¿Falta o sobra gas natural?
Carlos Miranda Pacheco
La ciudadanía está perpleja por una serie de declaraciones contradictorias referentes a nuestras disponibilidades de gas para abastecer el mercado interno y cumplir los compromisos contractuales de exportación a Brasil y Argentina.
Hace unas semanas, en noviembre, el Ministro de Hidrocarburos informó con gran despliegue de publicidad que YPFB había logrado la producción máxima récord de gas natural en toda la historia de nuestra industria, alcanzando a 58 MMmcd.
Lástima señor Ministro, espero que para ahora se haya dado cuenta de que al hacer esa declaración estaba admitiendo que tenemos insuficiente producción de gas para atender el mercado interno y los contratos con Brasil y Argentina, que alcanzan a más de 60 MMmcd. Más aún, se está demostrando palpablemente que la política cortoplacista del Gobierno de monetizar reservas a la brevedad posible está errada e, inclusive, es más criticable que la política de cualquier transnacional que busca monetizar rápidamente las reservas de recursos naturales que descubre en un país extranjero. La transnacional invierte y pretende satisfacer a sus accionistas a la brevedad posible; una empresa estatal no debe tener ese comportamiento porque su misión es ayudar y promover el desarrollo nacional con las reservas que ha descubierto, y que está monetizando.
La reacción ante la noticia tan negativa del máximo de producción nacional no se dejó esperar. A los pocos días, nuestro comprador en Argentina, Enarsa, nos comunicó que esas semanas no se le habían entregado los volúmenes de gas acordados y nos presentó un cargo (multa) por haber incurrido en la cláusula de “Deliver or pay” prevista en el contrato de compra-venta con YPFB. No obstante una serie de excusas, el Gobierno terminó admitiendo que el cargo de Enarsa era correcto. Qué lástima, YPFB tiene más de 40 años como proveedor internacional de gas y ésta es la primera vez que incurre en la cláusula “Deliver or pay”, de no poder entregar los volúmenes acordados.
Atender los mercados externos y el consumo nacional requiere más de 60 MMmcd. Sin embargo, las estadísticas oficiales de YPFB muestran que en lo que va del mes se está transportando a un promedio de 47 MMmcd. En forma contradictoria, ante este déficit tan obvio, se nos indica que en vez de faltarnos gas más bien nos está sobrando ± 10 MMmcd. ¿Cómo se explica esta especie de milagro? La respuesta oficial es que en el programa de nominaciones del gas a ser entregado, Brasil y Argentina han indicado requerir menos volúmenes que los acordados en cada contrato.
Es una sugestiva casualidad que los compradores disminuyan sus volúmenes de compra cuando el proveedor está con problemas de producción y que para este efecto recurran al argumento de utilizar al comité de nominaciones para disminuir sus volúmenes.
Es posible que se hubiera logrado un acuerdo amigable con los compradores para ajustar volúmenes más convenientes a las dificultades del proveedor. Puede ser una práctica amigable, pero no es nada recomendable y es altamente peligrosa.
El programa mensual de nominaciones es un mecanismo de segundo orden que, según contratos, se maneja por departamentos técnicos para ajustar operaciones diarias y no tiene la potestad de variar los niveles de volúmenes para que se aplique el “Take or pay” o “Deliver or pay”. Caso contrario, en un contrato no existirían las cláusulas y los niveles de “Take or pay” o “Deliver or pay”.
El que exista un mecanismo para variar los volúmenes originalmente pactados crearía una total inseguridad. Un contrato de compra-venta afecta a toda la estructura productiva de la industria.
Así tenemos que del condensado que se produce con el gas se obtiene el diésel y la gasolina para nuestro consumo. Si el volumen de venta contemplado en un contrato puede ser sustancialmente cambiado por el comité de nominación, en nuestro caso desbarata los planes de refinación y producción de derivados. Esto, a su vez, crearía confusión en la importación de derivados.
Por otro lado, los programas de producción de los campos de gas y condensado como los nuestros se elaboran para cumplir con los contratos, sin incurrir en un “Deliver or pay”. No es aconsejable variar estos programas de producción, terminando con volúmenes sin comprador, como tenemos al presente. Abrir o cerrar pozos para acomodarse a volúmenes del comité de nominación es una práctica totalmente no aconsejable ni usable en yacimientos a alta profundidad con arenas productivas fracturadas.
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