Gas para Brasil
Carlos Miranda Pacheco
La Unidad de Comunicaciones del Ministerio de Energía e Hidrocarburos ha hecho saber que la semana previa a carnavales el Ministro ha sostenido importantes reuniones con autoridades brasileñas. Lo tratado en estas reuniones han sido discusiones y conversaciones sobre temas amplios, pero esperamos que no hayan sido negociaciones como han sido llamadas por un aparente exceso informativo.
Se nos informa que se ha discutido sobre los volúmenes a ser vendidos por Bolivia al Brasil los próximos años. Esos futuros volúmenes se los denomina “nominaciones”, término no utilizado en contratos a largo plazo. Se indica que el Gobierno brasileño sugiere que Bolivia venda gas natural directamente a empresas privadas brasileñas y que en tal sentido abastezca las plantas termoeléctricas de Corumba y Cuiabá. Además, dentro de esta modalidad, también se nos sugiere que el gas sea vendido directamente a empresas privadas en los estados de Matto Grosso do Sul, Matto Grosso, Santa Catarina y Paraná. Sugestivamente no se menciona Sao Paulo. Adicionalmente, se nos propone que YPFB sea socia de la planta petroquímica de Tres Lagoas suministrando gas natural.
Finalmente, se solicita que los ingresos por la explotación del campo Sábalo, operado por Petrobras, sean destinados a la exploración en Astillero y San Telmo.
Los planteamientos efectuados por el Ministro brasileño de venta internacional directa del productor al consumidor son innovadores y merecen el siguiente comentario: la comercialización de gas natural en América Latina no ha llegado a la madurez necesaria de poder contar con instituciones y acuerdos que puedan manejar adecuadamente esos esquemas.
Nuestro gas natural abrió el mercado brasileño y por lo tanto éste tiene una madurez menor a 20 años. Nosotros, con casi 50 años de experiencia, somos el exportador más antiguo del continente y no hemos tenido un solo caso de venta directa al consumidor extranjero. Todos nuestros contratos han sido con entes estatales a cargo de todo el mercadeo de gas en sus respectivos países. Aún así, en las postrimerías de nuestro contrato con Brasil tenemos una situación muy confusa en el cumplimiento de compra de volúmenes contractuales, que desde diciembre han disminuido a menos de la mitad.
Y ya estamos cansados de escuchar una explicación que por supuesto la comprende todo el mundo, pero que nuestro Gobierno no se cansa de repetir. Con las lluvias en el Brasil, las represas se llenan de agua y se genera topes de electricidad. Eso implica menos uso de plantas termoeléctricas que consumen gas. Explicación para disminuir las ventas contractuales. Pero también todo el mundo sabe que en un contrato a largo plazo, como el que tenemos con Brasil, se prevén esas eventualidades. Por esta razón, Petrobras puede disminuir la compra contractual de 30 MMm3/d a 24 MMm3/d sin ninguna penalidad, pero no reducir a 10-15 MMm3/d como lo está haciendo.
Si entramos a los esquemas de contrato que plantea el Gobierno brasileño, a partir del 2020, el gas que se exporta estaría compuesto por volúmenes diferentes para por lo menos seis destinatarios. Eso implicaría mandar gas a seis lugares con distintas regulaciones, mediante un solo gasoducto con diversas tarifas, todos con precios diferentes sujetos a subvenciones y protecciones locales en cada destino. Las especificaciones de pago y garantías contractuales también serían diferentes en cada caso.
Los contratos tendrían que ser cuidadosamente elaborados y no tenemos experiencia para ello.
En EEUU es donde mejor se ha perfeccionado regulaciones para el mercadeo de gas entre Estados y Canadá. Ese país sería el ideal para entrenar personal nuestro en estos contratos.
Pero estamos seguros que esta sugerencia no será tomada en cuenta por ser “neoliberal y vendepatria”.
Afortunadamente, Gazprom está en el país. Nadie tiene más experiencia que esta empresa para el mercadeo internacional de gas. No se puede olvidar la gran frase del CEO de Gazprom Sr. Miller, “Vender gas no es como vender papas”.
Por todo lo anterior, se puede llegar a las siguientes conclusiones: 1. Brasil está convencido que no contamos con suficiente gas para un contrato a largo plazo como el que está expirando.
2. Para no proyectar una mala imagen internacional, se nos propone arreglos parciales directamente con consumidores. Esto explica el por qué no se nos sugiere Sao Paulo como un lugar de venta.
3. Brasil está consumiendo GNL importado a precios muy convenientes, razón por la cual, con la excusa de las lluvias, está consumiendo menos gas que el contratado.
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