respecto del medio ambiente planetario, postura que ha conmocionado al mundo por su profundidad y pertinencia. Por ello, parece sensato insistir en que Tiquipaya tiene sentido si los movimientos sociales están convencidos, en la teoría y práctica, de asumir una férrea defensa de la Madre Tierra para adoptar medidas apropiadas y creativas en la lucha contra el calentamiento global.
Tiquipaya tiene sentido si los movimientos sociales están convencidos, en la teoría y práctica, de asumir una férrea defensa de la Madre Tierra para adoptar medidas apropiadas y creativas en la lucha contra el calentamiento global.

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