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domingo, 16 de agosto de 2009

"maleante, asesino" le gritó a Evo en Quillacollo un ciudadano de apellido Larrea víctima el 2001 de una agresión cocalera en Chapare. Le perdió miedo


Policía y causa un susto a EvoEl incidente, calificado como un hecho aislado por la Policía, movilizó a varias unidades tácticas y operativas que tuvieron que realizar operativos en domicilios particulares para detener al agresor.Una persona, identificada como Leonardo Larrea, burló el sistema de seguridad del presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, y golpeó la parte lateral del vehículo oficial del Primer Mandatario en dos oportunidades, mientras gritaba, “maleante, asesino”, durante la retirada de la delegación gubernamental de la misa, en honor a la Virgen de Urkupiña, ayer en Quillacollo.
El incidente, calificado como un hecho aislado por la Policía de Quillacollo, movilizó a varias unidades del Comando Departamental de Seguridad, que tuvieron que realizar operativos en domicilios particulares de Quillacollo para detener al sospechoso.
Edmundo Larrea Olguín, hermano del sospechoso, explicó que hace ocho años fue víctima de los cocaleros en una emboscada armada en el trópico de Cochabamba, que terminó con una persona muerta y otra herida.
“Él (Evo Morales) estaba con los narcotraficantes, mientras nosotros hacíamos los trabajos de la erradicación de coca. Nosotros llevábamos comida para la Fuerza Especial de Erradicación, pero en una ocasión los cocaleros nos realizaron una emboscada, acribillaron a una persona y a mí me dieron un balazo en mi brazo”, relató Edmundo Larrea, enseñando las cicatrices de lesiones graves en el brazo izquierdo.
Esto pasó hace ocho años y la emboscada quería evitar que llevemos comida a los erradicadores. Él (Evo) estaba metido en el asunto, y por eso nos hicieron la emboscada”, insistió Edmundo Larrea Olguín.
El incidente que comprometió a la seguridad del Primer Mandatario sucedió ayer a las 13:00 en la intersección de las calles Esteban Arze y Oruro, ubicada en el centro histórico de Quillacollo, después que el presidente Evo Morales participara de la misa y procesión en honor a la Virgen de Urkupiña.
Según testigos, el sospechoso se lanzó sorpresivamente contra el auto presidencial golpeando en dos ocasiones una de las puertas laterales del vehículo donde se encontraba el Jefe de Estado. Sin embargo, el agresor fue reducido por el cuerpo de seguridad, huyendo a un domicilio cercano que funcionaba como baño público.
Tras el incidente, según el comandante departamental de la Policía, Carlos Quiroga, recibió una orden de apresar al sujeto para someterlo a jurisdicción fiscal acusado del presunto delito de atentado a la seguridad del Primer Mandatario.
Según versiones de sus propios familiares que resistieron desde sus inicios la posible detención, Larrea habría abandonado el lugar confundido entre un grupo de periodistas que acudieron para hacer cobertura.
Algunos curiosos indicaron que el sospechoso del atentado contra el vehículo presidencial, se alejó del inmueble con otra indumentaria para evitar su probable detención.
Tras conseguir la autorización fiscal de intervenir el lugar, unos diez efectivos de la élite policial, más Inteligencia presidencial, procedieron a requisar en varias ocasiones la vivienda sin ningún resultado, mientras en los alrededores de la vivienda, unos 40 policías entre hombres y mujeres se encontraban en estado de apronte.
Después de más de dos horas de intenso rastrillaje e interrogatorios a familiares del acusado, el comandante policial, Carlos Quiroga, ordenó el repliegue sin cumplir la orden presidencial de sancionar al agresor.
Sólo se dejó una citación para que Leonardo Larrea se presente voluntariamente en la Felcc de Quillacollo en las próximas 24 horas, bajo alternativa de una orden de captura.

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