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martes, 2 de junio de 2015

mucho bla bla en Yacimientos y poca efectividad a la hora de atraer inversiones. nadie quiere invertir en Bolivia. persiste la desconfianza y los pocos que vinieron se han marchado de regreso. Hugo del Granado nos bbrinda ejemplos muy concretos al respecto.

Después de nueve años de Gobierno son pocas las dudas que hay sobre el fiasco de los resultados de la política exploratoria de hidrocarburos. Son varios los indicadores que muestran las equivocadas medidas asumidas desde el año 2007, entre estos se pueden señalar el estancamiento  de las reservas probadas que escasamente alcanzan para reponer la producción; la disminución de las reservas posibles y probables; la involución de la relación reserva a producción y la cantidad de áreas reservadas y prospectos sin actividad exploratoria. Se han descrito también otros factores que han incidido negativamente en los resultados como son la inseguridad jurídica, la política estatista, las restricciones a la libertad económica de las empresas y la dureza del régimen fiscal que sumados otros obstáculos como las trabas burocráticas, el avasallamiento de terceros, la solución de controversias, las dilatadas tramitaciones, el cambio frecuente de interlocutores, el desorden administrativo, etc., que en conjunto han conformado un escenario difícil para el desarrollo de las actividades exploratorias. Todos estos factores han sido continuamente negados por las autoridades de gobierno a través de la presentación de distintas variantes de planes exploratorios que competían entre sí en optimismo y realizaciones exitosas.

Sin embargo, es suficiente hacer un recuento de la cantidad de nuevas empresas petroleras que han ingresado al país desde el año 2006 para encontrar que la política exploratoria está mal encaminada.

Sólo dos empresas pueden refutarse como nuevas desde el año 2006: Pdvsa y Gazprom.

El ingreso de Pdvsa, a través de Petroandina, es un caso muy particular por las afinidades y la relación política entre los Gobiernos de Bolivia y Venezuela que prevalecen frente a otras consideraciones. Por estas razones, el trato que YPFB dio a Pdvsa fue muy ágil comparado al de otras empresas. Mediante decretos del año 2007, se autorizó la conformación de Petroandina, los contratos respectivos fueron firmados sin necesidad de Convenios de Estudio previos  en abril de 2008 y las leyes que aprobaron esos contratos, incluyendo una Adenda,  fueron promulgadas tres meses después.

En cambio los avatares que tuvo que enfrentar Gazprom, pese a la cordialidad que existe con el régimen ruso, da una idea de los múltiples problemas que deben enfrentar las empresas para ingresar al país.

Veamos lo sucedido a Gazprom en el bloque Azero.  Tanto Total como Gazprom manifestaron interés en el bloque Azero y cumpliendo lo establecido para acceder a las áreas reservadas, primero se tuvo que firmar un Convenio de Estudio en abril de 2008 y en septiembre del mismo año, Gazprom firmó un Memorando de Entendimiento con Total para conformar una sociedad. Esta sociedad fue finalmente autorizada en mayo de 2009 por el Directorio de YPFB mediante la Resolución 13/2009 constituyendo la SAM denominada Petroazerocon participación de YPFB (YPFB 55% Gazprom 22,5% y Total 22,5%).

YPFB propuso a la sociedad un modelo Contrato de Servicios de Exploración y Explotación (CSEE), cuya negociación demoró  tres años y medio, hasta octubre de 2012, cuando el Directorio de YPFB decidió su aprobación y lo envió a los circuitos de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).  Las peripecias atravesadas en la negociación provocaron el comentario lastimero del gerente de Gazprom Kulikov que dijo que “estamos terminando la fase jurídica. Ojalá que terminemos pronto”. (ANF)

La ALP autorizó a YPFB la suscripción del contrato siete meses después,  el 17 de mayo de 2013. Con esta autorización YPFB firmó el CSEE en agosto de 2013 y un mes después el contrato ingresó a la segunda ronda en la ALP para su aprobación.


Una vez aprobado el contrato fue enviado a la Notaría de Gobierno para ser protocolizado, acto que tuvo efecto el 27 de junio de 2014. Ésta es la fecha efectiva de inicio del contrato.

Resumiendo, a partir del momento en que YPFB autorizó la conformación de Petroazero hasta que se protocoliza el CSEE, transcurrieron más de cinco años y si a esto se suma el tiempo que tomó la ejecución del Convenio de Estudio, se estaría hablando de seis años para formalizar el ingreso de una empresa a actividades exploratorias. Vale la pena también mencionar que la tramitación fue larga pese a que de por medio hubo un viaje del presidente Morales a Rusia, otro del presidente de YPFB  y de varias delegaciones rusas que visitaron el país con el propósito de acelerar la aprobación del contrato.
Lo descrito explica fácilmente las razones por las que las petroleras no vendrán a Bolivia en tanto persistan las actuales circunstancias, peor aún en un escenario de precios bajos. En este contexto no puede calificarse sino de cándida la idea de que sobrevalorando el potencial gasífero del país o levantando restricciones en áreas protegidas harán cambiar de opinión de los inversionistas. El autor es ingeniero químico y petroquímico.

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