El Gobierno de Mauricio Macri está aplicando fuertes correctivos en la economía argentina, con un estilo y una decisión que le han generado un fuerte incremento de su popularidad entre sus compatriotas, según informan los medios de ese país. Levantar la vigencia del llamado ‘cepo cambiario’ y eliminar las restricciones a las exportaciones fue como quitarle el freno de mano a la economía de un país que tiene muchas posibilidades de crecimiento y de generar riqueza y empleo, como ha prometido Macri al anunciar que serán eliminados los programas de asistencialismo.
En Bolivia, expertos nacionales, como Juan Antonio Morales, expresidente del Banco Central, han estado observando algunas políticas económicas que aplica el Gobierno boliviano y que podrían estar frenando el desempeño de las actividades del país, aparte de los precios bajos de las materias primas. La virtual congelación de la paridad monetaria es un detalle criticado por analistas y por los exportadores. Según el analista Pedro Vacaflor, solamente Ecuador y Bolivia tienen sus monedas amarradas al dólar en Sudamérica: el primer país porque usa los dólares como moneda propia y Bolivia porque tiene una paridad fija, por lo que más le valiera usar también dólares directamente.
El experto Gary Rodríguez dijo que la alternativa no es importar menos y exportar más, sino dejar que las exportaciones bolivianas puedan crecer sin tropiezos ni restricciones. De esa manera, como dicen los expertos Carlos Jahnsen y Carlos Chalup, la capacidad productiva del país podría crecer, como no lo hizo en los últimos diez años, en que se vivió, dicen ellos, el ‘espejismo’ de los precios altos de las exportaciones, que llegaron a ocultar la caída de la producción y los volúmenes de exportación.
Cuando está comenzando una nueva gestión, conviene que las autoridades nacionales apliquen ajustes capaces de eliminar los obstáculos, además de alentar las inversiones, como ha mostrado que puede hacer en el caso del sector petrolero. Alentar inversiones no solamente en sectores extractivistas, sino en los que suponen la participación de la capacidad productiva de los bolivianos, sería una opción interesante, sobre todo cuando se ha comprobado hasta la saciedad que seguir viviendo de las materias primas es someterse a zozobras periódicas. Los periodos de auge de los precios de las materias primas terminan siendo cantos de sirenas engañosos que solo amarran el destino de los países a esa poco imaginativa actividad económica
energía porque todo lo hace el hombre para tener fuerza y la fuerza es energía muchas veces mal empleada para su propia destrucción. hambre porque millones de seres no tienen que comer mientras otros hacen guerras y se gastan ingentes cantidades en sostenerlas. de todo un poco lo curioso, lo extraño, lo sorprendente e ignorado.
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miércoles, 30 de diciembre de 2015
lunes, 28 de diciembre de 2015
Constantino Klaric hace ver que casi en su totalidad las empresas aéreas producen pérdidas como en el caso de A.Argentinas que pierde 1.200 dólares por minuto. es un fenómeno que se generalizó entre otras causas por el excesivo costo de los combustibles. las pérdidas continúan pese a los ahorros por ejemplo en alimentos que afectan al viajero.
Creo que en varios artículos toqué el tema de las aerolíneas y lo difícil que es manejarlas si no se tiene conocimiento de las mismas. Esta es una actividad tan diferente a todo tipo de negocios, que quien se mete a administrarla, no importando el grado de educación que tenga, tendrá una tarea difícil.
Esto ocurrió con Aerolíneas Argentinas. De acuerdo a las informaciones de prensa, la empresa era un barril de dinero sin fondo. Las pérdidas que arrojaba esta compañía por el mal manejo llegaban, según informes, a 1.200 dólares por minuto, siendo una de las empresas en el mundo que más perdía dinero en sus operaciones. Era una situación inverosímil. Lo primero que hizo el nuevo Gobierno argentino, a la cabeza de Mauricio Macri, fue sacar al presidente y a varios ejecutivos de esta empresa para frenar en algo las perdidas.
Pero me gustaría reiterar lo que en un anterior articulo indiqué: no son más de cinco empresas del rubro en el mundo las que tienen utilidades. Quizás ahora, con la baja de combustible, haya algunas más. Esto es muy fácil de verificar.
Para que nuestros lectores estén al tanto de los costos de una aeronave, debemos indicarles que una aeronave tipo 330, 777, 787 y 767 tiene costos de operación por hora que están cerca de los 14 mil dólares. Y, en el caso de las aeronaves tipo 737, 300, 700 y 800, el costo está entre los 7.500 a 8.000 dólares. Lo anterior no es un secreto, se lo indica hasta en las tablas de los fabricantes de las naves.
Así que usted, estimado lector, cuando suba a una aeronave de estas características pregunte cuántos pasajeros están a bordo, tome su calculadora y multiplique por lo que pagó, sacando un 20 por ciento por impuestos. Se dará cuenta de si ese vuelo gana o no dinero. Seguro estoy de que se sorprenderá cuando vea los resultados.
En estos últimos años, la aviación comercial cambió tanto para reducir gastos, que sacó las tarifas con el plazo de un año, pues no se sabe cuánto costará el servicio en ese tiempo. Entre otros cambios, en la mayoría de las ventas no hay devolución del pasaje si no se lo usa en la fecha indicada, y ahora todo debe ser pagado de inmediato. Por otro lado, las comisiones a las agencias de viaje se redujeron al mínimo, no se da casi ya comida en la mayoría de los vuelos y se debe pagar por la maleta y el asiento en el momento.
Esto ocurrió con Aerolíneas Argentinas. De acuerdo a las informaciones de prensa, la empresa era un barril de dinero sin fondo. Las pérdidas que arrojaba esta compañía por el mal manejo llegaban, según informes, a 1.200 dólares por minuto, siendo una de las empresas en el mundo que más perdía dinero en sus operaciones. Era una situación inverosímil. Lo primero que hizo el nuevo Gobierno argentino, a la cabeza de Mauricio Macri, fue sacar al presidente y a varios ejecutivos de esta empresa para frenar en algo las perdidas.
Pero me gustaría reiterar lo que en un anterior articulo indiqué: no son más de cinco empresas del rubro en el mundo las que tienen utilidades. Quizás ahora, con la baja de combustible, haya algunas más. Esto es muy fácil de verificar.
Para que nuestros lectores estén al tanto de los costos de una aeronave, debemos indicarles que una aeronave tipo 330, 777, 787 y 767 tiene costos de operación por hora que están cerca de los 14 mil dólares. Y, en el caso de las aeronaves tipo 737, 300, 700 y 800, el costo está entre los 7.500 a 8.000 dólares. Lo anterior no es un secreto, se lo indica hasta en las tablas de los fabricantes de las naves.
Así que usted, estimado lector, cuando suba a una aeronave de estas características pregunte cuántos pasajeros están a bordo, tome su calculadora y multiplique por lo que pagó, sacando un 20 por ciento por impuestos. Se dará cuenta de si ese vuelo gana o no dinero. Seguro estoy de que se sorprenderá cuando vea los resultados.
En estos últimos años, la aviación comercial cambió tanto para reducir gastos, que sacó las tarifas con el plazo de un año, pues no se sabe cuánto costará el servicio en ese tiempo. Entre otros cambios, en la mayoría de las ventas no hay devolución del pasaje si no se lo usa en la fecha indicada, y ahora todo debe ser pagado de inmediato. Por otro lado, las comisiones a las agencias de viaje se redujeron al mínimo, no se da casi ya comida en la mayoría de los vuelos y se debe pagar por la maleta y el asiento en el momento.
sábado, 26 de diciembre de 2015
El Deber se adelanta a lo que puede suceder en el área de los hidrocarburos y califica como "de diagnostico reservado" el comportamiento de los precios del gas y del petróleo que destroza las finanzas de países hoy en crisis incluyendo Bolivia
En Asunción, durante la reunión del Mercosur, el presidente Evo Morales leyó un discurso en el que sostuvo que los bajos precios de las materias primas son resultado de una supuesta “guerra económica” declarada por los imperios para afectar a la región. Y lamentó que desde nuestros países sea imposible influir en los mercados internacionales. En efecto, los gobiernos de la región, incluido el de Bolivia, no pueden atribuirse el mérito de haber provocado los altísimos precios de las materias primas que han pasado, así como tampoco pueden culparse de que esos precios se hayan derrumbado hasta profundos abismos.
Lo que sí se puede decir es que esos gobiernos, todos ellos, debían haber sido previsores durante el auge espectacular de los precios, invirtiendo los recursos de tal manera que sus países, para comenzar, se liberen de depender de las materias primas y, luego, creen economías modernas y robustas. Lo cierto es que el auge de precios ha pasado y ahora se lo añora, sobre todo desde los países que tuvieron la mala fortuna de contar con gobiernos que no actuaron con tino, aplicando medidas que hagan crecer el aparato productivo aprovechando ventaja de la buena racha.
La crisis y la impotencia de los gobiernos ha sido advertida por los ciudadanos de algunos países de la región, que manifestaron sus reproches a los gobernantes que mal manejaron el auge; lo hicieron mediante el arma más eficaz que tienen los pueblos: el voto. Los sacudones políticos que se sienten en los alrededores son producto de un interesante ejercicio de madurez que han tenido los electores, sancionando a quienes hicieron mal las cosas. Unos electores que hicieron de auditores de una gestión de gobierno. Quizá esa sea la señal de que los latinoamericanos han entrado a la madurez democrática.
Hacia adelante, el panorama es preocupante para toda la región, con la excepción de los países que tuvieron gobiernos eficientes y que no cometieron el pecado de la demagogia. Los precios de las materias primas, a las que están aferrados los países de la crisis, se van a mantener muy bajos durante una larga temporada, con una duración similar a la que tuvo el auge.
Las proyecciones preocupan. La Agencia Internacional de Energía predijo que en 2016 el precio del crudo tendrá un promedio de $us 50, menos de la mitad del promedio de 2013. Habrá que esperar que en el próximo auge de precios la región haya aprendido la lección.
domingo, 20 de diciembre de 2015
inaudito. no obstante la revelación de Humberto Vacaflor meses atrás de no estar pagando Argentina por el consumo de gas en forma normal, la información Evo y su élite gobernante no salió al público y ahora se sabe que hay mora, pero no de cuánto, lo que según El Deber es tema de cuidado porque Bolivia correría el riesgo de no contar con la liquidez necesaria para administrar el Estado.
Cuando en Argentina hay un nuevo gobierno desde el 10 de diciembre, el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, revela que ese país no está pagando por el gas natural que recibe en volúmenes que están en alrededor de los 17 millones de metros cúbicos por día. La sorpresiva revelación fue hecha con poca claridad por parte del funcionario público, pues el ministro Sánchez dijo que no recordaba por cuántos meses se arrastraba la mora de Argentina por el gas boliviano.
Cuando el Gobierno de la señora Cristina Fernández viuda de Kirchner estaba agobiado por las negociaciones con los demás acreedores de su país, se filtró la versión de que tampoco estaba pagando a Bolivia, pero el Gobierno nacional informó que los pagos eran normales. Ahora se informa que no, que Argentina tiene un rezago en esos pagos y que el Gobierno boliviano está esperando que la administración del presidente Mauricio Macri termine de acomodarse y ponerse al tanto de todos los temas, para pedirle que pague.
Cada mes, cuando los precios están altos, como el año pasado, los pagos argentinos llegan hasta los 120 millones de dólares y cuando están bajos, como ahora, caen a 70 millones. Por lo tanto, cuando el ministro Sánchez dé a conocer cuántos meses se arrastra la deuda argentina, se tendrá una idea del monto adeudado.
El contrato que existe entre los dos países, firmado en 2006 por los presidentes Evo Morales y Néstor Kirchner, prevé precios y plazos muy precisos, pero fue complementado por una adenda en la cual se dice que si Bolivia no enviara los volúmenes convenidos, tendría que pagar por el gas que no haya enviado, además de una multa del 15%.
Para el caso de que Argentina no reciba los volúmenes convenidos no se incluyó ninguna cláusula. Y ocurre que ese caso se está dando ahora, cuando Argentina no construye el ducto necesario para que el volumen pase de 17 a 27,7 millones de metros cúbicos diarios.
Para ese caso, es cierto, Bolivia tendría en este momento dificultades de aumentar los envíos porque la producción de gas está en 60 millones de metros cúbicos diarios y se envían 33 millones a Brasil, 17 a Argentina y 10 son destinados al consumo interno.
Por el momento, será bueno que el Gobierno nacional informe del monto de la deuda y las razones por las cuales se la mantuvo en reserva hasta ahora
Cuando el Gobierno de la señora Cristina Fernández viuda de Kirchner estaba agobiado por las negociaciones con los demás acreedores de su país, se filtró la versión de que tampoco estaba pagando a Bolivia, pero el Gobierno nacional informó que los pagos eran normales. Ahora se informa que no, que Argentina tiene un rezago en esos pagos y que el Gobierno boliviano está esperando que la administración del presidente Mauricio Macri termine de acomodarse y ponerse al tanto de todos los temas, para pedirle que pague.
Cada mes, cuando los precios están altos, como el año pasado, los pagos argentinos llegan hasta los 120 millones de dólares y cuando están bajos, como ahora, caen a 70 millones. Por lo tanto, cuando el ministro Sánchez dé a conocer cuántos meses se arrastra la deuda argentina, se tendrá una idea del monto adeudado.
El contrato que existe entre los dos países, firmado en 2006 por los presidentes Evo Morales y Néstor Kirchner, prevé precios y plazos muy precisos, pero fue complementado por una adenda en la cual se dice que si Bolivia no enviara los volúmenes convenidos, tendría que pagar por el gas que no haya enviado, además de una multa del 15%.
Para el caso de que Argentina no reciba los volúmenes convenidos no se incluyó ninguna cláusula. Y ocurre que ese caso se está dando ahora, cuando Argentina no construye el ducto necesario para que el volumen pase de 17 a 27,7 millones de metros cúbicos diarios.
Para ese caso, es cierto, Bolivia tendría en este momento dificultades de aumentar los envíos porque la producción de gas está en 60 millones de metros cúbicos diarios y se envían 33 millones a Brasil, 17 a Argentina y 10 son destinados al consumo interno.
Por el momento, será bueno que el Gobierno nacional informe del monto de la deuda y las razones por las cuales se la mantuvo en reserva hasta ahora
sábado, 19 de diciembre de 2015
epitafios. despedidas, obituarios se escriben y leen sobre el Lago Poopó, en otro momento fueron los signos con que Cochabamba despedía a la Laguna Cuéllar, un grupo de nuevos ricos en este último caso,festejaban el loteo de la hermosa laguna kochala que dejó de existir. con el Poopó es el pueblo oruren¨no que maldice la hora en que masistas asumieron el mando yolvidaron el sin igual cuadro del segundo lago boliviano!
La declaración de zona de desastre natural para mitigar el tremendo daño que ha sufrido el lago Poopó en Oruro, reducido a su mínima expresión y que impresiona haberse convertido en un extenso desierto, quizás no llegue a tiempo para evitar la desaparición del que fuera el segundo lago más grande del país. Se sabe a ciencia cierta que desde hace una década que los pobladores comunitarios del lugar habían solicitado ayuda del Gobierno ante el inminente desastre, sin que se les haya escuchado. De esta manera el lago Poopó, reconocido como ecosistema de importancia internacional desde 2002 por la fauna y flora única que poseía, ha dejado prácticamente de existir. Toda una lástima.
El hecho debería causar una honda preocupación tanto de las autoridades como de los habitantes de los departamentos que cuentan -todavía- con reservas naturales y sitios ecológicos de importancia internacional como la laguna Concepción, Palmar de las Islas, Bañados del Izozog en Santa Cruz, y los ríos Yata y Matos en el Beni, que sufren una constante agresión a su flora y fauna. Tampoco hay que olvidar que corren peligro también el Lago Titicaca en La Paz y el ecosistema hídrico de los Lípez en Potosí. El desastre del Poopó viene a constituir un claro ejemplo de cómo ha prevalecido la retórica. Es decir, que no se ha puesto en práctica nada de lo que se había enunciado.
Si no fuera por los profesionales biólogos y conservacionistas agrupados en las diversas instituciones cruceñas que actúan como acérrimos defensores de la fauna, la flora y de los ecosistemas urbanos y rurales de Santa Cruz, hace buen tiempo que estaríamos lamentando la desaparición de humedales como La Madre, Las Garzas, o una agresión de proporciones a las denominadas áreas protegidas. De hecho, existen numerosos ejemplos que echan por tierra la proclama gubernamental de defensa y protección de la naturaleza. En el caso del Poopó, el efecto del cambio climático parece evidente, el que ejerce mayor influencia si no se toman medidas preventivas a favor de los ecosistemas.
No se trata tampoco de negar actividades positivas por parte del Gobierno nacional o de las autoridades regionales o locales a favor del medio ambiente, pero sin duda salta a la vista que no se está haciendo lo mínimo y menos lo suficiente como para pensar en estar libres de sufrir desastres como el del Poopó. Si se mira bien, la gente ni se inmuta cuando elimina desechos en los canales de drenaje pluvial, a sabiendas que estos desechos tóxicos afectarán no solo la composición del agua de los ríos, sino que a larga ejercerá un efecto nocivo sobre la fauna piscícola y derivará en consecuencias para la salud humana. No lo saben o no quieren saberlo, pero sin duda hacen mucho daño.
Conviene recordar, a modo de ejemplo, los sucesivos episodios de mortandad de peces en los ríos cruceños. Se ha sospechado que esa mortandad podía tener sus orígenes en los desechos industriales y de otras actividades ilegales que se arrojan a las aguas fluviales. Pese al escándalo mediático y a las investigaciones, de tiempo en tiempo esos episodios recurren, como señal que no se ha encontrado la solución definitiva. Si a estos actos de irresponsabilidad para con el medio ambiente se suma el cambio climático, resulta lógico suponer la aparición de secuelas indeseables y quizás irreversibles para el equilibrio ecológico. Existen, pues, razones poderosas para evitar otros “casos Poopó”.
El hecho debería causar una honda preocupación tanto de las autoridades como de los habitantes de los departamentos que cuentan -todavía- con reservas naturales y sitios ecológicos de importancia internacional como la laguna Concepción, Palmar de las Islas, Bañados del Izozog en Santa Cruz, y los ríos Yata y Matos en el Beni, que sufren una constante agresión a su flora y fauna. Tampoco hay que olvidar que corren peligro también el Lago Titicaca en La Paz y el ecosistema hídrico de los Lípez en Potosí. El desastre del Poopó viene a constituir un claro ejemplo de cómo ha prevalecido la retórica. Es decir, que no se ha puesto en práctica nada de lo que se había enunciado.
Si no fuera por los profesionales biólogos y conservacionistas agrupados en las diversas instituciones cruceñas que actúan como acérrimos defensores de la fauna, la flora y de los ecosistemas urbanos y rurales de Santa Cruz, hace buen tiempo que estaríamos lamentando la desaparición de humedales como La Madre, Las Garzas, o una agresión de proporciones a las denominadas áreas protegidas. De hecho, existen numerosos ejemplos que echan por tierra la proclama gubernamental de defensa y protección de la naturaleza. En el caso del Poopó, el efecto del cambio climático parece evidente, el que ejerce mayor influencia si no se toman medidas preventivas a favor de los ecosistemas.
No se trata tampoco de negar actividades positivas por parte del Gobierno nacional o de las autoridades regionales o locales a favor del medio ambiente, pero sin duda salta a la vista que no se está haciendo lo mínimo y menos lo suficiente como para pensar en estar libres de sufrir desastres como el del Poopó. Si se mira bien, la gente ni se inmuta cuando elimina desechos en los canales de drenaje pluvial, a sabiendas que estos desechos tóxicos afectarán no solo la composición del agua de los ríos, sino que a larga ejercerá un efecto nocivo sobre la fauna piscícola y derivará en consecuencias para la salud humana. No lo saben o no quieren saberlo, pero sin duda hacen mucho daño.
Conviene recordar, a modo de ejemplo, los sucesivos episodios de mortandad de peces en los ríos cruceños. Se ha sospechado que esa mortandad podía tener sus orígenes en los desechos industriales y de otras actividades ilegales que se arrojan a las aguas fluviales. Pese al escándalo mediático y a las investigaciones, de tiempo en tiempo esos episodios recurren, como señal que no se ha encontrado la solución definitiva. Si a estos actos de irresponsabilidad para con el medio ambiente se suma el cambio climático, resulta lógico suponer la aparición de secuelas indeseables y quizás irreversibles para el equilibrio ecológico. Existen, pues, razones poderosas para evitar otros “casos Poopó”.
Si a los constantes actos de irresponsabilidad para con el medio ambiente se suma el cambio climático, resulta lógico suponer la aparición de secuelas indeseables y quizás irreversibles para el equilibrio ecológico.
martes, 15 de diciembre de 2015
"por sus frutos..."el Poopó se ha secado. no es acaso Evo, el MAS, el Estado Pluri que proclamó a voz en cuello la defensa del medioambiente, y convocó a dos "cumbres mundiales" para propangandearse como campeón ecológico? pues bien. Evo, el MAS, el Pluri...han permitido, al menos nada hicieron para evitar tan tremenda e inconmensurable catástrofe...se le cae la cara.
Nunca como en estos diez años se había escuchado hablar tanto de ecología en Bolivia. El medio ambiente, la madre tierra, la Pachamama, los derechos de las plantas y los animales, las piedras con alma y todos los mensajes favorables hacia el cuidado de la naturaleza.
Nuestros gobernantes han cobrado fama mundial por las leyes ecológicas, por sus discursos en cada una de las conferencias internacionales y por su decidido apoyo a las medidas planetarias a favor de la reducción del impacto sobre los recursos agua, tierra, flora y fauna. Pero hay un dicho muy cierto y tiene que ver con la coherencia: “Por los frutos los conoceréis” y en verdad, las palabras son muy livianas, tanto que se las lleva el viento y son los hechos los que suelen pasar a la historia.
En el futuro tal vez el “Proceso de Cambio” sea recordado porque fue el primero en partir un parque en dos para construir una sospechosa carretera; por haberle abierto las puertas de las reservas naturales a las empresas petroleras y tal vez lo recuerden también por haber sido el periodo en el que se secó un lago, el segundo más grande del país.
Nuestros gobernantes han cobrado fama mundial por las leyes ecológicas, por sus discursos en cada una de las conferencias internacionales y por su decidido apoyo a las medidas planetarias a favor de la reducción del impacto sobre los recursos agua, tierra, flora y fauna. Pero hay un dicho muy cierto y tiene que ver con la coherencia: “Por los frutos los conoceréis” y en verdad, las palabras son muy livianas, tanto que se las lleva el viento y son los hechos los que suelen pasar a la historia.
En el futuro tal vez el “Proceso de Cambio” sea recordado porque fue el primero en partir un parque en dos para construir una sospechosa carretera; por haberle abierto las puertas de las reservas naturales a las empresas petroleras y tal vez lo recuerden también por haber sido el periodo en el que se secó un lago, el segundo más grande del país.
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