La noticia pisó fuerte el 15 de septiembre y fue título principal en los diarios del día siguiente. El presidente Evo Morales confirmaba el hallazgo de un nuevo campo de gas natural y petróleo en Rio Grande, departamento Santa Cruz, que debía ser anunciado solo durante los festejos del aniversario cívico departamental, nueve días después. Pero los datos principales del anuncio fueron anticipados debido a que ya se había filtrado en los medios y no confirmarlo carecía de sentido. La misma noche, el sitio internet de un respetable diario paceño decía en su página principal: El gobierno confirmó hoy el hallazgo de un yacimiento de gas y petróleo en el departamento de Santa Cruz a una profundidad de 3.500 metros del pozo 102D, ubicado en la población de Rio Grande¨. El párrafo siguiente detallaba: ¨Resultados preliminares de esta exploración dicen que hasta ahora aportaría 3,5 millones de pies cúbicos día (de gas natural) y en petróleo 65 barriles de petróleo por día¨, informó el presidente Evo Morales en la zona de Rio Grande, donde realizó una inspección de la construcción de plantas de gas licuado¨.
Todos los sitios informativos traían la misma versión y los mismos datos. El titular de un sitio digital era más llamativo: El presidente Morales dijo que el pozo descubierto contaría con una ¨reserva preliminar¨ de 65 barriles día de petróleo.
Ningún medio se preocupó por verificar los datos del hallazgo. ¿Eran los 65 barriles diarios (unos tres barriles por hora) un remanente exiguo y necesario para la extracción de gas? Para visualizarlas, las cifras deben ser comparadas. Ese volumen equivale a 10.330 litros. Si Ud. tiene un vehículo que utiliza 50 litros por día, el hallazgo de YPFB le habría resuelto el suministro durante 206 días, casi siete meses. Seamos claros: Solo a usted. ¿Y el resto? Lo siento. Solo a usted.
Uno se pregunta si al presidente le dieron bien los datos que debía anunciar o si hubo algún cero o algunos ceros perdidos, o si la producción calculada para el nuevo campo es en efecto y sin ninguna duda 65. Era labor de los medios clarificar los números o cuando menos compararlos para que las autoridades los expliquen y para que todo el público pudiese entender de qué se hablaba. Las comparaciones pueden ser muchas, incluso si se toman como referencia las inversiones programadas para desarrollar una mayor producción.
No por venir de una fuente oficial, o del más alto nivel oficial, las cifras deben pasar sin mayor filtro. Hace pocos días, el gobierno atribuyó al presidente haber dicho que ¨la producción de hidrocarburos líquidos llega este año a 52 millones de barriles por día¨ sin reparar que esa cifra era superior con creces a la de toda la OPEP, o a unas cinco veces la de Arabia Saudita. Tampoco hubo ninguna aclaración, ni oficial ni oficiosa, y los medios que divulgaron la información no agregaron ni una palabra. Es ineludible la sospecha de que algunos lectores pueden haber creído que Bolivia es un mar de petróleo.
Los volúmenes de gas del nuevo campo también despiertan hambre por precisiones. Los medios están habituados a hablar de metros cúbicos de gas natural, que es la medida utilizada para las exportaciones de Bolivia. Gran parte del público aferra mejor el concepto de metros cúbicos que de pies cúbicos. El anuncio, sin embargo, habla de pies cúbicos, y ahí uno se marea. ¿Cómo calcular la magnitud del nuevo hallazgo?
El total de 3,5 millones de pies cúbicos diarios que se estima que el área descubierta podría agregar al volumen que Bolivia exporta (o al que produce) es importante pero todavía exiguo. La magnitud del volumen anunciado es apreciada mejor si se habla en metros cúbicos: menos de 100.000 metros cúbicos por día. Para alcanzar el volumen que corresponde a las exportaciones actuales a Brasil la cifra tendría que ser 300 veces mayor. Sin comentarios.
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