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viernes, 5 de junio de 2015

para El Deber la década de las vacas gordas ha concluído...se vienen las flacas cuando necesitaría Bolivia una economía bien diseñada para dejar de ser dependiente delas materias primas, deseando se abran espacios para tratar éste y otros temas de mediano y largo plazo.

Un informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) dice que el precio del petróleo se mantendrá por debajo de los 100 dólares el barril por lo menos durante los próximos diez años. Y el ministro del petróleo de Arabia Saudita, Ali Al-Naimi, acaba de decir que ese país se propone terminar con su dependencia del petróleo, porque quiere convertirse en una potencia de la energía solar. Él fue quien dijo en la OPEP que a los sauditas no les importa si el precio del crudo baja hasta los 20 dólares por barril.

Por otro lado, el gobernador del estado de San Pablo, Brasil, anuncia un plan dirigido a contar con suministro seguro de gas natural licuado, para lo que está tomando todas las previsiones dirigidas a contar con los proveedores y con el sistema de regasificación necesarios. Estos datos muestran que los países que viven de vender hidrocarburos necesitan meditar sobre la difícil situación que se presenta, que ya ha comenzado y que tiende a empeorar.

Si fueron diez años los de las vacas gordas, ha comenzado un periodo de similar duración, con precios bajos, por lo menos para lo que se llaman combustibles fósiles. En Bolivia, cifras del primer trimestre, que son las últimas disponibles, dicen que los ingresos del IDH se han reducido en un 16%, por lo que se puede calcular que la situación vaya empeorando más todavía conforme avancen los meses en que se han dado precios bajos para el gas natural de exportación.

En abril pasado, el precio de exportación a Brasil estaba en seis dólares por millón de BTU, mientras que hace dos años ese precio había sido de 11 dólares, según las estadísticas oficiales. Las noticias sobre el cambio de proveedores para San Pablo permiten prever que las negociaciones de ampliación del contrato de compra-venta que deberá regir a partir de 2019 serán difíciles y podrían abarcar propuestas de cambios en volúmenes y precios.

El país necesita una política económica bien diseñada, con proyecciones de mediano y largo plazo, para abandonar la dependencia de las materias primas, que tantas y tan frecuentes decepciones han causado. Es probable que, al haber pasado un proceso electoral, y con las promesas de que las regiones podrán trabajar de manera coordinada con el Gobierno central, se abran espacios para tratar temas tan importantes como el diseño de una política económica

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