Después de incumplir la ley por cuatro años, YPFB contrató a la firma Ryder Scott para certificar las reservas de hidrocarburos del país. Hecho eso, demoró un año adicional en dar a conocer los resultados.
Al fin, el viernes 8 de abril, YPFB dio información oficial sobre reservas de hidrocarburos con la presencia del ministro del área.
No estuvieron el Presidente ni el Vicepresidente, como se tenía anunciado. Eso está bien. No son decisiones políticas, sino valiosa información técnica, responsabilidad de YPFB.
Según YPFB, Ryder Scott certifica que las reservas probadas de gas (P1) al 31/XII/2009, alcanzan a 9.94 TCF a 3.75 TCF las probables (P2) y 6.25 TCF las posibles (P3). Las P1 son aquellas sobre las que se tiene certeza que en las condiciones económicas actuales y con la tecnología de la fecha pueden ser producidas.
P2 son aquellas que todavía no llenan las condiciones de las P1 y que no se anticipa puedan ser producidas. Las P3 son de carácter especulativo.
Con estas cifras, el informe de YPFB hace una serie de malabarismos, afirmando que las reservas del país alcanzan a 19.99 TCF.
Adicionalmente, anticipa una demanda de 14 TCF para los próximos 16 años a ser cubiertos con 15.5 TCF compuestos por 100 por ciento de los P1, 50 por ciento de las P2 y 10 por ciento de las P3 más reservas no certificadas, “contingentes”, tomando en cuenta inclusive reservas a ser descubiertas. Ejercicio simpático, pero nada profesional ni serio.
Para facilitar al lector una comparación. El tema de control de reservas de gas es muy parecido al manejo de una cuenta corriente en un banco.
Si se tiene un depósito de dinero en un banco (reservas probadas), del cual se retiran montos diariamente (producción de petróleo y gas), este fondo irá disminuyendo, a no ser que se hagan aportes o nuevos depósitos (reservas certificadas y probadas nuevas). Por lo anterior, cuando se indica cuánto de reservas se tiene, se debe indicar la fecha. Así Ryder Scott informa que para el 31/XII/2009, se tienen 9.4 TCF de reservas probadas. A la fecha de la información presentada en Santa Cruz el 8/IV/11, las reservas eran menores porque se está produciendo diariamente. Siendo más exactos, las reservas probadas (P1) al 10/IV/11 eran 9.19 TC F.
Con ese volumen, se puede garantizar la conclusión de contratos con Brasil al 2020, y la Argentina el 2026 más el consumo interno hasta esa fecha, sin incluir Mutún ni proyectos de industrialización.
Con las reservas probadas actuales, no es responsable, ni serio garantizar otros consumos que estén apoyados en la incorporación de nuevas reservas probadas y certificadas.
Lo cierto es que estamos asistiendo al manejo de una herencia de reservas probadas que parecían inagotables y a las cuales no se les ha añadido otros volúmenes. Este Gobierno y YPFB heredaron reservas descubiertas en gobiernos anteriores, despectivamente calificados de neoliberales y entreguistas. La herencia sirve estupendamente a soportar al país, representando el 61 por ciento del valor de sus exportaciones. La herencia ha dado tranquilidad financiera a todo el país e inclusive ha contribuido a incurrir en hábitos de nuevos ricos como la compra de un satélite, un avión de lujo y repartir bonos a diestra y siniestra. La herencia ha sido y es tan cuantiosa que podrá durar hasta la segunda década del siglo si nos manejamos con cordura, pero por primera vez se ve que se puede terminar y lastimosamente no se tiene nada concreto que mostrar. En la forma clásica de dilapidar una herencia, el dinero ha sido utilizado en gasto corriente.
Ahora llegó la hora de reemplazar la herencia con reservas nuevas. No se debe olvidar que las condiciones naturales para la existencia de grandes cantidades de petróleo y gas en el subsuelo están dadas y que el poner un descubrimiento en producción comercial toma cerca de ocho años. Es la obligación del Gobierno, el establecer las condiciones legales y sociales para que esto sea posible y la responsabilidad ineludible de YPFB el descubrir nuevas reservas, por si sola, asociada o por contrato.
El autor es ingeniero petrolero