En un mundo moderno, con tecnología impensable hasta hace pocos años, con incesante búsqueda de eficiencia y de altos rendimientos, todavía se encuentran anomalías absurdas fruto de la estupidez humana. Es el caso de Pdvsa.
Las reservas probadas de petróleo de Venezuela a fines de 1996 eran de 72.7 BBls (Billones de barriles o miles de millones de barriles). 10 años después subieron a 87.3 BBls y a fines de 2016 se ubicaron en 300.9 BBls (comparativamente Bolivia tenía reservas probadas, a diciembre de 2013 de 0.211 BBls, es decir 1.500 veces menos), que son las reservas más altas del mundo seguidas por las de Arabia Saudita con 266.5 BBls. Con respecto al gas natural, tiene las mayores reservas de Latinoamérica; la suma de las reservas convencionales de todos los países latinoamericanos no alcanzan a igualar las reservas venezolanas de 201.3 TCFs. Sin embargo, la producción petrolera de Venezuela fue bajando de 3.34 MMBls/D a fines de 2006, a 2.41 MBls/D a fines de 2016 y a 1.6 MMbBs/D en febrero de 2018. El consumo de petróleo también ha bajado desde el año 2012, lo mismo sucede con la elaboración de productos refinados, porque las refinerías trabajan a baja capacidad o están paralizadas, la generación de energía eléctrica es irregular y también ha bajado. Todos estos parámetros son señales de la grave crisis económica que atraviesa ese rico país.
Las dificultades por las que atraviesa su mercado interno han obligado a asumir medidas excepcionales y de emergencia para reducir el consumo de electricidad, el contrabando y el desorden generalizado, tales como la reducción del horario de trabajo de 7:30 a.m a 1:30 p.m. para la administración pública, la creación de establecimientos especiales fronterizos para la comercialización de combustibles, la creación del Ministerio del Poder Popular del Petróleo, la creación de la Compañía Anónima Militar de Industrias mineras, petrolíferas y de gas a cargo de todas las actividades de servicios petroleros y de gas, etc.
La situación de Pdvsa es crítica, la OPEP, cartel de la que es fundadora Venezuela, comunicó en Viena este 14 de mayo, que la producción bajó a 1.43 MMBls/D, el nivel más bajo de los últimos 33 años. Varias agencias han declarado a Pdvsa en “default” o en suspensión de pagos por el vencimiento de varios de los bonos emitidos. Una corte de Curazao autorizó el embargo de bienes de Pdvsa por 636 MM$us por un laudo arbitral de 2.000 MM$us seguido por Conocco después de su nacionalización, por lo que Pdvsa está pidiendo a sus clientes que envíen sus propios barcos para recoger los cargamentos de petróleo.
Se estima que pese al repunte de precios en el mercado internacional, Pdvsa se encuentra en una situación terminal debido a la gran corrupción en su seno, a la baja producción de petróleo que cae a un ritmo de 100 MBls/D cada mes, por la ausencia de inversiones y la parálisis de sus operaciones (solo hay tres taladros perforando en el lago de Maracaibo).
Después de las nacionalizaciones de Chávez, el régimen volcó la mirada a Rusia y China en busca de apoyo técnico y económico. China especialmente, reaccionó de manera favorable y concedió créditos a Venezuela por un monto mayor a 50.000 MM$us a ser pagados con crudo. Incluso otorgó un periodo de gracia de dos años, que acaba de vencerse, para que pague solo intereses también con petróleo. Sin el periodo de gracia Venezuela tendría que enviar 375 Mbls/Día para pagar la deuda y no solo 70MBls/Día que es el volumen para pagar sólo intereses. Esto significaría el colapso al dejar de percibir 7.000 MM$us/Año de la facturación petrolera a China. Sin embargo, tanto el gobierno chino como sus bancos están rehusando continuar con su política de solidaridad para no aumentar su exposición ante la debilidad internacional del gobierno de Maduro.
Cuba, por su parte, con desmedida torpeza, se apropió del 100% de las acciones de la refinería Camilo Cienfuegos que tenía en sociedad con Pdvsa, aduciendo mora en el pago de deudas. Los cubanos se olvidaron de que durante 15 años recibieron petróleo venezolano subvencionado.
La situación de Pdvsa no preocupa a la OPEP que la ve como la “estrella de los recortes” en lo que está empeñada para bajar la oferta a los mercados. Venezuela tenía que recortar su producción en 95 MBls/Día pero su recorte ha sido de cinco veces más, para satisfacción de sus colegas árabes.
La IEA ha calificado la conflictiva situación como el “mayor riesgo de interrupción de la oferta”. La guerra en Siria, el terrorismo en África, el rompimiento del tratado con Irán y todos los demás problemas se han vuelto menos apremiantes que el de Venezuela.
Como posible solución a los múltiples problemas de Pdvsa, sólo se puede vislumbrar su privatización con el atractivo de las grandes reservas, una vez que se cambie al régimen de Maduro.