Hace varios meses que muchos amigos míos, expertos analistas y ejecutivos del sector hidrocarburos y energía de Venezuela que viven exiliados en Estados Unidos me han estado contando -vía email- las erráticas “políticas públicas” que el régimen venezolano aplica con relación al tema energético.
Desde la venta de bonos para su estatal petrolera con el afán de recolectar más dinero en efectivo, hasta la pretendida venta de la subsidiaria que la petrolera estatal venezolana tiene en Estados Unidos para seguir financiando el proyecto político “socialismo del siglo XXI”.
Y pese a la gran cantidad de millones de dólares que produce Venezuela por venta de crudo su régimen siempre anda corto de cash para, por ejemplo, sacar a Venezuela de la pobreza, la marginalidad y dotarle de mejores servicios públicos, entre ellos viviendas dignas para millones de venezolanos que no tienen donde vivir. Además de las malas movidas que el régimen realiza con relación a su recurso no renovable más importante -el petróleo- se debe agregar el despilfarro de dinero en financiamiento de regímenes títeres en la región: poniendo millones de dólares en regímenes socialistas en varios países de Latinoamérica. Sin el financiamiento del régimen venezolano varios gobiernos títeres en la región habrían caído ya en desgracia.
La prensa internacional nos trae otra perla de las “excelentes” políticas públicas del régimen venezolano en energía: hace unos días Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra la petrolera estatal venezolana nada menos que “por hacer negocios con Irán”. Por la venta de productos refinados de petróleo a Irán que tiene, pese a su potencial, alta demanda de combustible.
Aquí un paréntesis obligado: el régimen boliviano está totalmente enamorado del dictador iraní, tal es así que tienen planes conjuntos de fábricas, plantas de hidrocarburos, y demás megaproyectos que -dudo que se cumplan- pero son motivo para paseos del dictador iraní por Bolivia.
Volviendo al tema de política energética: de existir políticas públicas adecuadas, profesionales, técnicas y coherentes Venezuela no tendría la pobreza que aún mantiene, y sería una verdadera potencia industrial en elaboración de productos petroquímicos para surtir al mundo, además de financiar su desarrollo económico como país líder del Cono Sur; en vez de eso han llevado a su empresa estrella -como es su petrolera- a serios problemas entre otros como el de la sanción anunciada que, además, impedirán a Venezuela acceder a contratos con el gobierno estadounidense y a financiamiento para importar y exportar.
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