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viernes, 12 de febrero de 2016

El Deber se refiere a las reservas del gas, insuficientes para suscribir un otro convenio con Brasil, por 20 años como un optimista Evo Morales anunció antes del viaje, después del viaje un Evo pesimista dijo que el convenio se hará siempre y cuando existan las reservas. esta es la cuestión, dura realidad.

El presidente Evo Morales retornó de Brasil con un mensaje que contrastaba con el optimismo que tenía en el momento de partir hacia ese país, sobre la posibilidad de renovar el contrato de venta de gas para el periodo 2019-2039. Dijo, al bajar del avión, que la venta de gas a Brasil se hará siempre y cuando existan las reservas suficientes. Luego aclaró que él está seguro de que esas reservas existen.

Según la carta informativa Siglo 21, “es probable que en Brasil, los funcionarios que debían ver los detalles de la ampliación del contrato de compra-venta desde 2019 hasta 2039 hubieran mostrado que sabían con mucho detalle la verdadera situación de las reservas bolivianas”. 
Sobre esta verdadera situación solo se sabe que, en los últimos meses, el Ministerio de Hidrocarburos informó que las reservas probadas, que estaban en 9 TCF, pasaron a 11 TCF, luego a 13 TCF y finalmente a 17 TCF. El único problema en esta secuencia es que no se ha revelado el nombre de la empresa certificadora que las hubiera medido; solo fue la palabra del ministro revelando que las reservas probadas se habían casi duplicado.

Quizá las dudas brasileñas, que podían estar detrás del tono casi pesimista del presidente Morales, se basen en el hecho de que, con el actual ritmo de explotación, se consume 1 TCF por año. Y resultaría difícil suscribir un contrato por 20 años si las reservas actuales no son suficientes para abarcar ese lapso. De ese cálculo se llega a concluir que las reservas actuales se agotarían en 17 años, siempre y cuando se confirme que son de 17 TCF.

Sobre este tema hay discrepancias. Carlos Darlach, doctor en geología, dice que sería mejor interrumpir ahora las exportaciones, porque de ese modo se estaría privilegiando el consumo interno por más tiempo. Porque, advierte, cuando se acaben las reservas, Bolivia tendrá que importar gas. 

El vicepresidente Álvaro García Linera dice que las reservas probadas son las que están comprometidas para vender, un concepto que se usa en Estados Unidos. Es decir que si nos comprometemos a vender más gas, ya van a aparecer nuevas reservas.

Por el momento, la firma del contrato con Brasil depende de las reservas, aunque en una segunda etapa dependerá del precio que se establezca para la operación, otro tema peliagudo

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