Pasado el referéndum, los bolivianos ya saben quiénes no serán candidatos en 2019. Por lo tanto, es preciso doblar la hoja y observar lo que está pasando en el país, sobre todo en el preocupante panorama económico, que fue descuidado en los largos días de campaña. Las cosas se han complicado y hacen falta políticas y soluciones para cada uno de los sectores de la economía que muestran deficiencias.
El déficit de la balanza comercial del año pasado llegó a $us 800 millones y es probable que este año siga creciendo, a juzgar por la tendencia de las exportaciones a decrecer y de las importaciones a crecer. El déficit fiscal sigue aumentando y el propio Gobierno calcula que llegue al 7% del PIB en esta gestión. En la industria petrolera habrá que confirmar, contratando para ello a empresas especializadas, los supuestos hallazgos de nuevas reservas de gas natural de los que se informó con entusiasmo durante la campaña. Si las empresas verificadoras de reservas dijeran que, en efecto, las reservas han crecido un 40%, el país tendrá motivos para festejar, sobre todo porque podrán seguir las exportaciones sin peligro de que el gas se acabe.
El muy demorado ingreso de Bolivia a la era de la siderurgia fue aplazado nuevamente durante la campaña porque era preciso, según dijo el ministro del ramo, someter a ulteriores investigaciones a la empresa china seleccionada para explotar Mutún en vista del desprestigio que envuelve a todas ellas por el conocido escándalo en las altas esferas de la política. Las exportaciones mineras con destino a EEUU cayeron un 54% en 2015 y podrían seguir cayendo este año debido a los bajos precios. Las empresas mineras estatales están con situaciones de déficit, que probablemente ahora sean expuestas a la opinión pública, preferiblemente con la exposición de los planes para resolver el problema.
La agricultura está afectada por el clima, por los precios y por las importaciones ilegales que copan el mercado interno debido a las políticas cambiarias de los vecinos que no han sido contrarrestadas por el Gobierno nacional por razones, según se dijo, de política fiscal. Los exportadores dicen que esta política les perjudica, lo que se traduce en un freno a la producción y al empleo. Los ministros estuvieron cumpliendo funciones relacionadas con la campaña para el referéndum. Ahora deberán volver a sus actividades y es probable que encuentren repletas las gavetas de temas pendientes. Será preciso que se pongan a trabajar, y con eficiencia, porque las cosas se han puesto muy delicadas en la economía.
El déficit de la balanza comercial del año pasado llegó a $us 800 millones y es probable que este año siga creciendo, a juzgar por la tendencia de las exportaciones a decrecer y de las importaciones a crecer. El déficit fiscal sigue aumentando y el propio Gobierno calcula que llegue al 7% del PIB en esta gestión. En la industria petrolera habrá que confirmar, contratando para ello a empresas especializadas, los supuestos hallazgos de nuevas reservas de gas natural de los que se informó con entusiasmo durante la campaña. Si las empresas verificadoras de reservas dijeran que, en efecto, las reservas han crecido un 40%, el país tendrá motivos para festejar, sobre todo porque podrán seguir las exportaciones sin peligro de que el gas se acabe.
El muy demorado ingreso de Bolivia a la era de la siderurgia fue aplazado nuevamente durante la campaña porque era preciso, según dijo el ministro del ramo, someter a ulteriores investigaciones a la empresa china seleccionada para explotar Mutún en vista del desprestigio que envuelve a todas ellas por el conocido escándalo en las altas esferas de la política. Las exportaciones mineras con destino a EEUU cayeron un 54% en 2015 y podrían seguir cayendo este año debido a los bajos precios. Las empresas mineras estatales están con situaciones de déficit, que probablemente ahora sean expuestas a la opinión pública, preferiblemente con la exposición de los planes para resolver el problema.
La agricultura está afectada por el clima, por los precios y por las importaciones ilegales que copan el mercado interno debido a las políticas cambiarias de los vecinos que no han sido contrarrestadas por el Gobierno nacional por razones, según se dijo, de política fiscal. Los exportadores dicen que esta política les perjudica, lo que se traduce en un freno a la producción y al empleo. Los ministros estuvieron cumpliendo funciones relacionadas con la campaña para el referéndum. Ahora deberán volver a sus actividades y es probable que encuentren repletas las gavetas de temas pendientes. Será preciso que se pongan a trabajar, y con eficiencia, porque las cosas se han puesto muy delicadas en la economía.
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